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Un viaje emocional corporativo

Un viaje emocional corporativo

Un hombre obsesionado con el triunfo laboral decide ocultar la muerte de sus compañeros de trabajo como a sus propios hijos. De hecho, también se niega la viudedad a sí mismo. Evidentemente, la vida se encargará de poner cada cosa en su lugar.

En este making of Luis Díaz de Bustamante muestra el germen que le llevó a escribir El viudo (NdeNovela).

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El viudo es una reflexión mordaz sobre las prioridades, el duelo, y la desconexión emocional en la vida corporativa. Escrita en un tono irónico, retrata a un ejecutivo en pleno ascenso al poder que, ante la repentina muerte de su esposa, decide seguir adelante como si nada hubiese ocurrido, ocultando esta desaparición a su entorno profesional, a sus hijos pequeños, incluso a él mismo. A través de los diarios que va escribiendo a su terapeuta Paul, el protagonista se enfrenta a un proceso de duelo que no reconoce como tal.

Cuando empecé a escribir El viudo no pensaba en absoluto que el protagonista sería viudo. Quería plantearla como un Diario de Bridget Jones para hombres, en las que, en tono de humor, se diseccionasen todas las inquietudes y desafíos profesionales y personales a los que nos enfrentamos los ejecutivos de 40 años (que es el universo que más conozco por mi trayectoria profesional). Pero luego me fui de vacaciones a Biarritz, y en medio de la playa mi hija se puso a jugar con un niño, y el abuelo de ese niño (típico señor francés con buena pinta), a quién le revelé que estaba escribiendo una novela, me sugirió que el protagonista fuese viudo. A él le pareció lo más, y a mí también, dado que la viudedad abría un amplio espectro de posibilidades para explorar. No he vuelto a ver a ese señor en mi vida y creo que, de alguna manera, le debo la novela.

"La viudedad me permitía explorar conflictos como las conversaciones que se han quedado en el tintero, los secretos que uno se puede llevar a la tumba"

A partir de ese momento, quise confrontar al protagonista a dos extremos opuestos en las dos esferas más importantes de su vida (momento de máxima presión profesional ante el ascenso por el que ha peleado los últimos quince años y momento de mayor desolación personal, como es la pérdida repentina e inesperada de su mujer) y relatar la que quizás, fuese, la semana más complicada de toda su existencia. Siempre, eso sí, sin perder el tono irónico y ácido del narrador.

La viudedad me permitía explorar conflictos como las conversaciones que se han quedado en el tintero, los secretos que uno se puede llevar a la tumba, también la culpa o los remordimientos por no haber atendido lo más importante, o lo que se puede ir de un momento a otro.

La verdad es que me documenté bastante con respecto a las etapas del duelo. Al no haber pasado afortunadamente por esta experiencia, quise ubicar al protagonista en plena negación (entendiendo que estas etapas pueden no ser cronológicas), pero también quería atisbar la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.

"Dibujé un protagonista con todas mis virtudes y mis defectos llevados al extremo, dejando que fluyese por una historia completamente ajena a mí"

La ambientación del mundo corporativo fue muy fácil porque llevo trabajando en multinacionales desde hace veinte años y es un territorio que conozco muy bien. Quise que la historia se desarrollase en una Big4 porque es el sistema más jerarquizado que conozco, pero también el más competitivo y transparente, en el sentido en que desde el primer momento en el que te reclutan sabes que estás en una competición que te puede llevar a ser socio.

He aflorado el mundo de las terapias porque creo que la salud mental en el terreno laboral es otro factor del que se empieza a hablar más a menudo. También me interesaba escribir una “nueva novela masculina”, en el sentido de que, a pesar de que el protagonista tiene todos y cada uno de los retos e inseguridades que pueden afectar a la inmensa mayoría de los hombres (éxito profesional, desconexión emocional con la familia, paternidad ausente) es una novela que habla mucho de sentimientos (algo que, en la generación a la que pertenezco, no es lo más habitual). El hecho de que toda la novela fuese en forma de diario me facilitaba esta tarea reflexiva.

Dibujé un protagonista con todas mis virtudes y mis defectos llevados al extremo, dejando que fluyese por una historia completamente ajena a mí, pero en un mundo que conozco de memoria.

"Creo que no he vuelto a ser el ejecutivo que era al haberme convertido en escritor, pero también creo que no podría haber sido escritor sin haber sido el ejecutivo que era"

A la hora de escribir, me imaginaba a mí mismo en todas y cada una de las situaciones del protagonista, lo que me ha permitido plasmar con mucha crudeza muchas partes de la historia, pero con la serenidad de que no me estaba sucediendo en la vida real. Hay rasgos estéticos que son míos pero que cumplen una función (como la utilización de películas para hablar de sus sentimientos, o la atribución de apodos muchas veces impertinentes para reflejar esa carga de mordacidad, quizás de amargura, por las que está transitando el protagonista en esos momentos de shock).

El proceso de escritura fue bastante divertido. En primer lugar, porque, como he dicho antes, me imaginaba a mí mismo en una situación completamente extrema y me divertía proyectarme en la historia.

En segundo lugar, coincidió con un periodo de excedencia que decidí tomarme a raíz del nacimiento de mi segundo hijo. Llevaba toda mi vida trabajando a un ritmo frenético y esa pausa (que, además, coincidió con la pandemia, en la que el mundo que habíamos conocido hasta la fecha se iba a terminar), me resultó tremendamente creativa y liberadora.

Creo que no he vuelto a ser el ejecutivo que era al haberme convertido en escritor, pero también creo que no podría haber sido escritor sin haber sido el ejecutivo que era. Sólo espero poder seguir contando historias, y que los lectores se sientan acompañados por mi primera novela y las siguientes. Me gustaría que les entretuviese, divirtiese, emocionase, de la misma manera que lo ha hecho conmigo escribiéndola.

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Autor: Luis Díaz de Bustamante. Título: El viudo. Editorial: NdeNovela. Venta: Todostuslibros.

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