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Poemas de Amelia Rosselli

Poemas de Amelia Rosselli

Sin paraíso fuimos (Sexto Piso) es el libro de mayor madurez de Amelia Rosselli (París, 1930 – Roma, 1996). Reescritura de toda la lírica italiana, y especialmente del Cancionero de Petrarca, es un diálogo entre dos amantes condenados a la desesperación, a la locura, a la angustia y a la muerte, si bien se trata de la desesperación y de la angustia de la propia lengua, hasta llevarla fuera de sí, hasta hacerla partícipe de otra música. Un río verbal que se interrumpe y luego vuelve a su curso, hasta formar una totalidad amputada y herida: el amor en el siglo XX.

Severas las condenas a tres. En ruta con el
archipiélago fuimos
arrollados por el río, inorgánica vicisitud, tierra y
mar esputaban
sangre en cambio. Cuando tú partiste, yo me volví a
contemplar en el vasto
archipiélago que era mi mente tan severa, lógica,
desesperada de tanto vacío: una batalla, dos, tres
batallas
perdidas. Pero el furor de nuestras miradas, tú
linterna
que creías guiar, yo manivela rota, pero el furor
de nuestras dos miradas nos encasquilló: la victoria
previsible
la batalla ganada por los bandidos más fuertes que
nosotros, la unión
de dos almas una tarantela.

«Yo no soy una tipa rencorosa» y
luego huyendo veía, ella excampesina, que las cuentas
se pagan. Huye huye, quisiera llorar, o al menos
sentarse un poco, pero «no soy rencorosa» y
retiene toda la baba en la boca.
Es extraña esta comunión de los pensamientos, es
extraño este
olerse igual, es extraño este somnífero que no
pincha, se excede, de la lección no deriva más que
conformidad. (Y bajando las escalinatas pinchaba
en su ojo la frase «yo te quiero amor
que me has arreglado todo»).

Y arreglándose todo ella lloraba, desesperadita
en su celda, bioquímica su reacción. Estoy
un poquito atontada, respondió al dueño de
casa –pero ¿qué haces con la pistola?
La empujo a su agujero.
Y salió un disparo que transversalmente cogió la
red retínica, luego se dejó caer con suavidad sobre el
diván, pero acababa en el suelo sobre los ladrillos
cuadrados rojos
y grises.

la vida es un amplio experimento para algunos,
demasiado
vacía la tierra el agujero en sus rodillas,
traspasar lanzas y convencidas anécdotas, te siembro
mundo que ciñes los brazos para el laurel. Si bien
demasiado amplio el misterio de tus ojos lúgubres
si bien demasiado fácil pedir de rodillas
quisiera con un ansia más viva volver a decirte: siembra
las plantas en mi alma (una trampa), que
ya no puedo mover las rodillas dobladas. Demasiado
en el sol la vida que se apaga, demasiado en la sombra
el ovillo que llevaba a la cabaña, un mar
hinchado de tus párpados.

La infeliz luna se inclinó llorosa.
Arroyuelos inocentes, barcas semivacías, grandes
lagos de las montañas
anteponen que yo sea tuya, y obediente.

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Autor: Amelia Rosselli. Título: Sin paraíso fuimos. Editorial: Sexto Piso. Venta: Amazon 

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