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¿Puede una librería salvarnos la vida?

¿Puede una librería salvarnos la vida?

Por lo general, la lectura es un acto bastante solitario. Para los que somos lectores empedernidos —aquellos a los que nos da rabia sucumbir a las fuerzas del sueño a las tantas de la noche porque no queremos dormirnos sin saber qué le ha pasado a ese personaje que nos encanta—, entrar en una librería es un modo de sentirnos menos solos. “Hay más insomnes como yo”, nos decimos cuando vemos las mesas y baldas repletas de libros que esperan ser elegidos, de nuevos mundos que esperan ser visitados. Para los editores, además, las librerías son el destino de nuestras mayores ilusiones, el lugar donde los manuscritos que nos han enamorado pueden emocionar a otros lectores y, por fin, convertirse en un amor compartido.

Es por todo esto que el 14 de marzo de 2020, cuando el tiempo se congeló, la posibilidad de acceder a todos esos nuevos mundos se cerró al mismo tiempo que las puertas de las librerías. A medida que pasaban los días y la incertidumbre crecía, esta editora que os escribe se sentía un poco más sola.

"Me llevé una gran sorpresa al ver que una novela autoeditada mantenía el primer puesto durante días: se titulaba La librería del señor Livingstone"

Durante las primeras semanas, confinada desde mi piso de Barcelona, miraba la lista de más vendidos de Amazon en digital con la intención de ver qué compraban los lectores en esos tiempos tan extraños. Me llevé una gran sorpresa al ver que una novela autoeditada mantenía el primer puesto durante días: se titulaba La librería del señor Livingstone y su autora era Mónica Gutiérrez. Fueron varias cosas las que llamaron mi atención, y la primera, como buena bibliófila, fue el título. Tras entrar en la ficha del libro, me asombraron los más de seiscientos comentarios positivos que acumulaba, pues es muy inusual conseguir tantas reseñas positivas. Uno de ellas destacaba en esos días grises: “Iniciar un libro con una sonrisa y que no desaparezca hasta 288 páginas después, tiene mucho mérito”. Por último, me fijé en la fecha de publicación. La novela llevaba publicada en digital desde 2017, pero no era hasta ahora que había conseguido una mayor popularidad. ¿Quizás no era yo la única que echaba de menos abrir las puertas de una librería y sentir que puedo elegir un sinfín de mundos posibles a los que viajar?

En ese momento, compré el ebook y empecé a leerlo. La antropóloga barcelonesa que protagoniza la novela se encuentra, como nosotros en esos días, un poco perdida. Lleva ya varios meses en Londres y no ha podido encontrar ningún trabajo relacionado con su profesión. Una tarde lluviosa, tras desorientarse por el barrio del Temple —ese oasis de calles antiguas y pequeñas del centro de Londres—, se refugia en la librería del señor Livingstone, un librero cincuentón y cascarrabias que busca urgentemente una asistente. Así describía Mónica al personaje que da título a la novela:

«Como buen librero, su Mundo era su librería; su Estado, la lectura; y su Constitución, el índice alfabético de títulos y autores que había informatizado hacía unos años pese a que era capaz de encontrar de memoria cualquier ejemplar que el cliente le solicitase, incluso en el peor de sus días».

"Mónica escribe una historia entre citas de Dickens y Shakespeare o incluso referencias a Peter Pan, Harry Potter y Sherlock Holmes"

Poco tardará Agnes —y menos tardaremos nosotros— en enamorarse de esa librería y de su clientela: un niño llamado Oliver Twist que pasa las tardes leyendo astrología, una editora obsesionada con las obras de Tolkien, una clienta a quien le dan migrañas los escritores rusos e incluso un agente de Scotland Yard que viene a la librería a investigar el robo de un antiguo manuscrito.

Decía Gloria Fuertes que “los libros son para la mente lo que las tiritas para las heridas” y, precisamente, en esa noche que pasé leyendo a Mónica Gutiérrez —enamorada de todos y cada uno de sus personajes y sin poder acostarme hasta las mil—, conseguí ponerme esa tirita, salir por unas horas de mi piso, irme al mundo de la librería del señor Livingstone y sentirme menos sola. Al día siguiente, después de haber investigado quién era la autora, mirar qué otros libros había publicado y autopublicado y ver que era un referente en el género feel-good en España, supe que el resto del equipo editorial tenía que conocer este libro. Había que llevarlo a las librerías.

En un otoño londinense —el escenario literario por excelencia—, Mónica escribe una historia que, entre citas de Dickens y Shakespeare o incluso referencias a Peter Pan, Harry Potter y Sherlock Holmes, nos trasmite su amor a la literatura y al mundo de los libros. Este es justamente el sentimiento que emanan todas las librerías y que yo y otros muchos lectores echábamos tanto de menos en esos días.

"La librería del señor Livingstone se convirtió en la librería a la que todos los lectores acudimos cuando las demás tenían que permanecer cerradas"

Durante esas semanas que no tuvimos librerías, el fenómeno literario en internet fue un libro que trasmitía su amor hacia ellas, un amor que compartimos los lectores y que nos hace sentir más unidos. La librería del señor Livingstone se convirtió en la librería a la que todos los lectores acudimos cuando las demás tenían que permanecer cerradas.

El jueves 15 de octubre, meses después de mi noche en vela y tras un excelente trabajo del resto de equipos implicados que se emocionaron desde el primer momento (diseño, redacción, marketing, prensa, comercial y el equipo de foreign rights), se puso a la venta nuestra edición de La librería del señor Livingstone. Pero, además, este maravilloso libro no solo se encuentra ya en las librerías de toda España, sino que hemos recibido la noticia de que en 2021 también podrán disfrutar de esta historia los lectores de Alemania, Francia, Italia e Israel. En esta Feria de Frankfurt tan inusual es casi un milagro que una autora que aún no es conocida internacionalmente y un libro del que ni siquiera tenemos datos de venta estén resultando tan atractivos para los editores internacionales. Está claro que, como diría Borges, no era yo la única que echaba de menos entrar por las puertas de este paraíso que es la librería.

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Autora: Mónica Gutiérrez. Título: La librería del señor Livingstone. Editorial: Ediciones B. Venta: Todostuslibros y Amazon 

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