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Pasar al otro lado

Un espacio televisivo centrado en casos raros del mundo, La noche fenomenal, varias vueltas de tuerca al Cuarto milenio de Iker Jiménez con asuntos y personajes estrambóticos, presta su rótulo a la novela homónima de Javier Pérez Andújar. Los responsables del programa se convierten en los protagonistas del libro. Se trata de tipos pintorescos, atenazados por sus manías, que trasladan a sus respectivas secciones en la caja tonta. La divertida peripecia, con toques intencionados de grotesco y surrealismo, la cuenta en primera persona un miembro del equipo, quien va desmenuzando las peculiaridades de sus compañeros.

"El argumento de La noche fenomenal hilvana un amplio número de seres tan raros como atrayentes"

Los colegas de aventuras del narrador forman una tropa singularísima, tanto que retaría a la más flexible verosimilitud, porque no cabe imaginar un grupo humano en el que lo estrafalario marque a todos y cada uno de sus miembros. Ni uno solo normal se encuentra entre ellos, aunque compartir peregrinas inquietudes lo justifica, y lo explica el que la ficción no copia la vida corriente. Como sea, el argumento de La noche fenomenal hilvana un amplio número de seres tan raros como atrayentes. Tal solo por dar expeditiva idea de esos casos, haré un mínimo repaso.

Tenemos al narrador, Javier, que se gana la vida como ilusionista profesional en reuniones de empresa o fiestas y aporta a la tele trucos de magia, y cuya madre está dotada de poderes telepáticos. A Piñero, conocido como el Jugador de Ajedrez, experto en “ocultura”, o sea, en cultura oculta. A un sustituto de conductor de grúas municipales, J. L. Hermosilla, ahora director de la revista de esoterismo Rumbo 3 y perito en conspiraciones, incluidas las de la CIA. A Ro, Rosario, guionista del programa, experta en paraufología, ciencia que estudia los avistamientos de ovnis acompañados de fenómenos paranormales. A De Diego, que atesora una prueba incontestable contra los negacionistas del yeti: un frasco con excrementos recogidos en el Himalaya. A otros colaboradores, De Oña, versado en “seres de sombra”, y el Doctor Royuela, médico forense afanado en casos de hipnosis y estados alterados de conciencia.

"Las menciones, y otros datos de corte culturalista, no son pegotes metaliterarios sino eficaz y natural complemento del relato"

Con ellos comparten espacio narrativo una amplia galería de sujetos. Una especie de guardián del grupo, el anciano rockero señor Comajuán. Un profesor de dibujo en un instituto que se ha transformado en Walt Disney (por cierto, también aparece un sosias de Santiago Carrillo). Un octogenario autor de novelas del oeste, Carlos Malo, alias Carlo Malone, en su día tan famoso como Lafuente Estefanía (en el presente del relato termina una novela de terror sobre zombis en el naufragio del Titanic titulada Hielo, demasiado hielo). Un apellidado Pellicer, por sobrenombre el Hombre del Tiempo, que no debe al oficio de meteorólogo sino a su especialidad en viajes por el tiempo. El inquieto joven Javier, que quizás hace viajes en cuerpo astral aunque en realidad lo suyo son continuos intentos de fuga de la realidad. La pareja de mossos d’esquadra venidos del otro lado Starsky y Hutch. El profesor Mayordomo, sabio en arqueología fantástica, y el doctor Laguno, estudioso del lenguaje visual prehistórico.

No daría este amplio censo idea completa de los figurantes del cómico teatro del mundo si no se añadieran algunos otros datos. Figura fundamental porque encarna una dimensión emocional de la novela aporta Isis, Isabel, la esperanzadora Dulcinea de esta tropa descarriada. Más alguien de existencia real, el poeta, librero y editor José Batlló, de quien Pérez Andújar hace un retrato magnífico, especie de hilo conductor de toda la historia y, a la vez, cauce de una reconstrucción cultural del pasado reciente de nuestro país. Y, en fin, un puñado de gente del campo literario, en primer lugar el propio autor encarnado en un escurridizo madrigalista de Clot. Y a su lado, variedad de escritores. En clave, Arquímedes, catedrático de estética y autor de la promoción novísima que da lugar a una suave sátira. Con su propio nombre, Antonio Orejudo y Pedro Zarraluqui, quizás por amistad; Juan Eduardo Cirlot por admiración; por jugueteo literario sabroso, y su punta de broma, Cela, Umbral o Cercas. En cualquier caso, estas menciones, y otros datos de corte culturalista, no son pegotes metaliterarios sino eficaz y natural complemento del relato, que tiende a la creatividad fantaseadora, pero que tampoco olvida la vida corriente y la actualidad, las cuales hacen acto de presencia en una mención a los pisos turísticos o en una punzada al procés.

"El componente mestizo de La noche fenomenal tiene una cuidadosa y afortunada arquitectura narrativa"

El componente mestizo de La noche fenomenal tiene una cuidadosa y afortunada arquitectura narrativa. Una veintena de breves secuencias lo van anudando. Cada una de ellas va encabezada por un dístico de retumbante rima: “Se conoce la pandilla / y todo va de maravilla”, “El librero en su librería / es arrastrado por la policía”, “Llega el profesor Osías / y convierte en dogma las herejías”, “Aún quedan hombres con bigote / que no tienen cara de hotentote”, “Nunca se escribe tosco / y mucho menos en las novelas de kiosco”, etcétera. Estos pareados que hacen un jocoso resumen del contenido indican por sí solos el desenfado creativo que inspira a Pérez Andújar. Al albur de este planteamiento surgen los locuelos sucesos comentados, que se sostienen en una narración muy ágil y rápida, sin tiempos muertos, vertebrada por ocurrentes diálogos de plenitud conversacional.

El estilo es otro rasgo destacado de la novela. En la lengua evidencia una capacidad verbal infrecuente, paralela de un entusiasmo por el idioma. La narración acoge colmadas pruebas de un hondo regusto por la palabra. Bastaría para certificarlo el pasaje celebratorio en que se describe una especie de secta de Adoradores de Palabras. Mas lo importante es cómo la escritura cumple en sí misma la afición a nombrar, base de una intrínseca creatividad lingüística y de un entusiasta laboreo verbal. Así surge una larga enumeración, una página entera, con el nombre de las plantas contenidas en un herbolario, recuerdo, quizás, del pasaje del Libro de buen amor en el que el arcipreste de Hita menciona los “electuarios” y otras delicatessen con que se agasajan las monjas. O la lista, casi otra página, de incontables alimentos que recibe un pobre. O el rosario de pueblos, una quincena, que responden al topónimo Medina y que termina, por un trastorno asociativo, con el nombre de varios personajes mediáticos de anteayer, Mariano Medina, Marisa Medina y Tico Medina. Todo un festín de voces completado con un gracioso pasaje en el que, a propósito de buscar la definición exacta de la palabra «nigromancia», se hace un repaso a varios diccionarios de nuestra lengua, el de la RAE, el Tesoro de Covarrubias, el de dudas, de Manuel Seco, el Casares y el María Moliner.

" Frente al economicismo que preside nuestro mundo moderno, La noche fenomenal hace una apuesta seductora, simpática y divertida a favor de la aventura, la evasión y la libertad."

La noche fenomenal desmenuza las idas y venidas de la cuadrilla televisiva y allegados, todo lo cual supone un retablo barcelonés actual presidido por una gustosa marginalidad. Pérez Andújar da un paso adelante en la recreación de una mendocina “ciudad de los prodigios” y hace que sus personajes “pasen al otro lado”. ¿Y qué provecho sacamos nosotros, los lectores, de las historias —las ventoleras— de unos insensatos aprisionados por sus locas cavilaciones? Provecho directo ninguno, pero no es algo que deba proporcionar la literatura. Nos ofrecen, en cambio, un aliciente vital en forma de ensoñación, modo de una disimulada protesta. La goliardesca falange de personajes —o acaso mejor el propio autor— responde con inquebrantable fe y firme constancia al texto anónimo medieval que encabeza el libro: “Vayamos a buscar lo que no encontraremos”. En realidad, la novela consiste en una glosa afirmativa de ese requerimiento. Frente al economicismo que preside nuestro mundo moderno, La noche fenomenal hace una apuesta seductora, simpática y divertida a favor de la aventura, la evasión y la libertad con un relato de alto voltaje literario.

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Autor: Javier Pérez Andújar. TítuloLa noche fenomenalEditorial: Anagrama. VentaAmazonFnac y Casa del Libro.

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