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5 poemas de Ruth Llana

Ruth Llana es una poeta y traductora nacida en Pola de Siero en 1990. Es autora de tiembla (Premio «Federico García Lorca», Point de Lunettes, 2014); estructuras (Ejemplar Único, 2015), cuaderno pictórico realizado en colaboración con el artista plástico Gabriel Viñals; y umbral (Malasangre, 2017). Ha traducido al castellano el libro Me encantan los artistas (Kriller71, 2019) de la poeta sinoestadounidense Mei-mei Berssenbrugge y al inglés junto a Jesse Lee Kercheval el cuaderno poético For the Seals (Toad Press, 2019) del poeta uruguayo Juan Manuel Sánchez. Actualmente colabora como columnista para el suplemento de cultura del periódico La Nueva España y finaliza sus estudios de doctorado en la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos. Presentamos una selección de poemas de su libro La primavera del saguaro, publicado por la editorial Ultramarinos en 2021.

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Casa de madera

En la carcomida en la desvencijada tallado con suerte y deseo, sin cimientos honrarás tu nombre nombrarás destellos luz agua acercamiento calcinación de hueco húmedo es el fuego te advertirán al asombrarte en la estructura carcomida la polilla honrará tu casa, la estructura regalada al cobijo diseño perpetuación erigirás monumento erigirás y sin embargo no te será todo dado, habrás de «cortar la madera» «lijar la madera» «barnizar la madera», tratarla con las manos «sopla sale brizna» centelleo dentro del ojo no se queja al posar la mano clavo contra clavo pulir sus bordes colocar tabla contra tabla tablón no conduce la electricidad pero sí el fuego, construirás casa ceniza en la boca cuando pronuncies «hogar» el nombre del ser amado un refugio que se sucede, manos vacías, una casa calcinada cabe en la palma de la mano

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Construcción con falso lateral

Building with False Brick Siding
de William Christenberry

Warsaw, Alabama: 1974, 1982, 1991, 1994

Hay cuatro edificios que se multiplican (no los defino no los correspondo) hay cuatro edificios que se colocan uno tras de otro o uno al lado del otro hay cuatro edificios hay cinco edificios hay cuatro casas construcciones de yeso cada una se manifiesta en su multiplicidad; hay una casa con la parte de atrás descubierta y piensas en todos sus elementos los que la construyen y no los que la edifican. Piensas ¿qué sería de esa pared qué sería de esa grieta? Qué sería qué sería de todo lo que estaba retenido entre la argamasa unas voces unas caricias las caras apoyadas para escuchar el suelo con su olor tenue a azulejo. ¿A qué olió la ropa vestida a qué las mesas las sillas a qué la pluma del faisán la textura? Qué se vio por la rendija que permite qué se vio; por qué ahora los muebles pertenecen quietos a la espera al ojo que se pasea y define: dónde los que dieron la casa por dejada no pensaron en el arriendo dónde los que ausencia de pared ahora muebles para los insectos.

Observé el hormiguero, en su pequeña estructura sus habitantes no necesitan el respaldo de los objetos, sólo finísimos túneles como hilos; no el alabastro no su dureza. Las construcciones se dependen sólo si ellas mismas; pero has de ser sabio. Retener es tener de nuevo. Lo que se retiene se tiene dos veces. Lo que se retiene se tiene para siempre.

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You don’t have to consume the space to exist,
distance, point-to-point, in which a beloved ruin
is middle ground, for example.

Mei-mei Berssenbrugge
«Permanent Home»

Perder una casa no por cataclismo o inundación, sino por enajenación de los materiales, por distancia entre las paredes, mal calculada, como posición entre el dedo y el rostro, como columna que sostiene la estructura.

Perder una casa por inanición, por plaga, polilla en las vigas. Perder una casa por ojos, por constancia. Perder una casa por ti, por ruptura, por balance.

Como fisura como arriendo como perdura

Perder una casa por temblor de tierra, por alejamiento entre las vigas, por falta de luz, por ceguera. Perder una casa por depravación y enfermedad, por soledad, por atmósfera, por humedad en las esquinas superiores de la sala; perder por vértigo, por maltrato, por abandono, por ocultación; perder por caída en el asfalto, por accidente, por lluvia continuada sobre las tejas, por ladrido de perro, por dejadez.

Una casa por necesidad, por pared contra pared, por ventana de aislamiento, por muebles de madera noble, por decoración y lujo. Una—

Una casa por demolición y herencia, por robo. Una casa por un plato de lentejas. Una casa por golpe de quijada de asno.

Perder una ruina por una ruina. Por el canto de una moneda. Por el filo de un diente perder

por consunción      una casa        un     pedazo    de     tierra

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Podredumbre de las partes

Si uno de los lugares donde se erige la casa (ahí donde el pasto es ver donde la tierra es fértil oscura) si uno de los integrantes no contiene propiedad esencial para el resto de las partes si no se construye equitativamente si no se posee (para los pares para) si no se hunde estructura en la tierra firme si no sostienen paredes tejado protección de animal de cauce si no se detiene si por algo tiembla y se estremece y si por llanto de ceniza no alberga más por su contracción por su gesto por su neblina y deshabitación si por su podredumbre no revienta ni crea ni seduce cuerpo atroz si por su violencia no es armazón peligro si «nosotros nos despojamos señor nosotros nos despojamos» si viene un viento viene y la derrumba añicos de jarrón si añicos de cerámica si resquebrajamiento de yeso si hiedra enredadera trepa si objetos al azar desperdigados cuerpos al azar desperdigados si deshabitación deshabitación si perplejidad lo extraño demoro si. Pero, si ese trozo combustible, si cielo cae sobre nuestras cabezas; si se pudiera,

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ll

El amor era una forma de yo y el amor estaba destrozado. Era lógico que no fuera capaz de reconocerse en un espejo, proferir una frase completa, acercarse al otro y acariciarlo.

En un principio, el otro era múltiple y era rostro y era lingüístico. Las herramientas para su comprensión eran complejas y siempre que intentaba utilizarlas le sobrevenía un llanto ordenado y previsto, la impotencia acumulada y repetida, la narración.

Amar al otro era una cuestión impredecible que podía asaltarle en cualquier momento o no asaltarle nunca, y con esa incertidumbre de lenguaje debía uno coexistir para mantener un orden.

Amar era una dualidad, o un cuerpo celeste de múltiples caras; los múltiplos de un prisma octogonal. En el entendimiento de lo plural, se asume la fractura, el momento en que el habla cesa y continúa, cesa y continúa. ¿Quién dijo que el amor no podía suceder, y que de hecho no sucediera ahí? Las imprecisiones de lo lingüístico anunciaban el amor como se anuncia un fenómeno atmosférico. Primero, los pequeños signos en animales, plantas; los signos del cielo. Segundo, las marcas en la propia presencia; erizamiento del vello en la nuca, resquebrajamiento de la piel, dolor de huesos. El amor se anunciaba también así, y se desbordaban las pupilas, y se fracturaba algo a la altura del estómago; amar era una tarea imposible, era una tarea multiplicada, insectos iridiscentes en la noche, los cuerpos que se iluminan en total oscuridad y que, de algún modo, te pertenecen por esa particularidad en los ojos que los empequeñece o agranda pero que los arrastra hasta donde te sitúas, en el centro de un sonido terrible que no cesa y continúa.

Se ama por fuerza o por desasosiego, se ama por castigo o temor. Se ama por razones obvias o insospechadas, con fuego y fuerza mayúscula que deja marcas en la estructura, alterando la fisionomía. Amar implicaba una deformación como la que no se había anunciado antes; la pérdida del rostro, su cambio en superficie deslizante o barrizal, su cambio en perpetuidades en lo ajeno, su cambio en alteraciones moleculares; la pérdida de las huellas dactilares, su confusión en una corriente de aire, en una brizna de hierba, en el corte que marca las palmas de las manos, las palmas de los pies, los cien cortes en el costado. Se ama porque sí, porque no había razones, porque todas eran un sí, un sí irreconocible y tremendo, como una figura de no, como decir un número al azar, como cualquier cosa repetida y diaria y deslumbrante.

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