Inicio > Firmas > Periodista con botas > Ojo, Donald, por favor

Ojo, Donald, por favor

Ojo, Donald, por favor

A la atención de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América.

Estimado señor: me dirijo a usted para saludarlo cordialmente y felicitarlo por la transformación de su país y el planeta en general, con éxitos memorables como los recortes en la vacunación, el despido de científicos, la congelación de fondos de investigación, la guerra arancelaria, el arresto masivo de trabajadores de piel oscura, su deportación y encierro en jaulas de países remotos, los indultos a los asaltantes del Capitolio, el relanzamiento de los combustibles fósiles y la reducción de límites en el uso de armas para así evitar —o para impulsar, no me acuerdo bien— las matanzas masivas en las escuelas.

"Ni por un momento se me ocurre atribuirle la ignorancia geográfica que le achacan los enemigos de nuestra civilización"

En cuanto al premio Nobel de la Paz, que usted ha reclamado para sí mismo con tan conmovedora modestia, ha tomado el camino que la historia demuestra más directo: el bombardeo de terceros países. Para ello ha elegido una infausta república de Oriente Medio, cuyo presidente hace unos años se atrevió a llamarle «retrasado mental». En aquel momento usted amenazó muy comprensiblemente con la aniquilación total del país, pero ahora se ha limitado a lanzar catorce bombas muy gordas contra sus infraestructuras nucleares. Por esa bondad y esa paciencia sin límites que siempre demuestra, me atrevo a manifestarle una inquietud. Es probable que hoy, 30 de junio, san Marcial, sus satélites detecten movimientos fronterizos de apariencia amenazante: generales a caballo, miles de soldados desfilando con txapela roja, tocando himnos con pífanos y disparando escopetazos, muchedumbres enfervorizadas en las calles. Ni por un momento se me ocurre atribuirle la ignorancia geográfica que le achacan los enemigos de nuestra civilización, pero una mala interpretación de los hechos y un error mínimo en el despliegue de su admirable fuerza militar podría acarrear graves e injustas destrucciones a nuestra ciudad, por lo que me permito recordarle humildemente, para cuando usted teclee el nombre del objetivo, que el país que anda enriqueciendo uranio y que usted sabiamente debe seguir bombardeando se llama Irán y no Irún.

Le reitero el testimonio de mi más distinguida consideración. Dios bendiga a América y, si puede ser, un poquito al Bidasoa.

_____________

Columna publicada en El Diario Vasco
4.5/5 (23 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios