Noviembre

Jueves, 3 de noviembre

Nuevo post en mi blog de Zenda. Esta vez se trata de un cuento escrito por John Dos Passos Coggin, nieto del autor de Manhattan Transfer.

Hay nuevos libros para comentar: Aspereza, de Cristina Cerrada (Catedral), La casa y la isla, de Ronaldo Menéndez (AdN).

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"La maniobra del PSOE ha facilitado que siga en el poder un partido que es ya una mafia con discursos evangélicos."

Rajoy ha formado gobierno. El PP tiene por delante unos cuantos años más para seguir jodiendo a las clases populares, esquilmando la hucha de las pensiones, autorizando a los empresarios a despedir impunemente, obligando a los actores y actrices a seguir mendigando que se rebaje el 21% de impuestos al teatro y al cine.

Tenemos gobiernos después de 300 días de sequía política. Tenemos gobierno porque la maniobra del PSOE ha facilitado que siga en el poder un partido que es ya una mafia con discursos evangélicos.

Lo peor es la impunidad.

Lo peor es que cada día hablan de lo mismo sin que se solucione nada.

Un juez concede un permiso a un delincuente sexual y a las pocas horas de salir de la cárcel se lleva a una chica a un bosque cercano, la viola y le rebana el cuello.

Lo peor es que ya había sucedido antes, con él y con otros como él.

Lo peor es que la sanidad pública se hunda un poco más cada día.

Lo peor es que la LOMCE no soluciona el problema de la educación.

Lo peor es que lo sabemos desde hace muchos años.

Lo peor, insisto, es la impunidad.

Lunes, 7

Estoy yendo en tren a Gijón en donde esta tarde tendré la reunión mensual del Consejo de administración de la RTPA.

Voy leyendo la novela de David Vicente, Esto podría ser un gambito de dama, pero es una canción de amor (editorial Almuzara).

Había leído esta novela en manuscrito hacía ya un tiempo y me había gustado, pero ahora me está gustando más. David Vicente emplea con maestría la voz del narrador omnisciente que de vez en cuando se dirige al lector con desparpajo. La historia transcurre en los años finales del imperio soviético a través del mundo del ajedrez y tiene ese componente dramático para los nacidos en Rusia y en todos los países de su órbita de influencia, que tan bien retrató Milan Kundera en La broma y en La vida está en otra parte.

Llevo puestos los auriculares que distribuye Renfe y leo y escribo con la música bien alta para no tener que soportar algunas conversaciones insulsas, o las que algunos viajeros desalmados retransmiten por su móvil, sin ningún pudor, a todo el vagón. Y ya puesto a decir lo que me desagrada de estos viajes es que coman en el asiento; la pareja que va a mi lado -ella no calló la boca en las dos horas y media que llevamos de trayecto, mientras él, con la mirada perdida, asentía con el mecer cansino de los elefantes cuando caminan-, acaban de volver de la cafetería con unos bocadillos que lo impregnan todo con olor a fritanga. Creí que eso, al menos, me libraría de su cháchara pero ella ha vuelto a la carga, hablando mientras mastica. Escribo entonces: “Más asesinable, imposible”, y me río porque me acuerdo de la novela de Agatha Christie, El tren de las 4,50, en donde la adorable ancianita Miss Marple presencia desde su ventanilla un homicidio en el compartimento del tren de enfrente, mientras ambos convoyes realizan una breve parada.

***

Siento cierto malestar cuando estoy con gente que ven pasar los acontecimientos políticos como si no fuera con ellos. Me gustan menos que los que militan en la derecha. Nunca soporté a los tibios, a los que se llaman así mismos apolíticos, porque son los que dejan hacer a la derecha a su antojo.

Me gustaría vivir en un mundo de ciudadanos con sentido crítico, con instituciones laicas, en donde la Iglesia ocupara solo el lugar que cada uno quisiera darle en su interior.

Continúo en el tren. Miro por la ventanilla mientras escucho música por los auriculares. La música, unida a la visión del paisaje, hace que ese paisaje cobre tonos épicos, cinematográficos. Me dejo llevar por ellos.

***

¿Qué pensaría Rajoy en la madrugada del 20 de noviembre de 1975?

Miércoles, 9

Te levantas de la cama, pones la radio y te dicen que las elecciones norteamericanas las ha ganado Donald Trump.

Deseas volver a dormirte y despertar dentro de cuatro años, con un anuncio más esperanzador.

Jueves, 10

Toca post en Zenda. ¿De qué escribir?, de carpe diem. Pues ¡carpe diem!

Viernes, 11

"Para mí, P. es mi inspiración."

Tampoco el despertar de hoy ha sido agradable. Se han muerto  Francisco Nieva y Leonard Cohen.

La mujer de Cohen, Marianne, había fallecido en julio. Leonard Cohen escribió:Que sepas que estoy tan cerca de ti que si estirases tu mano, creo que alcanzarías la mía”. Han pasado escasos cuatro meses para que su promesa se cumpliera. Marianne no solo fue su compañera, sino también su musa, como Cohen había dicho.

Para mí, P. es mi inspiración.

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Pepe Caballero Bonald ha cumplido 90 años. Lo he llamado por teléfono y me ha encantado hablar con él. Le he propuesto ir a verle con Daniel Mordzinski para que le sacara una foto soplando las velas. Me dice que saldrá un ratito a comer y que luego volverá cansado.

¿Qué haría yo si llegara a los 90?, o mejor, me pregunto: ¿llegaré a los 90?, y más: ¿hablaré por el móvil y saldré a comer? Me gustaría hacer lo que escribió T. S. Eliot en La canción de amor de J. Alfred Prufrock: “Pondré los pantalones blancos de franela y bajaré a la playa a pasear”.

Sábado, 12

El libro que hace unos meses empecé a hacer con Daniel Mordzinski está terminado. En unos días irá a imprenta y a mediados de diciembre lo tendremos. Ciudades para a(r)mar es una recopilación de fotografías de Daniel, que no son de escritores, a las que yo he puesto el texto a la mayoría. El prólogo lo ha escrito Pepe Caballero Bonald y la introducción Ramón Pernas.

Lunes, 14

He escrito cuatro folios para presentar la novela de David Vicente, Esto podría ser un gambito de dama, pero es una canción de amor, y he quedado satisfecho. Tengo que llevar las cosas bien hilvanadas para no perderme en el discurso y poder decir cosas coherentes que de otra manera olvidaría.

Ya estoy escrito, como decía Umbral cuando terminaba su artículo diario.

Martes, 15

Esta tarde he quedado con un grupo de personas que forman un club de lectura para charlar sobre poesía. Se reúnen quincenalmente para comentar una novela que el coordinador del grupo propone y que somete luego a votación, pero nunca lo habían hecho con la poesía, a sí que me estreno yo y se estrenan ellos con este género tan admirado y desconocido al tiempo.

***

Me preocupa P., que se ocupa de todo el trabajo de la agencia. Coordinar la comunicación, más tantos autores que terminan al tiempo su novela para que ella la lea, la corrija y la comente. Y luego hay que colocarla en una editorial. Después de mucho tiempo leyendo por obligación ha empezado a leer hace días una novela que viene con mucho éxito a sus espaldas: Tú no eres como otras madres, de Angelika Schrobsdorff (Periférica & Errata Naturae) y es la primera vez en mucho tiempo que la veo más animada, como si recibiera a través de esa lectura una nueva luz que le da ánimo. Ella, que siempre ha brillado por su inteligencia y por su ingenio, necesita de vez en cuando estos acicates, porque como dice José Antonio Marina, “Es ese momento innecesario, lujoso, incansable, el que permite que broten las actividades exclusivas de la inteligencia humana, entre ellas el ingenio. La férrea relación con la realidad que las rutinas establecen queda descoyuntada por la acción de nuestra maquinaria mental, que comienza a trabajar como los motores desembragados, encerrados en una actividad autónoma. Necesitamos la realidad, pero la realidad nos decepciona o nos aburre”. (Tratado de filosofía ZOOM. Edit. Ariel).

P. es deportista pero demasiadas veces aparece en su organismo algo que le baja las defensas o que la “envenena”, y lo escribo así porque su intolerancia al gluten hace que muy de vez en cuando salten alarmas inquietantes. Mi amor por ella me ha vuelto a recordar un libro que me causó una honda impresión hace algunos años. Un libro al que podría resumir como “De amor y enfermedad”. Se trata de De vidas ajenas, de Emmanuel Carrére (Anagrama). Lo he buscado y he vuelto a leer las últimas páginas que tanta emoción me produjeron entonces y siguen produciéndome porque las suscribo plenamente:

“Hélene lleva un pantalón de yoga y un jersey ligero, muy escotado; el pantalón le dibuja las nalgas, y el jersey, las puntas de los pechos. La encuentro hermosa, sexy , tierna, me maravillan la quietud de nuestro amor y la intensidad de esta quietud. A su lado sé dónde estoy. Se me hace insoportable la ida de perderla, pero por primera vez en mi vida pienso que lo que pudiera arrebatarme a ella sería un accidente, una enfermedad, algo que nos viniera desde el exterior, y no la insatisfacción, la fatiga, el deseo de novedad”.

Vuelvo al libro Tú no eres como las otras madres, porque su autora, Angelika Schrobsdorff, estuvo casada con Claude Lanzmann, autor de Shoah, la mítica película del Holocausto. Sus memorias, La liebre de Patagonia (Seix Barral), que al principio pensó titular La juventud del mundo, son fascinantes:

“Mi tiempo –dice Lanzmann– es totalmente aquel en el que vivo, con independencia de que el mundo me guste cada vez menos –y tengo motivos–, es el mío, sin ninguna duda. Ni jubilación, ni retirada, no sé lo que es envejecer, en primer lugar porque mi juventud garantiza la del mundo”.

Yo tengo el mismo sentimiento que Lanzmann, aunque me haya jubilado, pero solo administrativamente. El pensamiento no puede tomar asiento, que cantó Aute, aunque el mundo me guste cada vez menos. O tal vez por eso.

Miércoles, 16

La experiencia con el grupo de lectores fue gratificante, y también muy divertida. Se hacen llaman Club de Lectura Maravillas, por el barrio de Malasaña en el que empezaron a reunirse. Yo recordé uno de los libros de Rosa Chacel, que tituló precisamente así: Barrio de Maravillas, y ahí empezó la charla, en la que mezclé  la “teoría” con la lectura de algunos poemas de Ángel González, de Fernando Beltrán, de Joan Margarit, de Lope de Vega… Cuando los lectores habituales de novela escuchan estos poemas, se quedan sorprendidos; no sé si he conseguido interesarles, parecía que sí, ya veremos. Lo que hicieron algunos de ellos fue comprar mi libro Poesía para los que leen prosa (Visor) y con ese punto de partida charlamos desde las siete y media hasta casi las diez.

Jueves, 17

He comido con Gerardo Marín, de Alfaguara, y como cada vez que nos vemos me trajo libros: Velázquez desaparecido, de Laura Cumming (Taurus) y El libro de la madera, de Lars Mytting, que le he dado a Gonzalo Pernas Frías para que lo comente en Zenda.

Sumo un apasionante Cartas a Eugenia, de Holbach, un “preservativo contra los prejuicios”, según reza la leyenda editorial, y Neurociencia para Julia, de Xurxo Vilariño, “un viaje de exploración a la maquinaria de la mente”; ambos de la editorial Laetoli. Mi amigo, el poeta y editor Antón García, me hace llegar Isla de mí, de Ledo Ivo, y Nostalgia de la acción, de Ana Gorría que inauguran la editorial Saltadera.

Con La larga cadena del ancla, de Ives Bonnefoy, en Galaxia Gutenberg,  llego a la fácil conclusión de que necesito bastante más tiempo.

Los demasiados libros, que diría Gabriel Zaid. Gran libro.

Viernes, 18

Esta tarde se presenta la última novela de Ronaldo Menéndez, La casa y la isla (AdN), en la librería  Tipos infames, en la librería de moda para las presentaciones. Volvemos a entrar en el barrio de Maravillas, muy cerca del nuestro, a medio cambio entre Chueca y Justicia.

***

Ha venido María Iglesias (Lazos de humo. Temas de hoy) desde Sevilla porque en Matadero estrenan su documental sobre las migraciones africanas a Lesbos. Un documento apasionante en el que María echó el resto, como se suele decir.

Sábado, 19

Hoy han caído nueve capítulos de la séptima y última temporada de Mad Men. En uno de ellos muere el excéntrico personaje de Bertram Cooper, fundador de la agencia de publicidad junto con Roger Sterling. Las pocas reuniones que Cooper hacía en su despacho, en el que todos se tenían que descalzar al entrar, se veía colgado un Rothko que añadía un aire de modernidad al conjunto de la serie.

El adiós a Don Draper está cerca.

Jueves, 24

Esta tarde iré con Fernando Beltrán al Real a disfrutar con Mozart y La clemenza di Tito.

Viernes, 25

“Siempre he creído que lo que ha pasado alguna vez nunca puede deshacerse, así que en realidad todo dura para siempre. El ser, lisa y llanamente, tiene memoria. Así que incluso mi insignificancia –un niño burgués, asistente de laboratorio, soldado, tramoyista, autor teatral, disidente, preso, presidente, pensionista, fenómeno público eremita, presunto héroe y miedoso encubierto– estará aquí para siempre, o más bien, no aquí mismo, sino por algún sitio. No en otro lugar. Por aquí”.

"En algún lugar, pero por aquí, vagando entre estas líneas, está el niño feliz, el vendedor de ilusiones, el rebelde, el padre, el ingenuo diletante, el antihéroe y el pensionista. El enamorado de la vida."

Descubro estas palabras de Václav Havel que abren las páginas de Havel. Una vida (Galaxia Gutenberg), escrito por Michael Zantovsky, y me doy cuenta de que este texto podría ser el frontispicio de mi Dietario:

“En algún lugar, pero por aquí, vagando entre estas líneas, está el niño feliz, el vendedor de ilusiones, el rebelde, el padre, el ingenuo diletante, el antihéroe y el pensionista. El enamorado de la vida”.

Sábado, 26

La noticia del día y de la semana es la muerte de Fidel Castro. Recuerdo la lectura de su libro, La historia me absolverá, cuando yo era joven e indocumentado. Lo que sigo sin comprender es la fidelidad que siguen teniendo algunos amigos por el fenómeno de la revolución que fue importante en los años 60/70 y marcó un nuevo rumbo para Latinoamérica que algunos hubiéramos querido menos caudillista. Pasado un tiempo las revoluciones dejan de serlo para convertirse en un trabajo que administra esa revuelta que un día sembró la esperanza. Pasado un tiempo la utopía se aleja cada vez más y se convierte en un pozo en el que los nuevos sátrapas se la adueñan exclusivamente para la “élite revolucionaria”. Sí, la educación, sí, la sanidad, sí, la seguridad…, pero no la represión, no la mordaza, no el aplastamiento del disidente, no la homofobia…

“Libertad, ¿para qué?”, respondió Lenin a Fernando de los Ríos, de la comisión ejecutiva del PSOE, cuando fue a entrevistarse con él a Rusia en 1920.

“Llegó el comandante y mandó a parar” que cantaba Carlos Puebla.

Mi recuerdo ahora es para Heberto Padilla, Guillermo Cabrera Infante, Reinaldo Arenas, Severo Sarduy…

Lunes, 28

Antes de llegar a la tertulia, caminando por la calle del Arenal, ancha y peatonalizada, a pocos metros de la Ópera, entré en la iglesia de San Ginés, muy cerca de la famosa chocolatería que hace esquina con el pasadizo del mismo nombre en donde, desde que tengo memoria, venden libros usados y láminas con dibujos. Es una casetita que sobresale de la pared, tocada por unas tejas que le dan un aire dickensiano. Tienen una mesa larga en la calle llena de libros. Apenas se encuentran ediciones interesantes pero se disfruta del ambiente recogido y casero, y sobre todo del sosiego  y de la tranquilidad de estar fuera del circuito de los coches, cada vez más volcados en hacerse notar con sus cláxones, el juguete de los mayores que no han crecido aún lo suficiente en la asignatura de convivencia.

En la iglesia se estaba celebrando la misa y no habría más de veinte fieles diseminados por los bancos corridos y otros tantos dando vueltas para admirar los diferentes rincones y altares que se abren alrededor de la nave central. Se construyó en el siglo XVII, y las pinturas y las esculturas no están nada mal. Estoy en el entorno del Madrid de los Austrias y se nota cierto aire de Villa y Corte. La iglesia tiene una inscripción a la entrada que fue lo que más me gustó. Entre la literatura que explica el interés del edificio, cuenta que allí se bautizó Quevedo en 1630, se casó Lope de Vega en 1638 y falleció Tomás Luis de Vitoria en 1611.

Pasear por Madrid.

Martes, 29

Una célula se topa con un fallo en la copia de sus genes en el momento de dividirse. Es un momento crucial en su vida porque cada vez que el ADN de una célula se copia para fabricar otra célula, hay errores que se van acumulando. Aunque algunos no tengan ninguna consecuencia, y otras las tengan benignas, puede que algunos de esos errores permitan que se inicie una célula cancerosa.

Esa es la lotería que se juega en el interior de nuestro organismo a cada segundo.

Miércoles, 30

Me invita Marifé Moreno a comer en el Eurobuilding con Óscar García, estrella Michelin en el restaurante Baluarte de Soria; Luis Bartolomé, del restaurante del hotel, y Julián Arranz, repostero de la pastelería Arranz, en Pedraza. Como se se suele decir, la comida estuvo maridada con vinos de la Ribera del Duero, de Arlanza, de Cigales, Rueda y el Bierzo. Se celebraba una campaña de la Comunidad de Castilla y León para animar a pasar las navidades en estas tierras con tanta historia y tan buena tradición culinaria.

Javier Ramírez Utrilla, director general de Turismo de la Junta de Castilla y León, fue el encargado de hacer los honores. Entre otros comensales conocí a Jesús Flores Téllez, afamado sumiller y premio nacional de gastronomía, con quien compartí algunos comentarios jocosos. Hacía ya algunos años que no participaba de un encuentro gastronómico como los que yo organizaba en la Delegación del Principado de Asturias en Madrid para promocionar el Paraíso Natural.

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