2025, el año de la explosión en España del británico Adrian Tchaikovsky

Portada: Adrian Tchaikovsky. Foto: María Fuentes.

Y es que hay sucesos que parecen inevitables. No porque estén escritos en las estrellas ni dictados por alguna voluntad cósmica, sino porque obedecen a una lógica tan natural como la del agua: la que fluye, atraviesa piedras, esquiva obstáculos y, tarde o temprano, termina en el mar. Así, con esa misma certeza fluvial, parecía inevitable que Adrian Tchaikovsky no solo fuera traducido al castellano, sino que se convirtiera —gota a gota, libro a libro— en una de las voces más importantes de la ciencia ficción y la fantasía publicadas en nuestro país.

Su relación con España empezó casi como una anécdota: Tchaikovsky fue invitado al festival Celsius 232 incluso antes de que sus obras se hubieran traducido al castellano. Por entonces, su nombre —que sonaba más a compositor de música clásica— figuraba en el cartel como otro autor anglosajón que triunfaba fuera, pero que no era conocido por los lectores españoles. Y sin embargo, quien le invitó sabía lo que hacía. Tchaikovsky ya era un escritor respetado, con una bibliografía en constante crecimiento y una presencia sólida en el exigente mercado británico.

Y es que razones no faltan. Adrian Czajkowski (así es su apellido real, de origen polaco) nació en Lincolnshire en 1972. Estudió zoología y psicología en Reading, aunque terminó dedicándose profesionalmente al derecho. Durante años compaginó su trabajo como abogado con la escritura, hasta convertirse en autor a tiempo completo. Esa formación científica, junto a su pasión por los juegos de rol (fue durante mucho tiempo máster habitual de campañas), se refleja poderosamente en sus obras: mundos detallados hasta lo microscópico, especies no humanas complejas, ecosistemas creíbles, estructuras sociales con conflictos políticos y legales bien definidos… Además, le fascinan los insectos; en especial, las arañas, a las que ha convertido en protagonistas de varias de sus historias. También ha narrado audiolibros de sus propias obras y participa activamente en comunidades de juegos de mesa y escritura. En resumen: un autor polifacético, riguroso y con una voz inconfundible.

Desde su debut en 2008 con Empire in Black and Gold, primer volumen de la serie (inédita en español) Shadows of the Apt, no ha dejado de publicar. Desde entonces ha firmado más de 40 libros y se ha consolidado como una fuerza creativa imparable. Su ritmo de trabajo se debe, en parte, a una rutina férrea: escribe por las mañanas en cafés con música instrumental de fondo y revisa por las tardes. Previamente, lleva a cabo una planificación minuciosa: diseña mundos completos con culturas, religiones, tecnologías y conflictos políticos bien definidos desde el primer párrafo.

En España, su desembarco ha sido pausado, pero constante. Alamut fue la primera editorial en apostar firme por Adrian Tchaikovsky, publicando a finales del 2018 Herederos del tiempo, obra galardonada con el premio Arthur C. Clarke, e inicio de la trilogía Herederos, completada ya con Herederos del caos y Herederos del recuerdo. Una saga —ganadora del premio Hugo a la mejor serie— que, desde la ciencia ficción más dura, imagina cómo otras especies, entre ellas las arañas, podrían desarrollar civilizaciones propias e interactuar con la humanidad.

También Alamut lanzó su trilogía de Los Arquitectos, compuesta por Huérfanos de la Tierra, La mirada del vacío y Amos del no-espacio. Una space opera deslumbrante en la que la humanidad se enfrenta a su extinción ante unos seres conocidos como los Arquitectos: invencibles, incognoscibles y empeñados en destruir planetas transformándolos en incomprensibles obras de arte. Una saga que despliega distintas especies, culturas y complejos conflictos políticos, religiosos y filosóficos.

La editorial Red Key Books ha publicado en el mercado español dos novelas breves de Tchaikovsky: Linaje ancestral, obra a caballo entre la ciencia ficción y la fantasía postmoderna, con ecos evidentes de Qué difícil es ser dios, de los hermanos Strugatski, y Criaturas fabricadas, una historia de fantasía con toques steampunk, en la que una joven ladrona callejera convive con unos pequeños compañeros mágicos que parecen marionetas animadas.

Por otra parte, La Esfera de los Libros creó el efímero sello Alethe de fantasía y ciencia ficción, uno de cuyos primeros títulos —2019— fue Spiderlight, de Tchaikovsky, una historia de fantasía clásica que resulta una parodia inteligente de las obras épicas tradicionales y los juegos de rol. Una aventura en la que un grupo de héroes y no tan héroes deben derrotar al señor oscuro de turno y donde encontraremos a magos, sacerdotes, paladines e incluso una extraña araña antropomorfizada.

Y ahora, por fin, en el año 2025 ha estallado el fenómeno Adrian Tchaikovsky en España. A los títulos ya citados hay que añadir tres novelas recién publicadas en junio, y tres que se anuncian para la vuelta de vacaciones.

Después de cerrar la trilogía de Los Arquitectos, la editorial Alamut acaba de lanzar El tigre y el lobo, primer volumen de Ecos de la caída, una saga de fantasía en estado puro, construida con precisión y dedicación. La novela nos lleva a un mundo tribal donde cada humano es un cambiaformas ligado al animal totémico de su clan. Maniye, hija del jefe de los Lobos y de la reina derrotada de los Tigres, es una paria: única capaz de adoptar dos formas animales, un don visto como antinatural. Rechazando renunciar a una parte de sí misma, huye, llevándose consigo a un prisionero, y desata una persecución implacable. Su fuga se entrelaza con conspiraciones de poder, tensiones entre tribus y señales de un conflicto mayor que asoma en el horizonte.

Tchaikovsky construye un mundo brutal pero coherente, con culturas distintas, reglas mágicas precisas y un trasfondo cargado de Historia. La obra arranca con ritmo pausado pero avanza con pulso firme: introspectiva, chamánica, llena de duelos, decisiones duras y vínculos frágiles. Y antes de fin de año saldrán los dos títulos restantes de la trilogía: El oso y la serpiente y La hiena y el halcón.

Al mismo tiempo, la editorial Red Key Books vuelve a la carga con La ciudad de las últimas oportunidades, una novela larga que inicia la pentalogía Los filósofos tiranos. En esta obra coral, afilada y con ecos steampunk, Tchaikovsky se adentra en una ciudad al borde del colapso: Ilmar, la verdadera protagonista, ocupada por un imperio racionalista, corroída por la desigualdad, la fe olvidada y la magia indomable, y agitada por una revolución que nadie lidera pero que todos intuyen. El autor arma un tapiz de múltiples voces, perspectivas e intereses que se entrecruzan con humor negro, inteligencia política y un uso dosificado pero poderoso de lo fantástico.

La Forestáncora —bosque, umbral, amenaza— funciona como símbolo y desencadenante, mientras sacerdotes solitarios, criminales filosóficos, estudiantes ingenuos, trabajadores embrutecidos y prestamistas de artefactos mágicos se enfrentan a una pregunta común: ¿qué mundo puede surgir de las ruinas del orden? Cruda, ambiciosa y sin concesiones, esta novela no busca héroes, sino voluntades. Y en Ilmar, toda voluntad tiene un precio.

La editorial Dolmen, bajo el sello Ferrer, se ha añadido al año Tchaikovsky en España con la publicación de Ogros, una novela corta que comienza como un oscuro cuento de fantasía clásica, pero pronto se revela como una historia sorprendente, incisiva y profundamente contemporánea. Narrada en segunda persona —una elección arriesgada que Tchaikovsky maneja con maestría—, la obra sigue a Torquell, un joven aldeano rebelde que se atreve a desafiar el orden impuesto por los ogros, esos seres más grandes, más fuertes y más voraces que dominan el mundo desde hace generaciones.

Lo que empieza como una revuelta campesina se transforma en una reflexión afilada sobre el poder, el conocimiento, la manipulación genética y la desigualdad estructural. En pocas páginas, el autor despliega una historia sorprendente, inquietante y cargada de subtexto político, en la que las capas de lectura se revelan poco a poco, hasta un final tan inesperado como certero. Una historia breve, inteligente y demoledora.

Y aún habrá más. Minotauro ha anunciado la publicación para octubre de Día de la ascensión, novela que Tchaikovsky escribió para el universo compartido de Warhammer 40.000. Una evidencia más —y tendencia— de lo que está ocurriendo.

Como hemos visto, Tchaikovsky se mueve con soltura entre la ciencia ficción dura, la space opera, la fantasía épica, la distopía, el horror existencial y la fantasía postmoderna con guiños a la oralidad. Todo ello con un núcleo temático constante: la empatía hacia lo Otro, la construcción de civilizaciones no humanas, la resistencia ante sistemas autoritarios y una visión ecológica del mundo donde la inteligencia puede tomar muchas formas, no siempre humanas ni amables.

No es casualidad que algunos lectores lo comparen con Le Guin, Butler o Miéville. Y es que Tchaikovsky no escribe solo libros: escribe futuros posibles, pasados alternativos, sociedades distintas. Y lo hace con pasión, con precisión, con humor, y con una conciencia política y ecológica que atraviesa cada página.

Sin grandes campañas mediática ni locura en redes, alimentado por recomendaciones boca a boca, por lectores que pasan el libro de mano en mano, por librerías especializadas que insisten —con razón— en que aquí hay algo distinto, como un río que al fin alcanza su delta, la fascinante obra de Adrian Tchaikovsky ha calado hondo en el panorama español. Y lo mejor es que aún no ha mostrado todo su caudal. Las aguas siguen llegando.