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Una foto, un rebaño y una sombra

Una foto, un rebaño y una sombra

Ambientada en los puertos de la Cordillera Cantábrica, esta novela es una tragedia griega con tres héroes que tienen que sobrevivir en una montaña que, de algún modo, está en guerra. Una montaña, además, en la que aparece un cuerpo sin vida en el claro de un bosque.

En este making of Marta del Riego reflexiona sobre los motivos que le impulsaron a escribir Cordillera (AdN).

***

Una niña en cuclillas sostiene en brazos a un cordero, detrás su abuela le muestra algo, y más atrás un muro de bloques y un portón de hierro amarillo. La fotografía tiene un encuadre extraño, como si estuviera tomada desde muy abajo y a lo loco, sin pensar. Todo se mueve en la foto y todo está un poco torcido.

En los días oscuros de la pandemia, que pasé en la casa del pueblo, me topé con esa foto y no podía quitármela de la cabeza. La niña, el corderín, la majada. Me imaginaba todo el páramo leonés detrás, el río, los álamos moviéndose con la brisa. Podía sentir el olor a estiércol, a heno, a leche. Escuchar el masticar de mandíbulas, el balido agudísimo del cordero, el grave de la madre. Olores de hogar. Sonidos de hogar.

De ahí nació Cordillera (AdN), de esa fotografía, de ese recuerdo. El recuerdo de la majada de mi padre en el páramo leonés.

Sobre esa fotografía se cierne una sombra. Cuando escribí Cordillera ya sabía que sería un country noir, un thriller. Que habría sangre, peligro, muerte.

Y vida salvaje.

"He pasado horas escuchando esas conversaciones, que si viene lloviendo, que si una oveja tiene mamitis, que si el mastín, que si el loubu"

Porque Cordillera también nació de otro recuerdo. De rapaces, había una hora sagrada en la que nos sentábamos apretados en el sofá de eskay rojo de la sala: empezaba El hombre y la tierra, de Félix Rodríguez de la Fuente, esa serie documental que nos mostró cómo la vida silvestre ruchaba en nuestros bosques y montañas, mientras nos convertíamos en un país moderno y nos alejábamos cada vez más del campo.

Así que, ¿de dónde nació Cordillera? De la majada de mi padre y de mi fascinación por la naturaleza.

Y hay más. De niña y adolescente, me acostumbré a escuchar las conversaciones de mi padre con los merineros de la montaña leonesa, que bajaban, y aún bajan, andando con los rebaños desde los puertos leoneses de Luna y Babia hasta las vegas y páramos del sur de la provincia. He pasado horas escuchando esas conversaciones, que si viene lloviendo, que si una oveja tiene mamitis, que si el mastín, que si el loubu.

"El oso, con ese algo tan humano que tiene, es un animal salvaje capaz de sobrevivir en un entorno domesticado, lo que demuestra una gran inteligencia"

Escribí Cordillera empujada por el deseo de contar la historia de los últimos trashumantes desde su propia voz, desde la voz de una pastora. Quería que fuera mujer porque a las mujeres rurales apenas se les escucha en la literatura. Y menos a las pastoras. Así que fui en busca de una pastora trashumante, y la encontré. Estuve con Violeta Alegre en el chozo que tiene en los puertos de Luna y Babia, estuve con ella en la majada que tiene en el páramo leonés, no lejos de la majada de mi padre. Intentar comprender la vida de una pastora trashumante que pasa de nueve de la mañana a nueve de la noche al aire libre sola con sus ovejas. Intentar comprender su ritmo. Ese ritmo pretérito, que llega de miles de años atrás. En los puertos de Babia se han encontrado restos arqueológicos de actividad ganadera y trashumante que datan de hace 5.000 años. Intentar comprender —y celebrar— cómo ese modo de existencia ha logrado pervivir hasta hoy.

Y hay más. Escribí Cordillera empujada por otro deseo, el deseo de narrar la naturaleza y la biodiversidad en la Cordillera Cantábrica, ese espacio mítico y real, que se extiende durante 480 kilómetros de oeste a este en el norte de España. Contarlo desde la parte que conozco bien, la cara sur. Adonde iba con mi padre a buscar ovejas y mastines. En ese espacio habita el oso pardo.

"Cordillera también nace de otro deseo, del deseo de contar la historia de un biólogo que cree en la naturaleza como mi padre creía en los rebaños cruzando las cañadas"

El oso, con ese algo tan humano que tiene. Es un animal salvaje capaz de sobrevivir en un entorno domesticado, lo que demuestra una gran inteligencia. En la Cordillera Cantábrica hay más de cuatrocientos ejemplares, sobre todo en la cara norte, la asturiana, y en la cara sur, la leonesa. Quería contar la historia de una osa, de una hembra, desde la voz de la osa. Darle voz a los no humanos. Una osa que sale del encame de invierno con sus crías, un momento increíblemente tierno. Las crías bebé, los esbardus, exploran el mundo y la madre les guía y acompaña. He hecho muchas esperas de oso, he visto ese momento, un momento de conexión sideral con la naturaleza. De paz. De salir de ti misma y comprobar que la vida salvaje todavía —y milagrosamente— existe.

Cordillera también nace de otro deseo, del deseo de contar la historia de un biólogo que cree en la naturaleza como mi padre creía en los rebaños cruzando las cañadas. Un biólogo que llega de Madrid con sus ojos de científico, con su mentalidad de científico, a estudiar al oso pardo, a conocerlo, a salvarlo de la extinción. Y se encuentra con un mundo de tradiciones y códigos ancestrales que le cuesta entender y que ve al oso, el ousu, como enemigo y no como especie digna de conservación.

Y se encuentra con la violencia, la sombra que se cierne sobre la fotografía de mi infancia.

"Cordillera nace del deseo de contar la lucha por el espacio entre humanos y no humanos en un lugar tan hermoso y agreste como la Cordillera Cantábrica"

Hay violencia y sangre porque hay violencia y sangre en nuestras vidas. Pequeñas violencias cotidianas o grandes hechos violentos. En un lugar duro como la Cordillera Cantábrica, todo el mundo tiene un hacha o una escopeta a mano. Esta novela habla de cómo a veces la violencia parece que pesa más que las palabras, más que el amor, pero también habla de cierta redención. Habla de comunidad, de ayudarse unos a otros como se hacía en las sociedades rurales en el pasado.

Cordillera nace del deseo de contar la lucha por el espacio entre humanos y no humanos en un lugar tan hermoso y agreste como la Cordillera Cantábrica. De contarla y de sobrevivir a contarla. Porque he dejado mucho de mí prendido en esta novela, he dejado infancia, he dejado preocupación por el medio ambiente, he dejado cuatro años de mi vida y, sobre todo, la necesidad de escribir una gran historia que anidaba en mí desde siempre.

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Autora: Marta del Riego Anta. Título: Cordillera. Editorial: AdN. Venta: Todos tus libros.

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