El peso del silencio hace acopio de quince años de escritura poética, revisada puntualmente para la ocasión. Quizá sorprenda el desequilibrio que existe entre un periodo de tiempo tan dilatado y un número tan escaso de poemas. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el presente libro no pretende ofrecer un corpus cerrado, sino más bien un balance provisional: su objetivo, pues, no es otro que abrir una puerta hacia nuevos caminos, por ahora imprevisibles.
Zenda comparte cinco de los poemas que integran El peso del silencio (BajAmar), de Carlos Iglesias Díez, junto a las notas del autor para cada uno de ellos.
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CUATRO ESTACIONES
PRIMAVERA
LA caricia del sol
te recorre la piel
como la de un amante fugitivo.
*
ESTÍO
Llegó el verano:
en tu piel de manzana,
un mordisco breve.
*
OTOÑO
La clandestina redondez
de las manzanas caídas
me recuerda al amor.
*
INVIERNO
Cuando duermes,
sueñas con paisajes nevados
más allá de mi melancolía.
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PAUSA TRAS LA TORMENTA
Se aquietan las llamas
sobre el campo de luz.
Dos lagos verdes apagan
las últimas cenizas
y, poco a poco,
se asoma una nube.
Te imagino recogiéndote el pelo.
Tal vez acabas de llorar
y, al fin,
sonríes.
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AVAILABLE LIGHT
La distancia entre quien soy
y un día quise ser
no la abarca ningún mapa.
Todo cuanto escribí,
al igual que el tiempo,
también hoy me abandona
y pasa.
Y, sin embargo, en medio
del otoño tu belleza,
al revelarse,
en el aire tintinea
y deja el rastro
de un conjuro de agua
y seda.
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EL ESPEJO
Tu figura traza una parábola,
que va desde mi mano hasta
la pantalla del ordenador.
Si te espío a través del cristal,
percibo los difusos límites
de un sueño,
un desleído aroma envuelto
en jazmín y limón.
Pero si al fin lograra alcanzarte,
más allá del silencio,
con tus dedos rozarías
el eco infinito del deseo,
la certeza intacta
de quien solo anhela
convertirse en tu espejo.
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TERCER ANIVERSARIO
Tu recuerdo otorga peso
a todo aquello que aún vibra
más allá del aire:
la estremecida nana
de los camiones en la noche,
el secreto dulzor de la saliva
al morder una cereza,
tu voz desgranando el eco
de los vivos y los muertos,
como quien eleva al cielo
una plegaria o un rezo;
mi infancia que hoy perdura,
cobijada entre tus brazos,
desafiando al tiempo.
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Autor: Carlos Iglesias Díez. Título: El peso del silencio (Poemas reunidos, 2004-2019). Editorial: Bajamar. Venta: Todos tus libros.
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NOTA A LOS POEMAS
1-. Cuatro estaciones-. Siempre admiré la capacidad de la poesía oriental para decir mucho con muy poco, y aún más: para apresar todo aquello que sucede en los márgenes de la realidad, y casi queda fuera del alcance del ojo humano. Esta serie de cuatro poemas quiere ser un homenaje a aquellos autores de lengua española que han retomado esa larga tradición, como José Corredor-Matheos, José Jiménez Lozano o, en tiempos más recientes, Hugo Mujica.
2-. Pausa tras la tormenta-. A menudo un rostro femenino se asemeja a un paisaje, y son los mínimos detalles y cambios en su superficie los que le confieren su especial magia. Cambios que, al producirse, permiten rozar por un instante la belleza (Aute dixit).
3-. Available light-. Tomé prestado el título de una canción del grupo canadiense Rush —cuya traducción sería, más o menos, «Luz disponible»— como una manera de constatar que la conciencia implacable del paso del tiempo puede verse ocasionalmente mitigada por la contemplación de la juventud, y por el contacto reiterado con ella.
4-. El espejo-. Los tiempos pandémicos nos obligaron, en cierta medida, a una suerte de «platonismo forzoso» que a algunos nos llevó al refugio del amor virtual. Un espejismo que, sin embargo, a veces resulta menos hostil que lo que brinda el mundo real.
5-. Tercer aniversario-. La poesía constituye la mejor forma posible de lograr que el recuerdo de quienes quisimos y nos quisieron permanezca inalterable en el tiempo, sin concesiones dramáticas. En este sentido, el ejemplo de la poesía de Ángel González, Fernando Beltrán, o Joan Margarit constituye siempre un faro, y un modelo a seguir.
BIO
Carlos Iglesias Díez (Oviedo, 1983) es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Ha publicado los libros El niño de arena (Colección Deva, Ateneo Obrero de Gijón, 2013) y Pájaro herido (BajAmar Editores, 2018), con el cual obtuvo el Premio de la Crítica de Asturias 2019; ambos están recopilados en el volumen El peso del silencio: Poemas reunidos 2004-2019 (BajAmar Editores, 2020). Algunos de sus poemas han aparecido, además, en antologías como Tu sangre en mis venas: Poemas al padre (Renacimiento, 2017) o Los últimos del XX (Luna de Abajo, 2020). Por otro lado, es coautor de la antología Siete mundos: Selección de nueva poesía (Impronta, 2015) y editor de las Canciones Completas —1980-2008— de Luis Alberto de Cuenca (Reino de Cordelia, 2019). Colabora regularmente en la revista Anáfora, y ha reunido parte de su labor crítica en el volumen Libros de aire (BajAmar Editores, 2025).


Poesia intrascendente. Es poesia de amor? Lo parece, pero le falta totalmente la pasion, no se ve el sentimiento par parte alguna, es una poesia fria, calculada, y cuando uno termina de leerla le parece que no ha leido nada. El contenido es manido, ingenuo, como escrito para un niño pequeño.