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Fotógrafos: «Jaime Alekos, Daniel Luengo, Gustavo Bravo y Juanma Jmse»

Fotógrafos: «Jaime Alekos, Daniel Luengo, Gustavo Bravo y Juanma Jmse»

Jeosm, fotógrafo de Zenda, publica esta entrevista simultánea a cuatro compañeros de profesión en plena crisis del coronavirus: Jaime Alekos, Daniel Luengo, Gustavo Bravo y Juanma Jmse.

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Jaime Alekos

Jaime Alekos (Madrid, 1985) es un periodista freelance y realizador reconocido internacionalmente.

En 2020 fue nominado al Goya al Mejor Cortometraje Documental por El sueño europeo: Serbia, un trabajo de investigación sobre las torturas de la policía húngara a los inmigrantes que atrapan en su frontera.

Por el mismo documental recibió también un Premio a la Excelencia en la 75ª edición del Picture of the Year International, el certamen internacional más antiguo de periodismo gráfico, y más de 20 premios en festivales de todo el mundo.

—¿Te consideras artista? ¿Por qué sí o por qué no?

—No. Aunque evidentemente trabajo con procesos creativos y técnicas expresivas, primero en la redacción de una noticia y después cuando uso fotografías en movimiento para explicarla, estos recursos están siempre al servicio de contar la noticia con rigor.

—Recomiéndanos el trabajo de un fotógrafo o cineasta clásico que haya influido en tu trabajo y dinos por qué.

—Yasujiro Ozu como cineasta, por su sensibilidad y la atención que pone a los cambios sutiles en las expresiones del rostro; Néstor Almendros como director de fotografía, por sus iluminaciones austeras y realistas.

—Recomiéndanos el trabajo de un fotógrafo o cineasta actual que haya influido en tu trabajo y dinos por qué.

—Pedro Costa como cineasta, porque Caballo Dinero tiene el plano más bonito de la historia del cine; Lukasz Zal como director de fotografía por la armonía perfecta de sus encuadres y el síndrome de Stendhal que me provocan.

—Háblanos de tu libro favorito.

—Imposible decir uno. De lo que he leído hace poco, la autobiografía de Benjamin Franklin, porque me identifico mucho con sus valores, o El manantial, de Ayn Rand, con el que no me identifico tanto, pero que disfruté muchísimo por cómo combina los procesos creativos con la filosofía política y porque es un misil directo a la cabeza de muchos terraplanistas.

—¿Qué película recomendarías a todo fotógrafo?

The Tribe (2014), de Miroslav Slaboshpytskiy. Va sobre un orfanato de sordomudos en Ucrania. No tiene diálogos y no te das ni cuenta. La fotografía tiene un mérito espectacular, especialmente porque no destaca, está al servicio de hacer funcionar la historia.

—¿Qué es lo que más valoras en una fotografía-vídeo?

—Que sea capaz de contarme algo importante, o simplemente entretenido, de una manera sencilla, directa, sutil, inteligente, que trate a su audiencia como adultos, que no intente llamar la atención sobre el autor. No hace falta que sea un trabajo especialmente técnico o estético.

—Tu último trabajo documental es el corto El sueño europeo: Serbia. Cuéntanos un poco sobre este trabajo y en qué estás trabajando ahora.

—Es un trabajo personal que grabé en 2017 y tardé tiempo en montar. Por una cuestión de fechas llegó a la nominación de los Goya en 2020. Encargarme de todo —producción, dirección, guión, fotografía, montaje, diseño, comunicación— mientras seguía con mi trabajo habitual ha sido agotador y casi acaba con mi salud. Estoy contento con el resultado, pero no tengo ganas de repetir. Ahora sigo con mi trabajo de vídeo-periodista freelance en Madrid, sobre todo para medios internacionales. Me adapto a lo que me piden los clientes lo mejor que puedo. Es un trabajo duro y rápido y me encanta. En mis ratos libres grabo cosas sin pretensiones que suelen quedarse en el cajón.

—¿En qué ha cambiado y evolucionado el Jaime Alekos que hacia fotos a mediados de los años 2000 a escritores de graffiti y túneles de metro?

—Ahora puedo decir que soy adulto, estoy en mi mejor momento.

—¿Qué importancia tienen en tu trabajo las redes sociales?

—Me resultan útiles para buscar información y hablar con gente difícil de localizar. No hago labores de marketing online más allá de usar las redes como escaparate para algunos trabajos, así que en este sentido no me sirven de mucho.

—¿Cómo esta siendo tu día a día en esta cuarentena?

—Mi día a día está siendo trabajar, sobre todo en la calle. He visto casi todo en primera línea desde el principio: la manifestación del 8-M, las urgencias saturadas, el primer hospital de campaña en La Paz antes del estado de alarma, los cierres de las escuelas, terrazas y parques, hoteles medicalizados, IFEMA, la M30 desierta con ambulancias y coches fúnebres a toda hostia, el Palacio de Hielo, las residencias de mayores, el ejército, cremaciones, entierros, iniciativas solidarias, cómo se adaptan las empresas… Puede que sea una compensación por los días de guardia en la calle trabajando con lluvia, nieve o bajo cero, cuando todo el mundo podía salir pero se quedaba en casa.

Aquí puedes ver dos muestras del trabajo de Jaime:

Jaime Alekos – Showreel 2020 (Coronavirus Madrid)

Jaime Alekos – Showreel 2014-2019

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Daniel Luengo

Daniel Luengo es un fotógrafo madrileño, miembro del colectivo 1992, cuya obra se centra en la fotografía de calle y el retrato.

Su interés por la fotografía surge pronto, debido a su relación con el mundo del graffiti. En 2010 comienza sus estudios de técnico de fotografía en la escuela de Arte10.

Desde entonces siempre va acompañado de una cámara y se ha ocupado de retratar la escena underground de la ciudad, dando como resultado tres fotofanzines y la participación en el libro Graffiti Without Graffiti, del colectivo The Grifters.

—¿Te consideras artista? ¿Por qué sí o por qué no?

—Me considero artista, ya que la intención de mis fotografías es transmitir distintas emociones, mostrando la realidad desde mi punto de vista de forma creativa.

—Recomiéndanos el trabajo de un fotógrafo clásico que haya influido en tu trabajo y dinos por qué.

—Bruce Gilden, fotógrafo neoyorquino perteneciente a la Agencia Magnum que se dedicó durante años a patear diferentes ciudades del mundo en busca de personas a las que disparar un fogonazo de flash, generando fotografías con fuerte contraste y espontaneidad. Siempre me llamó su técnica de realizar fotografías utilizando el flash de manera agresiva sobre los sujetos que retrata, dando como resultado imágenes muy crudas.

—Recomiéndanos el trabajo de un fotógrafo actual que haya influido en tu trabajo y dinos por qué.

—Terry Richardson, fotógrafo neoyorquino de moda, ha retratado a numerosas celebridades de diferentes campos, siempre de forma divertida y alocada. Su manera de trabajar menos formal y su técnica sencilla en cuanto a recursos siempre me ha llamado la atención, ya que tan solo con una cámara compacta y el disparo de su propio flash consigue crear imágenes con mucha fuerza y personalidad

—Háblanos de tu libro favorito.

I Love You, Stupid, de Dash Snow, una gran colección de polaroids recopilando varios momentos de la vida de este fotógrafo, donde se reúnen desenfreno, drogas, fiestas y graffiti.

—¿Qué película recomendarías a todo fotógrafo?

La haine, película francesa de 1995 dirigida Mathieu Kassovitz que nos muestra un día en la vida de tres jóvenes tras unos disturbios ocurridos la noche anterior en un barrio marginal de París. Ademas de su temática y la interpretación de los actores, recomiendo esta película por su gran fotografía en blanco y negro, el uso de la cámara y la composición excelente de sus planos.

¿Qué es lo que más valoras en una fotografía?

—Que muestre una realidad, que me sorprenda o me enseñe algo poco convencional. También suelo valorar mucho que gocen de características únicas de su autor, ya sea por el tema que tratan o por su estética.

—Has publicado varios libros y fanzines. ¿Qué importancia tiene la autoedición en tu trabajo?

—La autoedición me parece una forma de trabajo ideal que te permite controlar el proceso de la producción y edición de tu proyecto, tener todo el control de la distribución y tener toda la libertad creativa para dirigirlo como quieras.

—En una era digital como es la actual, ¿qué sentido tiene para ti seguir trabajando en analógico?

—Trabajar en analógico me ha proporcionado una disciplina distinta a la hora de realizar mis fotografías. Cuando llevas una cámara con un rollo de 36 exposiciones cada disparo cuenta, y aunque no hagas un único disparo estas más limitado que con una cámara digital, que te permite disparar muchas más veces. Esto puede interpretarse como algo negativo, pero personalmente me ha ayudado a agudizar el ojo y no disparar tan a lo loco, dando como resultado una imagen con más valor.

—¿Qué importancia tienen en tu trabajo las redes sociales?

—Vivimos en la era de las telecomunicaciones, y las redes sociales están presentes día a día con una gran importancia en nuestra sociedad. Para mí, las redes sociales son un escaparate donde puedo mostrar mi obra al gran público, además de posibilitarme conocer las obras de otros artistas con una gran facilidad y autonomía.

—¿Cómo esta siendo tu día a día en esta cuarentena?

—Estos días de cuarentena los estoy pasando descansando en casa, viendo un montón de cine, haciendo un poco de deporte, ordenando mi archivo fotográfico, afinando los detalles del último proyecto personal en el que estoy trabajando y preparando futuros proyectos para ponerme con ellos en cuanto pase esta situación.

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Gustavo Bravo

Gustavo Bravo (1984, Madrid) es periodista, fotógrafo y profesor de fotografía. Ejerce como periodista y fotógrafo de prensa, reportaje social y viajes en medios como Yo Dona (archivo fotográfico, en 2005), ADN.es (reportaje social, en 2007-2008) o El Confidencial (fotografía, tecnología, redes sociales y reportaje, en 2008-2011). Desde octubre de 2012 reside en Vitoria-Gasteiz, donde dirige la escuela de fotografía FotoGasteiz como profesor. Desde FotoGasteiz ha dirigido el proyecto Vitorianos y el primer Simposio Nacional de Fotografía Urbana FotoKalea. En 2019 edita por fin su primer proyecto: un ensayo fotográfico sobre la España vaciada basado en un recóndito pueblo de Ávila que ha fotografiado durante años.

Aquí puedes ver más de su trabajo: FotoGasteiz, Vitorianos, Fotokalea, Cabezas del Villar

—¿Te consideras artista? ¿Por qué o por qué no?

—Creo que es demasiado pronto para considerarme artista, aunque sí que creo que utilizo la fotografía como un medio de expresión artística. Creo que un artista es alguien que vive de su arte y, para mí, además un artista debe ser apreciado y respetado por otros artistas, que es precisamente lo que lo hace a uno un “artista” de verdad. No es algo que busque ni que me preocupe en absoluto. Me considero un fotógrafo ensayista, porque utilizo mi fotografía con su lenguaje para hablar de temas que me interesan.

—Recomiéndanos el trabajo de un fotógrafo clásico que haya influido en tu trabajo, y dinos por qué

—Uno de los fotógrafos que más ha influido en mi forma de ser y de mirar es Saul Leiter. No porque quiera hacer fotografías como las suyas, sino porque fue alguien con una gran sensibilidad al color y que hizo lo que de verdad le salió de dentro, a pesar de ser criticado e ignorado durante toda su vida creativa. Creo que es un gran ejemplo de lo que es un verdadero artista para mí. Si no te le conocéis podéis leer más sobre él aquí.

—Recomiéndanos el trabajo de un fotógrafo actual que haya influido en tu trabajo, y dinos por qué.

—De todos los fotógrafos actuales, uno de los que más me marcó en mi juventud fue el madrileño Chema Madoz. Recuerdo su exposición en el edificio de Telefónica de Gran Vía cuando yo tenía 17 años, y me impactó mucho su sensibilidad y la posibilidad de utilizar la fotografía como un idioma propio. No creo que su influencia esté presente en mi obra, pero es un artista con una calidad humana que merece la pena conocer. También tengo una referencia para los que no lo conozcan.

—Háblanos de tu libro favorito.

—Uno de mis libros preferidos es The Suffering of Light, de Alex Webb, una recopilación de sus primeros 30 años de trabajo. No me canso de verlo y siempre aprendo algo nuevo.

—¿Qué película recomendarías a todo fotógrafo?

—Voy a recomendar la película In the Mood for Love (Deseando amar), que para mí es una lección magistral de fotografía por parte de su director, Wong Kar-Wai, y su director de fotografía Christopher Doyle, sobre los que recomiendo fuertemente indagar.

—¿Qué es lo que más valoras en una fotografía?

—Que sea sincera y que me sorprenda.

—¿Qué importancia tienen en tu trabajo las redes sociales?

—En mi trabajo, hasta ahora, no demasiada, ya que me he especializado en las clases presenciales. Las utilizo sin muchas pretensiones para dar a conocer mi trabajo, pero sobre todo para investigar el trabajo de los demás. Me gustan más los blogs y las páginas web que las cuentas de Facebook o Instagram. Con todo, está claro que ahora, con esta nueva situación, todos tenemos que salir de nuestra zona de confort y adaptarnos a la nueva normalidad. No sé si será mejor ni peor, será diferente.

—¿Cómo esta siendo tu día a día en esta cuarentena?

—Tranquilo. Por suerte no tengo afectados cercanos y dedico unas cinco horas al día a investigar y a leer. Aprovecho para seguir ampliando mis horizontes como profesor, estudiando desde los protofotógrafos del siglo XIX hasta la posfotografía del futuro de Joan Fontcuberta. Me lo he tomado como un par de meses para ponerme al día y salir con muchas más ganas y pasión por enseñar, que es el mejor trabajo del mundo.

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Juanma Jmse

Me llamo Juanma y considero que mi mayor logro ha sido convertir mi hobby en mi profesión: soy fotógrafo. Si me preguntas qué tipo de fotógrafo soy, puede que te conteste algo distinto cada vez: hago fotos de producto, de moda y retrato urbanístico. El común denominador de todo esto es el aspecto urbano. Soy de ciudad y es algo que disfruto enormemente. Retratar metrópolis y captar las vibraciones de las ciudades y el vaivén de sus habitantes suele ser mi reto personal.

—¿Te consideras artista? ¿Por qué sí o por qué no?

—Me considero artista en el sentido de canalizar sentimientos y sensaciones a través de un medio. En el fondo, creo que eso es lo que hacen los artistas: bien sea a través de un instrumento, palabras o pintura. En mi caso, utilizo la cámara para captar momentos y mi intención es transmitir una carga emocional momentánea a través de las capturas.

Lo bueno del arte es que no está atado a un canon, a unas normas, y en mi caso tomo esa libertad expresiva para expandir mi disciplina a distintos retratos, bien sea producto, moda o simplemente entornos urbanos. A través de la foto encuentro el consuelo de transmitir todo aquello que no sé como expresar con palabras.

—Recomiéndanos el trabajo de un fotógrafo clásico que haya influido en tu trabajo, y dinos por qué.

 —Hay tres fotógrafos que han marcado desde un inicio mi carrera: Jamel Shabazz, Alberto García Alix y Martha Cooper. En mis inicios tenía cerca a Marcos, también conocido como Selector Marx. Di mis primeros pasos con él, me enseñó algunos de estos nombres, pude conocer el trabajo de todos ellos y, desde entonces, se han convertido en grandes referentes.

—Recomiéndanos el trabajo de un fotógrafo actual que haya influido en tu trabajo, y dinos por qué.

—Hay varios fotógrafos que me inspiran enormemente. Estos son sus perfiles de Instagram: @vuhlandes, @insighting y @bilalelkadhi. La inspiración que recibo de ellos va más allá de simplemente la fotografía: quienes los seguimos nos embarcamos en un viaje por todo su proceso creativo, hasta llegar al producto final de capturas de imágenes cargadas de sentimientos.

—Háblanos de tu libro favorito.

 —Sobre el dibujo, de John Berger.

—¿Qué película recomendarías a todo fotógrafo?

 —Memento, de Christopher Nolan.

—¿Qué es lo que más valoras en una fotografía?

—Hay un dicho que reza «una imagen vale más que mil palabras”. En ese sentido, una foto que es capaz de captar un momento y transmitir a través de un valor visual tan sencillo es para mí el eterno objetivo de mi trabajo. Es lo que más valoro en la fotografía: embarcar a alguien más en un viaje. Evocar sentimientos.

—¿Qué importancia tienen en tu trabajo las redes sociales?

—A día de hoy son un medio de difusión de mi trabajo y la manera de conectar con personas del mundo artístico-audiovisual de otras ciudades. Trato de quitarles cada vez más relevancia en lo que al proceso creativo se refiere. No quiero que Instagram dicte lo que debo crear o que estilo debo seguir. Nos estamos rigiendo mucho por los likes y por aquello que gusta a la gente, en vez de lo que nos gusta a nosotros y aquello que nos ayuda a avanzar creativamente, aunque carezca de apoyo social. Las redes sociales son un arma de doble filo. Por un lado nos ayudan a crecer y a darnos más visibilidad, pero por otro lado nos nublan la proyección profesional, la cual creemos dictada por los algoritmos y los likes.

—¿Cómo esta siendo tu día a día en esta cuarentena?

—Esta siendo un momento de reflexión y organización de mi trabajo. Por un lado, estoy aprovechando para organizar y catalogar el enorme archivo de fotografías acumuladas en estos últimos años, algo que tenia pendiente desde hace tiempo. Por otro lado, este momento me está haciendo replantearme mi propio proceso creativo. Mi enfoque, mis proyectos, y muchos aspectos van a verse cambiados con esta situación. En este momento de organización de fotos, he lanzado una colaboración junto a Guillermo Erice (En Instagram: @Soaptwo). El proyecto ha consistido en darle un giro a fotos de mi archivo simplemente escribiendo frases —a modo de subtítulos—, que en la situación actual ha resultado ser una especie de carta de amor a la ciudad, tan sacudida por esta terrible crisis de enemigo invisible. El trabajo ha sido recogido por varios medios, y puede verse al completo en nuestros perfiles de Instagram.

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