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Narrativa de denuncia (II): Isaac Rosa

Narrativa de denuncia (II): Isaac Rosa

La Crisis, con la mayúscula identificadora del último cataclismo económico, ha rescatado una narrativa que se convierte en testimonio de un tiempo y en alegato contra la injusticia. Anotaba esa finalidad casi de agitprop en el anterior comentario sobre los cuentos comprometidos y de militancia política concreta de Carmen Barrios. Otros muchos narradores, o al menos bastantes, comparten en la última hora de nuestra literatura esa intencionalidad documental y de denuncia. Suelen ser jóvenes y andan en la cercanía de los movimientos sociales y organizaciones que han respondido a las injurias causadas por un capitalismo sin entrañas en amplios sectores de la población. Lo hacen porque se sienten impulsados a participar desde este frente literario en la batalla a favor de la dignidad laboral y de la reforma política, e incluso, más de uno, a favor de la revolución. Y también, claro, porque existen unos destinatarios que acogen con agrado esta literatura de acción.

La confluencia de indignados en los dos extremos del circuito literario, el autor y el lector —y con la complicidad, también, del eslabón medio, los editores—, explica, al menos parcialmente, el auge de un nuevo realismo social. Las formas que adquiere son variadas. Este mismo verano ha venido publicando el madrileño Daniel Bernabé en el digital La Marea unos cuentos que retratan situaciones corrientes: un hombre que lo pierde todo, trabajo, casa y chica; el deambular de alguien entre el súper, el bar y la casa; los cambios en edificios oficiales para cumplir con la eficiencia energética. Son como estampas neocostumbristas críticas que hablan de lo más inmediato al ciudadano, en obvio contraste con la afición reciente por el fantaseamiento histórico que llenaba nuestras novelas con templarios enajenados y exotismos varios.

"Rosa fía la razón de sus cuentos al testimonio de inmediatez, a graparlos a la agenda."

Los cuentos de Daniel Bernabé (también autor ya de un par de libros de piezas cortas que tengo curiosidad por conocer y lo haré en cuento pueda) responden a la intención de «pegarse al suelo». Entrecomillo esta locución porque la tomo prestada del mejor de los narradores sociales de esta última oleada, Isaac Rosa. El sevillano Rosa subraya con esa fórmula su decisión de renunciar «a las sagradas intemporalidad y universalidad de lo literario», de hablar «de aquí y de ahora» y de convertir sus narraciones «en parte de la conversación colectiva». Escribe, por tanto, Rosa no con una vaga idea testimonial sino conforme a un auténtico programa literario, que es lo que distingue a un autor responsable. Esta poética suscita un serio reparo: muchas grandes obras han partido a lo largo de la historia del aquí y el ahora y han alcanzado la intemporalidad y universalidad. Pero dejando aparte este interesante debate, Rosa fía la razón de sus cuentos al testimonio de inmediatez, a «graparlos a la agenda». A partir de este criterio básico, ha publicado en fechas cercanas las compilaciones de cuentos Compro oro (2013) y El puto jefe (2015), a las que ha añadido hace unos pocos meses un tercer volumen, Welcome.

La política, como la literatura, dice Rosa en el breve pero enjundioso prólogo de Welcome, se caracteriza por manifestar una imaginación muy limitada. La tilda con muy ocurrente hallazgo expresivo: «Una imaginación reformista, digamos. Una imaginación socialdemócrata». Para superar esta barrera propone el ejercicio de una osadía imaginativa que de verdad aporte soluciones inéditas, y que por ahora resultan quiméricas. Pero no está mal, sostiene, intentarlo planteando las inéditas situaciones bajo el interrogante «¿Qué pasaría si…?». Que pasaría, en concreto con uno de los cuentos del libro, «Cena navideña», si la rutinaria reunión de empresa de fin de año en lugar de encuentro con gracietas y dimes y diretes sobre los jefes o los compañeros se convirtiera en una verdadera asamblea de protesta y reivindicación ante la amenaza de perder el empleo.

"El autor comprometido que es Rosa despliega distintos puntos de vista para llevar a cabo su crónica imaginativa de actualidad. Una disposición inventiva induce una manipulación artística de la base costumbrista."

A pesar de la declaración de intenciones del autor, buena parte de las piezas de Welcome no cumplen con claridad la desiderata del «qué pasaría si..»? Se corresponden más bien a una recreación de situaciones muy imantadas a la actualidad y sus problemas. El chistoso título de «Mal Rato» señala al protagonista, el inculpado financiero y político: en una ensoñación, Rodrigo Rato sufre reiterados acosos en la calle y se pregunta, en estado de plena angustia, qué hacer con sus detractores, si le valdrá de algo confesar que tiene miedo. La notoria actualidad del caso Rato sirve de pista sobre los criterios selectivos de Rosa. El título del libro, basado en el de uno de los cuentos, no necesita hoy mayores explicaciones. Otros temas muestran una minutísima atención a la actualidad más inmediata, casi reporteril: el boicot popular a Coca-Cola por el comportamiento de la empresa con sus empleados o el atentado yihadista en la parisina Sala Bataclan. Y en todos los casos restantes hay un pálpito de la «agenda» noticiosa, ya sea la emigración, el uso de la hiyab o el regreso de las vacaciones con el temor por la estabilidad laboral.

El autor comprometido que es Rosa despliega distintos puntos de vista para llevar a cabo su crónica imaginativa de actualidad. Una disposición inventiva induce una manipulación artística de la base costumbrista. No se atiene, pues, al simple documento. El drama de los emigrantes le da pie, en «Welcome», a fantasear una gran solidaridad colectiva. Las penurias de las pobres gentes que se ganan la vida imitando en la calle estatuas humanas conjuga la cercanía cordial a esa sufrida precariedad laboral con una denuncia de la insensibilidad de las autoridades. Estas acudirán al fácil recurso de «endurecer la ordenanza que regula la ocupación del espacio público». Y no será la multiplicidad estatuaria el único objetivo del ordenancismo municipal. También regularán a los cantautores callejeros, «como medida preventiva, que nunca se sabe», se apostilla con humorismo sarcástico. Obsérvese cómo Rosa se atiene al «aquí y ahora» porque la predicción no es tal: los responsables locales madrileños ya habían puesto en marcha una especie de examen que acreditara méritos suficientes para ejercer esa pacífica y libre actividad musical.

"Isaac Rosa juega con los acordes del testimonio y la invención."

La mezcla de la crónica y la invención es una constante en el libro. Crónica podría ser la materia de un par de cuentos basados en el anecdotario político, «#acampadasol» y «Una larga noche«. Pero la política da pie a un fantaseamiento satírico: aquel recrea los temores de Cristina Cifuentes (la presidenta madrileña con su propio nombre) a causa de una acampada en la Puerta del Sol en el quinto aniversario del 15-M; el otro juguetea con el miedo de la derecha a las encuestas en una jornada electoral.

El documento bastante puro sí prima en alguna ocasión. En la mostración de las sospechas de hurto sobre una mujer de la limpieza («Tablet»). En la recuperación del hijo de unos emigrantes que se pierde en la playa y aparece, con un arriesgado Final Feliz explícito. («Se ha perdido un niño»). En la acusación a unos padres emigrantes de disfrazar a su hijo de terrorista, que añade una severa crítica a la irresponsabilidad de los medios de comunicación («Enaltecimiento»).

Isaac Rosa juega con los acordes del testimonio y la invención. Hacia esta se inclina una curiosa pieza, «Viaje con nosotros», cuyo título remite a la en su día famosa canción homónima de Javier Gurruchaga y la Orquesta Mondragón. Muchos lectores del cuento, los más jóvenes, perderán la carga de profundidad de la historia referida al no poder establecer el paralelismo entre la enloquecida propuesta viajera de la canción (recuerdo el remate de su exultante alegría: «Quien compra nuestro billete / compra la felicidad. / Con nosotros viaja el sueño y la novedad, / la alegría, la sorpresa y el carnaval. / Todos juntos iremos allá, / todos juntos. / Quien compra nuestro billete / compra la felicidad») y la amarga experiencia del cuento. El viaje familiar consiste en desempeñar las más humildes labores en un crucero vacacional. E invención, no lejana del testimonio, encontramos en «Morituri»; el regreso de las vacaciones trae la incertidumbre al empleado que, como los antiguos gladiadores, habrá de inmolarse a la conveniencia empresarial. Quizás sea este el cuento más certero de todo el libro por su equilibrado manejo de una situación material y de una temperatura emocional.

"Frente al cercano descrédito que ha padecido la literatura que da cuenta de las circunstancias materiales de la vida, el narrador sevillano apuesta con sus cuentos por concederle el alcance de un documento verista."

Los cuentos de Rosa son variados de forma y de tono. En ellos se aprecia la voluntad de contar una historia pero esta adopta modalidades distintas. El autor narra y describe, pero también utiliza el estricto encadenamiento de un diálogo expeditivo («Mensaje en una lata»). El modo general de las piezas es bastante clásico, aunque también utiliza algún recurso de comedida de vanguardia («Enaltecimiento» presenta la historia en orden cronológico contrario al del calendario). La severidad de algunas historias tiene el contrapeso humorístico de otras. Las anécdotas se dirigen al buen entender del lector, pero tampoco se elude la expresión explícita de su sentido: el saxofonista de «Día de gloria» supone una nítida encarnación del héroe positivo postulado por el realismo socialista.

Welcome, de Isaac RosaFrente al cercano descrédito que ha padecido la literatura que da cuenta de las circunstancias materiales de la vida, el narrador sevillano apuesta con sus cuentos —más que con sus novelas, que poseen mayor carga inventiva y simbólica— por concederle el alcance de un documento verista. De algún modo, sus piezas están pensadas para un lector cómplice que asuma su mensaje de disconformidad y comparta las expectativas de un mundo distinto. Todos los modos de expresión artística poseen legitimidad, pero algunos, además, son necesarios en determinados momentos históricos. Lo son los de Isaac Rosa porque recrean con arte la realidad y piensan en un futuro mejor.

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Autor: Isaac Rosa. Título: Welcome. Editorial: La Marea. Venta: La Marea

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