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Una invitación a conocer el pensamiento de Bunge

Una invitación a conocer el pensamiento de Bunge

Alfons Barceló (Palma de Mallorca, 1943), economista y antiguo catedrático de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona, lleva más de media vida interesado por los problemas teóricos y filosóficos que plantea su disciplina. De su reflexión sobre esos difíciles problemas nacieron diversas obras, entre las que sobresalen Reproducción económica y modos de producción (Serbal, 1981), Filosofía de la economía: Leyes, modelos y teorías (Icaria, 1992) y Economía política radical (Síntesis, 1998).

El trabajo que nos ocupa consta de 11 capítulos más prólogo y epílogo, escritos a lo largo de 40 años y de lectura relativamente independiente. En ellos el autor reseña el enfoque filosófico general del filósofo Mario Bunge (Buenos Aires, 1919), con hincapié en su filosofía de las ciencias sociales y, en particular, en su examen de diversos conceptos y enfoques del estudio de la economía. El recorrido se hace a vuelo de pájaro —y no podría ser de otro modo dada la magnitud de la tarea que se propone— pero a la vez con ojo de águila, gracias al conocimiento del material original y de los problemas epistémicos sobre el que el autor discurre. El tono general de la obra es informal y ligero en el buen sentido, salpicado aquí y allá con dosis moderadas de un humor que no oculta la importancia ni, en algunos casos, la gravedad de los problemas que trata.

"Cabe destacar que Barceló no se queda en los elogios, sino que también ofrece un puñado de interesantes críticas en el ámbito de su pericia, el de la filosofía de la economía"

La intención expresa del autor es, por una parte, “orientar y animar” a los lectores para que se aventuren en los “andurriales de la filosofía y los métodos científicos”; por otra aportar un paliativo a ese hecho “un tanto vergonzoso y hasta irritante” de que las ideas de Bunge no dispongan de una mayor audiencia. Más específicamente, Barceló se propone exhibir y difundir las virtudes de la filosofía científica desarrollada por Bunge. Científica, en primer lugar, porque allí donde es posible se imbrica, se apoya en los mejores resultados de la investigación científica del momento, y siempre es compatible con ellos. Científica, también, porque con la utilización de las herramientas formales propias de la ciencia consigue una claridad y un rigor poco habituales en las revueltas aguas de la disciplina filosófica.

“Claridad, rigor, buen conocimiento de la materia […], así como de los temas fronterizos y evaluación pluridimensional […] en el plano lógico, científico y social” son virtudes que el autor destaca en la obra de Bunge, virtudes que, añade, “deberían ser universales” en el ámbito filosófico y lamentablemente no lo son. Cabe destacar que Barceló no se queda en los elogios, sino que también ofrece un puñado de interesantes críticas en el ámbito de su pericia, el de la filosofía de la economía.

Simplificando un poco, son tres los grandes pilares que sostienen este libro. En primer lugar, los apuntes autobiográficos del autor acerca de su descubrimiento de la persona y la obra de Mario Bunge, siempre resaltando el profundo impacto que tuvo en su manera de pensar y la relación de amistad que se estableció entre ellos. Barceló no sólo considera a Bunge uno de sus maestros intelectuales, sino “el filósofo de la ciencia más importante del siglo XX”. Estos temas priman, o son especialmente importantes, en el prólogo, los capítulos 1 (“¿Cómo descubrí a Mario Bunge?”) y 10 (“Cinco menudencias”), así como en el epílogo, que es un breve obituario. Para dar más vida a su exposición de la relación con el maestro, y para pintarlo mejor, hacia el final de cada capítulo el autor ofrece muestras de las reacciones epistolares de Bunge a sus escritos, siempre halagüeñas.

"En resumen, se trata de una encomiable invitación a conocer el pensamiento bungiano, salpicada de apuntes biográficos y con aportaciones propias centradas en la filosofía de la economía"

Otro de los pilares de la obra es el recorrido por los aspectos generales de la filosofía bungiana (cap. 2 “Una excelente guía filosófica: el Tratado de filosofía”, cap. 7 “Noticia del Philosophical Dictionary y plan de traducirlo al catalán”). De ellos cabe destacar las siguientes hipótesis ontológicas. El universo (o mundo) como totalidad es un sistema de sistemas materiales (materialismo sistémico) caracterizados por propiedades globales de las que sus componentes carecen (emergentismo) y por comportamientos legales (determinismo causal y estocástico). Las acompañan las siguientes hipótesis gnoseológicas. El mundo es cognoscible (realismo), especialmente si se investiga de manera científica (cientificismo), aunque todo nuestro conocimiento del mismo es indirecto y parcial, y por ello falible (falibilismo), aunque perfectible (meliorismo). Además, puesto que el mundo es un sistema, la mejor manera de conocer la realidad incluye tener en cuenta sus cuatro aspectos básicos: las cosas que constituyen el sistema bajo estudio (composición); las cosas con las cuales el sistema establece intercambios de todo tipo, principalmente de materia, energía  e información (entorno); las relaciones que hay entre los propios componentes del sistema (endoestructura) y entre ellos y el entorno (exoestructura); y los procesos típicos o característicos que determinan el comportamiento de dicho sistema (mecanismo), desde su surgimiento a partir de componentes y precursores, pasando por su funcionamiento general, especialmente las actividades de mantenimiento y reparación, hasta su desintegración. El capítulo 9, “Sobre timos intelectuales”, es una recensión en la que se examina el contraste entre la metodología científica y la filosofía que subyace en las pseudociencias y pseudotécnicas.

El tercer pilar de la obra es el examen de la filosofía de las ciencias y tecnologías sociales de Bunge (cap. 3 “Una conferencia de Bunge sobre el socialismo”, cap. 5 “Una auditoría filosófica de las ciencias sociales”), en particular de su filosofía de la economía (cap. 4 “La ciencia económica bajo el cristal filosófico”, cap. 6 “Filosofía y economía, tres nociones bungianas”, cap. 8 “Tecnología, economía y sociedad”). El autor comparte en gran medida el juicio metodológico de Bunge respecto de las teorías económicas en boga, principalmente su “irrelevancia” por no referirse a la realidad y la falta de justificación epistémica y moral del monetarismo y la economía neoclásica en general. Aquí Barceló abandona parcialmente su papel de exégeta y pasa a ofrecer algunas perspectivas más personales sobre la materia. Entre ellas destaca un puñado de críticas al maestro, por ejemplo, su “sorprendente incomprensión del concepto de “valor””, su rechazo al desarrollo de una teoría pura del capitalismo, su exigencia de conexión con otros campos epistémicos en el ámbito de la economía básica y la dudosa utilidad de la distinción entre leyes y tendencias económicas.

En resumen, se trata de una encomiable invitación a conocer el pensamiento bungiano, salpicada de apuntes biográficos y con aportaciones propias centradas en la filosofía de la economía. El lector encontrará en esta obra una útil guía y acertadas referencias bibliográficas para explorar las principales ideas filosóficas de Mario Bunge.

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Autor: Alfons Barceló. Título: Interpretando a Bunge. Editorial: Laetoli. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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