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Somos todos unos cotillas

Somos todos unos cotillas

Una enorme cantidad de los documentos que nos han llegado desde la antigua Roma contienen, más que información de relevancia histórica, cotilleos, rumores y chismes sobre los famosos de la época. Paco Álvarez ha recopilado toda esa información y ha escrito un libro en el que se da buena cuenta de las habladurías en torno a figuras tan relevantes como Julio César, Cleopatra o Calígula. En definitiva, un libro sobre el salseo de la Roma clásica.

En este making of, Paco Álvarez nos cuenta los motivos por los que escribió Crónica Rosa Rosae (Larousse).

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Tal vez llegar a esa conclusión de manera clara y palmatoria me llevó a plantearme escribir de una vez por todas Crónica Rosa Rosae. Los cotilleos de hace dos mil años… y dos mil años no es nada. Para empezar, todos los historiadores en el fondo nos dedicamos a apuntar rumores sobre cómo se vivía en otras épocas, incluso sobre cómo vivían los famosos de otras épocas. Con quién se acostaban, a quién odiaban… Siguiendo con esto, sabios como Oscar Wilde fueron más allá cuando afirmaron que en realidad «La historia es únicamente chismorreo». ¿Estamos para discutir con los sabios? ¿No, verdad?

Pues eso. Autores tan serios como Homero, Hesíodo, Demóstenes, Aristóteles, Séneca, Cicerón, Tácito, Catón, César, Flaubert, Oscar Wilde o Marx (Groucho, por supuesto) escribieron sobre los rumores, así que si los grandes romanos de todos los tiempos lo hicieron, no debería estar mal visto que uno más pequeño, «un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo», que diría López Vázquez, pueda escribir de rumores buscando similitudes entre el ser humano de entonces y el de ahora, que en el fondo sigue siendo el mismo con idénticos problemas: amor, pasta, jefes, sexo (poco), gobierno, hijos adolescentes, Hacienda, etc.

"Sobre Historia Antigua, digan lo que digan, nadie ha hallado la verdad, y si tal cosa afirman, no hagas caso, es solo un burdo rumor"

Así que me lancé a la aventura, buscando entretenimiento entre tanto problema y  preguntándome sobre la fiabilidad de lo que llamamos fuentes literarias. Oye, es que a lo mejor no son tan fiables, lo que pasa es que son las únicas que tenemos… pero creer a pies juntillas lo que dice Suetonio o Tácito, cuando ellos mismos reconocen que usan las Acta, los periódicos de cotilleos de la época como fuentes de información para los primeros emperadores, es más o menos como si utilizáramos nosotros El Caso como fuente para escribir lo sucedido en los años 60 en España. En fin, “el caso” es que creo que tenemos que bajar del podio a estos libros, cuyas versiones copiadas y recopiadas es bastante improbable que cuenten verdades como puños y aprender a reírnos más del pasado, a tomárnoslo un poco más como el cotilleo enorme que es.

¿Por qué damos por hecho que Calígula era un depravado, Cleopatra una vampiresa y que a Nerón le gustaba jugar con fuego? A lo mejor, sólo a lo mejor, nada era tan exagerado como nos lo pintaron. Más divertido que considerar que sabemos la verdad, es seguir buscándola. Como decía André Gide: «Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado». Y sobre Historia Antigua, digan lo que digan, nadie ha hallado la verdad, y si tal cosa afirman, no hagas caso, es solo un burdo rumor. Un cotilleo sin fundamento.

"A lo mejor por eso nos gusta la Historia, porque todos los que salen, por ejemplo en la Historia de Roma, son famosos y, en el fondo, ya no hay famosos como los de antes"

Nos creemos los escándalos, lo de quemar Roma, o lo de que los Stones se cambian la sangre. Incluso hay decenas de miles de personas que creen que Hillary Clinton forma parte de una secta satánica pederasta que controla el poder mundial desde el sótano de una pizzería (cómo me recuerda esto a lo que se decía sobre Tiberio). Empecé a escribir y cada vez había más cotilleos y citas sin confirmar en la Historia. Ya lo decía Groucho: «Cítenme diciendo que me han citado mal». Los romanos eran unos cotillas, sus fuentes literarias no son fiables y lo que es más, seguimos siendo unos cotillas dos mil años después.

Somos unos cotillas desde siempre; la primera, primera vez que entramos en las redes sociales (¿te acuerdas?) lo primero que buscamos fue a nuestros ex. Y que tire el primer smartphone el que esté libre de pecado… Es más, las redes sociales son el triunfo del cotilleo. ¿Qué somos los seguidores sino gente que cotilleamos todo el rato lo que hacen aquellos a quienes seguimos? A lo mejor por eso nos gusta la Historia, porque todos los que salen, por ejemplo en la Historia de Roma, son famosos y, en el fondo, ya no hay famosos como los de antes.

De todos, toditos los famosos de Roma, salseamos en Crónica Rosa Rosae. La Historia no tiene por qué ser solemne, puede ser divertida, y contando los cotilleos de la antigua Roma sólo pretendo crear afición. Te lo vas a pasar tan bien leyéndolo como yo me lo pasé escribiéndolo… y no, no es un rumor…

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Autor: Paco Álvarez. Título: Crónica Rosa Rosae. Editorial: Larousse. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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