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Novela y cine históricos en Baeza: el reto de contar una de las mayores aventuras del mundo

Novela y cine históricos en Baeza: el reto de contar una de las mayores aventuras del mundo

Antes de referirme al curso de la UNIA (Universidad Internacional de Andalucía) Novela y cine históricos: del libro a la pantalla, dirigido por el escritor Emilio Lara y celebrado en Baeza del 24 al 27 de agosto, permítanme advertirles de que la segunda venida de Jesucristo, el fin de este –el demostrativo es importante– mundo, se producirá antes del lanzamiento del nuevo modelo de iPhone. Tal y como nos contó una señora majísima y devota ante las puertas de la Catedral de la Natividad a María José —la mujer del autor jienense— y a mí, en esta apocalíptica misión están involucradas la Virgen de El Escorial —igual tiene algo que ver Chani y una profeta santanderina que responde al nombre de Conchita. Por lo visto, en cuanto se invente una vacuna efectiva contra la covid-19 —parece, por tanto, que queda excluida la de Putin—, los pecados del mundo serán purgados durante tres días de oscuridad y, en cuanto la limpia se complete, los hombres y mujeres de buena voluntad gozarán en la Tierra del Reino de los Cielos.

Yo, por si acaso, lo dejo escrito. Cosas más raras se han visto. Los ornitorrincos, por ejemplo. O las metamorfosis de Ciudadanos.

"Antonio Pérez Henares lamentó que los cineastas españoles hayan sido incapaces de contar nuestra propia epopeya histórica"

Novela y cine históricos: del libro a la pantalla, les decía. Intervinieron novelistas, periodistas, cineastas y pintores. Eclecticismos al margen, la idea central del curso la expuso Lara en la conferencia inaugural: “No puede haber un escritor que diga que el cine no le influye”. El director señaló que los literatos “pensamos en imágenes, vivimos en una iconosfera” y que, “a veces, incluso, pensamos en bandas sonoras”. Además, explicó los orígenes de la convergencia entre el cine y las novelas, remontándose a finales del siglo XIX, cuando estas eran “adaptadas al teatro y se convertían en un éxito literario”. “En el siglo XX —agregó—, va a ser el cine el que sustituya al teatro, y todo aquel best-seller que sea adaptado a la pantalla va a vivir un nuevo subidón de ventas”.

Después, Antonio Pérez Henares habló de su Cabeza de vaca y lamentó que los cineastas españoles hayan “sido incapaces de contar nuestra propia epopeya” histórica: “La única película que se ha hecho digna ha sido El Cid, y la hizo Anthony Mann”. El periodista y escritor alcarreño mencionó que “el 27% de los libros que se leen en España son novela histórica” y atribuyó el dato a que “la gente quiere reencontarse con su propia historia y no con la caricatura que han hecho de ella”.

Por la tarde, Lara, Chani y Augusto Ferrer-Dalmau, como en las jornadas de novela histórica de El Escorial, hicieron un recorrido audiovisual por la obra del artista catalán. A Zenda le habló de la fundación de su taller de pintores históricos, “ya a punto de ser una realidad”: “Me ha costado muchísimo esfuerzo recuperar la pintura histórica en España y quiero que haya una continuidad, que dure muchas generaciones, como pasa en Rusia con el Taller Grekov desde hace un siglo”.

De hecho, Ferrer-Dalmau cuenta “con la colaboración de Rusia para iniciar este proyecto e intercambiar, sobre todo, asesoramiento técnico”. Además, el pintor de batallas ya ha “empezado a hablar con Bellas Artes para las futuras becas”, con el objetivo de “potenciar a jóvenes artistas al máximo”: “Esta es la idea. Quiero que las becas estén muy bien pagadas, al nivel de las Becas de Roma”.

"El curso lo remató el jueves por la mañana el periodista de ABC César Cervera, quien defendió que la de nuestro país es una de las mayores aventuras del mundo"

La jornada del martes arrancó con un susto amargo: el escritor Ignacio del Valle se indispuso durante su intervención y, evidentemente, su conferencia fue suspendida. Recibió el alta en la noche del miércoles y, según Lara, el autor de El tiempo de los emperadores extraños sufrió un cuadro de estrés tocho. Al rato, el profesor de Derecho de la Universidad de Jaén José Ángel Marín Gámez parlamentó sobre cine histórico y jurídico: “Lo que interesa es que nos den —estas películas— el pulso de una época. No me interesa lo que ocurrió con pelos y señales, al milímetro. Lo que me interesa es que me ofrezca ese aroma de realidad”. Por la tarde, Luz Gabás habló de su novela Palmeras en la nieve y de la película homónima que se basó en ella. La escritora oscense afirmó que “las adaptaciones cinematográficas no tienen que ser exactas a la novela. Como lectores, nos imaginamos nuestra propia película. Es muy complejo. No hay que olvidar que el cine es arte, pero también es industrial”.

En la mañana del miércoles, el cineasta Oriol Ferrer conferenció sobre sus series Isabel y Carlos, rey emperador y celebró que “en España somos capaces de hacer series históricas con rigor y con buen gusto”. Acto seguido, Mari Pau Domínguez defendió que la novela histórica, “si no cumple con lo que debe cumplir cualquier otra novela, es fallida”, y habló largo rato de Felipe II, su “personaje más amado”. En la sesión vespertina, el ya citado Ferrer y los escritores Jesús Maeso de la Torre y Juan Eslava Galán —este último, por videoconferencia— participaron en una mesa redonda sobre el cine histórico. El autor de En busca del unicornio, reivindicado como padre fundador de la nueva novela histórica, dijo que “el cine ha crecido tanto que es ya una forma de literatura” y que esta, ahora, “le debe más al cine que el cine a la literatura”.

El curso lo remató el jueves por la mañana el periodista de ABC César Cervera, quien defendió que la de nuestro país es “una de las mayores aventuras del mundo”: “España pobló todo un continente, convirtió el Pacífico en su lago particular, demostró que la Tierra era redonda y que la globalización era posible. El material es muy bueno”.

Termino con un consejo: visiten Baeza. Es un portal temporal al siglo XVI, un bufé monumental que supura belleza e historia, donde se come maravillosamente y al que viene de Madrid no le tratan como si fuera del Estado Islámico. Insisto: conozcan Baeza. Y pronto. No sea que la tal Conchita tenga razón y al planeta le queden dos telediarios.

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