La mayoría de los catorce cuentos que conforma este segundo libro de relatos de Virtudes Olvera inicia con el atractivo de una breve frase descriptiva seguida de un silencio: “De niño me pasó algo”; “Pedro Duque está en el Casino jugando al dominó”; “Al último le gustaba la copla”, por poner una muestra. Este rasgo de estilo de Olvera, que se atisbaba en su libro Pájaros mojados en un cable de luz (Esdrújula, 2022), se consolida en su reciente Mamíferos (Esdrújula, 2024), obra que da cuenta de su evolución como narradora, pues demuestra aún mayor aplomo y soltura que en su opera prima.
Con estos recursos estilísticos nuestra autora construye un universo que, si bien apela al costumbrismo español, en muchos casos al específico andaluz, que tan bien conoce, se vuelve común a cualquier latitud. La referencia específica tanto a marcas locales (nombres de supermercados, productos alimenticios) como a sucesos históricos se lee cual datos que pueden sustituirse con facilidad, pues en todos lados hay supermercados, mantequilla o fusilamientos. Lo mismo que traumas infantiles, amistades insólitas o situaciones incómodas como tener que transportar un cadáver o verse en la necesidad de sacrificar al animal que se ama.
Algo a destacar en la narrativa de Olvera es la profundidad de su mirada sobre la complejidad de la naturaleza humana. Disecciona la patente necesidad de formar parte de un grupo, las mezquindades, los arrebatos, los miedos… La suya es una mirada que no juzga, solo expone lo que ve; retrata de este modo una sociedad que pareciera se quedó en el pasado, solo que, al levantar la vista de la página, se encuentra en cualquier pantalla, en la propia habitación, a la vuelta de la esquina.
Así, nos encontramos con que en su obra hay lo mismo instantáneas de situaciones cuya repetición consuetudinaria les borra toda señal de extrañeza como sucesos que terminan por adquirir la pátina de lo cotidiano pese a su carácter inaudito. Sea cual sea el enfoque, sus relatos están entretejidos con emociones sosegadas que dejan una impronta sensitiva a la que es difícil sustraerse. Y es que su imaginario se compone de personajes únicos, auténticos, vulnerables y extraños, por emplear la descripción que Samanta Schweblin da sobre aquellos que realmente llegan a tocar al público lector. Los de Olvera en mayor o menor medida, tocan. Y dejan huella.
En estos momentos en los que la inmediatez es la norma, el relato mantiene su atractivo dada la alta concentración emocional que proporciona en su brevedad. El nombre de Virtudes Olvera se suma a la nómina de mujeres que a últimas fechas destacan en este género literario entre otras, además de la mencionada cuentista argentina, Mariana Enriquez, Guadalupe Nettel, Marta Jiménez Serrano, María Bastarós, lo cual demuestra la buena salud de la producción cuentística en español.
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Autor: Virtudes Olvera. Título: Mamíferos. Editorial: Esdrújula. Venta: TodosTusLibros


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