A medida que la interlocutora se sumerge en el pasado y comienza a ver lo que era distante con nuevos ojos, la realidad y la imaginación se entrelazan: “Me busco otra vez en el espejo y veo mi Manderley ardiendo / y no recuerdo si fue escenario”, leemos en el poema que da título a la colección.
Versos llenos de vulnerabilidad, duda y angustia se redactan con claridad, mientras tiemblan con miedo a que todo se derrumbe: “Sentada junto a la nada que ahora me acompaña, / (…) sin eso que he perdido” (“después”). Todo este pasado complejo, insiste la doctora en Literatura y Estética, encierra la promesa de un futuro igual de perdurable: “Raquítica la vida / si hay que hablar de vasos rotos” (“durante”).
Denuncia la ensayista de Mohamed Chukri: Hambre de escritura (2021) nuestros intentos de distorsionar, borrar o reescribir la historia: examina, de paso, la forma en que nuestras emociones son manipuladas, controladas y suprimidas: “Arañados están los caminos surcados / cuando arrastramos los pies / olvidando que andamos hacia el futuro” (“Nudos del tiempo”).
Moverse a través de estos poemas es navegar por una red de restricciones (permisos, puestos de control, desvíos) diseñados no solo para obstruir sino para agotarnos. Es este un libro sobre la memoria y los monumentos conmemorativos, donde se ahonda en la brecha entre la imagen y la realidad, la diferencia entre quienes creemos ser —nosotros mismos y los demás— y quienes somos realmente: “El hilo invisible de ondas que fingen ser silencio para hacernos sentir una inquietud incómoda” (“De un tiempo incierto”).
En el corazón del poemario de la XXIX Premio de creación literaria el Drag mora el conflicto mismo, la idea de una biolírica que rastrea lo que ha perdurado durante milenios, testimonio del sufrimiento de quienes consideran al libro un hogar: “Del espacio vacío se vuelve sin más. Se vuelve algún día” (“Del espacio vacío”).
Atenta al peso de los acontecimientos, aunque reticente a dejarse aplastar por ellos, la meticulosidad surge con una fuerza serena. La primera persona del plural es íntima pero resuelta, las ocasionales referencias sugieren cierta distancia: un reconocimiento de que la poeta es sujeto de esta vasta tragedia, “aunque esta “luz” proceda de un majestuoso incendio personal y necesario para la purificación, como podría simbolizar la mansión en llamas de Manderley”, sostiene en la introducción el catedrático de Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla José Manuel Camacho Delgado.
Su análisis mesurado de cómo hemos llegado a este punto enhebra un registro amargamente furioso de la devastación. La Premio de Poesía Manuel Alcántara es voz de cordura y mesura en el tenso y tendencioso tira y afloja de la actualidad, del que la escritora se defiende mediante la soledad de la escritura: “La conciencia de tiempo abolido consigue contagiársenos y asomarnos al lugar al que la propia voz que habla se enfrenta: el abismo”, concluye Premio Nacional de Narrativa 2020 Juan Bonilla en la nota de contraportada.
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Autora: Rocío Rojas-Marcos. Título: Anoche soñé que regresaba a Manderley. Editorial: Esdrújula. Venta: Todos tus libros.


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