Inicio > Blogs > La orquesta del Titanic > Fuera de juego permanente
Reseña de De ningún lugar a ninguna parte, de Bekim Sejranović

Cuando no perteneces a ningún sitio, la mentira es la mejor forma de explicar tu vida. La única manera de que haya algo de verdad en tu relato. Eso es lo que ocurre al protagonista de De ningún lugar a ninguna parte (La Caja Books), perdido entre sus recuerdos de Bosnia, traumatizado por sus años en Croacia durante la Guerra de los Balcanes y difuminado en su etílico exilio noruego. Ningún lugar con el que identificarse, ningún escenario donde poder ser él mismo, como nos demuestra en la primera escena del libro, en la que vemos al narrador en el funeral musulmán de su tío. Todos se arrodillan, pero él permanece de pie, sin saber qué hacer. ¿Por qué? Porque él no es de ningún sitio, comunidad ni país.

"Estamos ante alguien que vive en un fuera de juego permanente, en una desubicación infinita"

Antes de hablar de esta novela, es necesario conocer a su autor, Bekim Sejranović (Brčko, 1972 – Banja Luka, 2020), escritor y traductor bosnio que publicó otras cuatro —Un final más hermoso (2010), Sandalias (2013), Tu hijo Huckleberry Finn (2015) y Diario de un nómada (2017)— antes de su fallecimiento a los cuarenta y ocho años. El drama de Sejranović fue el de muchos exyugoslavos, incapaces de declarar cuál era su verdadera identidad —¿bosnio, ¿croata?— al estallar la guerra, y que tampoco supieron definirla cuando la barbarie terminó y les tocó emprender el camino del exilio. Los excesos, el desarraigo, la confusión, la violencia, la dulzura, la música punk, la música tradicional, la poesía… La narrativa de Sejranović es un grito desgarrado con un eco de melancolía. Y es en su galardonada novela, De ningún lugar a ninguna parte (Premio Meša Selimović), donde condensa todo ese sufrimiento de una forma abrupta en unas ocasiones y lírica en otras. La editorial La Caja Books ha sido la encargada de publicar por primera vez este libro en castellano, con traducción de Patricia Pizarroso y Marc Casals, y epílogo de este último. Aunque han pasado unos cuantos años desde su lanzamiento en 2008, la novela sigue vigente. Las heridas no han cicatrizado completamente en los Balcanes y se abren en nuevos lugares del mundo; sólo necesitamos mirar a nuestro alrededor para corroborarlo. El narrador de De ningún lugar a ninguna parte realiza el mismo viaje que el autor de la novela, recorre los mismos escenarios: Brčko, Rijeka, Zagreb, Oslo y la remota isla nórdica de S. De la musulmana bosnia rural, empapada por alcohol y poblada por personajes estrambóticos, el protagonista emprenderá un viaje hacia uno de los países más ricos del mundo, Noruega, donde se mezclará con los personajes más bizarros y desorientados. Allí tampoco encontrará su sitio, ni en la cosmopolita Oslo ni tampoco en la remota isla de S. Entre esos dos momentos, hará una parada en Rijeka, donde sólo el punk, el alcohol y las drogas le proporcionarán alivio. La narración no es lineal: Sejranović nos propone una lectura lisérgica con saltos temporales que ahondan en lo fragmentario de su propia existencia. Es este uno de sus puntos fuertes, y también el más débil, por la ausencia de cierta cohesión en la segunda parte del libro. Esto no resta un ápice de interés a las horas de entretenimiento que nos proporciona la novela. El poso amargo perdura días y semanas después de la última página; ese debe ser el objetivo de la buena literatura. 

Son muchas las frases que se pueden extraer del relato. Pocas consiguen solidificar el sentimiento de pérdida que atraviesa la novela de forma tan brillante como esta: “Mi identidad está hecha de un revoltijo de medias verdades, mentiras contadas con imaginación y relaciones deformes e incompletas con mujeres. No hay nada más que eso, ni tiene por qué haber nada más“. Ahí está la clave de esta historia. El narrador de la novela de Bekim Sejranović no es alguien confiable —quizás porque tampoco nadie confió nunca en él—; estamos ante alguien que vive en un fuera de juego permanente, en una desubicación infinita, que piensa que la verdad es, en realidad, una mentira bien dicha. Si todos le han engañado, ¿por qué debe él comportarse de una forma distinta? Si el desarraigo fuera una enfermedad, sería la gran epidemia de nuestro siglo.

—————————————

Autor: Bekim Sejranović. Traducción: Patricia Pizarroso. Título: De ningún lugar a ninguna parte. Editorial: La Caja Books. Venta: Todostuslibros.

4.8/5 (22 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios