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5 poemas de ‘Recortables para un muñeco roto’, de José Luis Nieto

5 poemas de ‘Recortables para un muñeco roto’, de José Luis Nieto

Zenda publica 5 poemas de Recortables para un muñeco roto, (Signos-Huerga y Fierro), de José Luis Nieto, del que Alejandro Céspedes escribió: “El amor perdido es el motor poético de Nieto en casi toda su obra, todo lo demás está asociado al hecho de su pérdida. Cree en el amor, en la amistad, cree en la vida, por eso se resiste a que cualquiera de esas cosas le sea arrebatada y las reclama como único sentido, como casi exclusiva presencia en el vacío que se esfuerza en transmitirnos verso a verso”.

***

Decían que la distancia más corta
entre dos puntos era un bostezo.
Pero, desde aquí hasta donde se hospeda
la imaginación,
hay otras formas de cálculo.
No es analítica que bautice
al nuevo esqueje de la impaciencia,
ni que pueda nutrirse de espigas muertas y espasmos.
Aunque salten serpientes entre las oquedades,
aunque el asombro impida abrir la vista
y sea ráfaga
de la que protegerse por el pasado.
El pasado que se creyó abrigo,
remoto fulgor y ceremonia
de esta representación actual,
barro de playa que deslustra
los vértices para enmascararse y no repetirse.
Pero, desde aquí hasta
las próximas afirmaciones,
hay un panorama extraño
que marcha entre los frutos
ignorantes de aquellos sucesos.
Como si la ausencia de algo
rompiese ahora la garganta
al clamar pidiendo término.

***

Un junio cualquiera vino a hurgar en mi basura.

Un carro, un gancho, un exceso de carencias
y unas manos heridas
rebuscando entre despojos.
Se llevó todo lo útil que desprecié:
la lata, los cristales, el llanto, las nubes,
la calva, la lengua, la imaginación,
la poca dignidad,
los pedazos de los poemas
y la autopsia de la matriz de la que surgí.
Cosas de poco uso.
Ahora,
por si regresa,
he vuelto a llenar el cubo de restos
tan inútiles que no quiero enumerar,
disculpas circunstanciales.
Y espero el momento, escondido
detrás de la cortina,
en el que aparezca,
cargue el carro,
dé media vuelta y se marche
con el gancho sobre su hombro.
Como si fuera una guadaña asesina
de la que cuelgan el resto
de las fantasías
que arrojé al cubo de mi basura.

***

Camino entre rutas sin señales

mientras la lluvia encharca
las repuestas.
Solo la mordaza es suceso
mojado por el desvelo.
De mi silencio te regalo
las letras supervivientes
alentadas por el desencanto.
Un pequeño presente
por ese pretérito
que impide el futuro.

***

La falda vuela al subir la calle

dejando un solo resquicio a la nostalgia.
Y, desde la ventanilla, tizas
sin pizarras se borran en aulas rotas. 

Al cruce de miradas un hierro
quema los ojos de Miguel Strogoff
y, esta vez sin lágrima alguna,
cierra la imagen de Nadia Fedor.

Hoy es un día de noviembre, en Madrid
tarda en llegar el frío de la estepa
y parecemos habitantes de Irkutsk.

Aunque ya hace mucho tiempo se cerró
el libro que escribimos alguna vez
no se evita la fisura profunda
que despedaza el final de esta historia.

Como si la furia de los autores
fuese una ceremonia destinada
a dar clamor a tantos personajes
sobre aquel escenario de pareja.

***

Eres demasiado viejo para mis sueños, dijiste.

Ahora guardo las heridas en el bolsillo del recuerdo
buscando derrocarlas en un nuevo rincón.

Son

canicas de dolores
que giran, colisionan
sin caer.

Pavesas

de ascuas en la mansedumbre
que desato en tus miembros
de muñeca rota.
Pero tenías razón.
Soy demasiado viejo
y sangro en esta orilla cuartelaria
con todas mis vísceras extendidas.

Extraviado

Insignificante

Inconcluso

Perdiendo el aliento una vez más.
Múltiplo entero.

—————————————

Autor: José Luis Nieto. Título: Recortables para un muñeco roto. Editorial: Signos-Huerga y Fierro. Venta: Amazon.

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