El último libro de Cristina Peri Rossi nos presenta, en su primera página, el tema que le da título. Una mujer de mediana edad se sienta ante un psicólogo para hablar de que sufre lo que ella llama una “turbación”. Es conservadora, algo estirada y lleva tres décadas casada. Tras sólo unas pocas páginas comprendemos que el psicólogo está ahí como un mero espectador, deseando marcharse a otro sitio, mientras Cora, la paciente, habla y habla dando rodeos, tratando de acercarse al tema a través de un bosque de prejuicios, de tabúes, esforzándose por no ser malinterpretada o, más bien, temerosa de ser interpretada demasiado bien.
Lo curioso es que la historia que aquí se cuenta se llama, al igual que el libro, Turbación, y representa tres cuartos del texto completo (que no llega a cien páginas), pero el último tercio se reserva para otras dos historias, tituladas “Sesión” e “Impulso irresistible”. La presencia de estos dos relatos adicionales, a pesar de su brevedad, supone una vuelta de tuerca, no ya a la historia que se cuenta, sino al poso que deja en el lector. Las similitudes y diferencias con la primera hacen que funcionen como espejos deformados, resaltando elementos clave que, de otro modo, podrían quedar en un segundo plano.
En las tres historias asistimos a la conversación entre psicólogo y paciente, mujer y hombre (no siempre ocupando el mismo asiento), y observamos personajes con emociones desbordadas, que se esfuerzan por controlarse, pero también personajes impasibles, ya sea por el desinterés o por el dominio de sí mismos. De un relato a otro los roles cambian, los puntos de fuga cambian y el objeto de la atracción sexual también. En las tres historias, la turbación se muestra de distinta forma: en la primera, narrada (situada en un episodio que queda atrás en el tiempo), en otra, presente (fruto de un enfrentamiento surgido durante el diálogo), en otra, anhelada (imaginada en un lugar externo, gracias a la conversación en sí misma).
Son estas últimas dos historias las que dan una dimensión más elevada a la anterior, obligándonos a preguntarnos por lo masculino y lo femenino, por los roles asumidos y los roles preestablecidos, por el autoengaño y la comprensión de uno mismo, por la exposición de secretos íntimos y por la actitud de escucha y el efecto que la escucha puede provocar en el oyente. Por supuesto, también por la sexualidad, por el deseo, por la fuente de ese deseo y por el resultado (o la turbación) que ese deseo puede producirnos.
Decía Borges, por boca de un heresiarca de Uqbar, que los espejos y la cópula multiplican el número de los hombres. Del mismo modo, estos espejos metafóricos de Turbación no suman reflexiones a las ya presentes en el relato principal, sino que las multiplican, propiciando reflexiones nuevas, otorgando a los tres relatos la cualidad de representativos, abriendo huecos que nos vemos llamados a rellenar con nuestros propios pensamientos, inspirados por los reflejos de esos espejos.
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Autor: Cristina Peri Rossi. Título: Turbación. Editorial: Menoscuarto. Venta: Todos tus libros.


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