Inicio > Libros > Narrativa > Vázquez Montalbán, que estás en los cielos

Vázquez Montalbán, que estás en los cielos

Vázquez Montalbán, que estás en los cielos

Israel Díaz Reinado ha escrito un thriller ambientado en el litoral gaditano y lleno de personajes pintorescos y paraísos perdidos, donde la comida, el vino y el mar son testigos de las adversidades de un hombre y una mujer que luchan por buscar justicia.

En este making of Israel Díaz Reinado explica cómo escribió El fin de ninguna parte (Harper Collins).

***

Jamás hubiera imaginado que me daría a conocer a través de la novela negra. Es más, nunca hubiera imaginado que me daría a conocer. Tras la desabrida pantalla de un oficinista insulso se escondía por las noches alguien que desde niño escribía historias sin pretensiones. Ora un drama fugaz, ora una de terror cósmico. Luego me dio por la novela histórica y más tarde tuve un romance con el boom latinoamericano de los sesenta.

Pero mi auténtico amor fue Pepe Carvalho. A mis cincuenta y dos inviernos puedo decir sin pudor que fui testigo en los años ochenta de una popular fiebre por la saga de Manuel Vázquez Montalbán, que incluso llegó a tener un videojuego. Me fascinaba la naturalidad con la que se entremezclaban intriga criminal, crítica social y gastronomía. Todo lo que él amaba.

"Pensé: ¿por qué no una novela negra clásica con el tradicional binomio de policías complementarios y opuestos? Luego podemos agregar al puchero todo lo que a mí me gusta, tal como hacía Vázquez Montalbán"

Desgraciadamente, el premiado autor me dejó huérfano en 2003. Para aquel entonces ya había dejado mis relatos en barbecho, y un buen día, dos décadas después, descubrí que un gran público prestaba atención a las píldoras aleatorias que yo lanzaba a través de Twitter. Confieso que fue algo muy inesperado. Comencé a perfilar el estilo hasta conseguir relatos de suspense en breves hilos que alcanzaron en un año miles de seguidores y millones de visitas. Entonces es cuando me dije: Carvalho debe volver.

Estoy a un abismo del talento del maestro y no es mi intención imitarle, pero sí admirarle. Pensé: ¿por qué no una novela negra clásica con el tradicional binomio de policías complementarios y opuestos? Luego podemos agregar al puchero todo lo que a mí me gusta, tal como hacía Vázquez Montalbán. Pero lejos de la parca novela policial con la que esta década nos abruma, donde los personajes no se miman y los capítulos comienzan con un sobrio Míchigan, 6:30 de la mañana. Entonces me acordé de mi amada Cádiz. Entonces surgió El fin de ninguna parte.

"El siguiente ingrediente es Candela Martín, porque el partner de Monforte tenía que ser mujer sí o sí, para sacar a relucir su bochornosa relación con el sexo femenino"

Aquellas playas, sus gentes, sus comidas. Más ingredientes para el puchero. Las coplas, la feria, que no es solo patrimonio sevillano. El mar, por encima y por debajo de la superficie. El vino de esta tierra, claro y punzante como su humor. Recordé mis años de juventud en unas dunas desiertas besando el mar que más tarde la autovía de la Costa de la Luz regaló al mundo, para desgracia de todos los gaditanos.

Investigué un territorio poco conocido: la almadraba. Una técnica de captura del atún milenaria que fascina desde su preparación e hipnotiza en su desenlace. Un mundo que descubriremos tras los ojos de Hugo Monforte, un inspector asturiano que buscó el fin de ninguna parte para ocultarse de su tragedia personal y acabó descubriendo el mejor atún del mundo.

El siguiente ingrediente es Candela Martín, porque el partner de Monforte tenía que ser mujer sí o sí, para sacar a relucir su bochornosa relación con el sexo femenino. Una profesional outsider que choca frontalmente con el inspector y no es muy amiga de las comidas elaboradas. Así que no lo tendrán fácil si quieren llevar juntos su carrera a buen puerto.

"Cuando un comienzo te conquista, el resto no puede fallar. Era el ingrediente que le faltaba a mi puchero. Va por ti, Manolo"

Tras semanas anotando las ideas que forjarían el eje central de la obra, sólo me quedaba un punto de arranque. Un crimen estremecedor en un entorno extraordinario. Exploré escenarios, como quien rueda una película. Recordé entonces un lugar donde he buceado algunas veces. Una factoría en ruinas para el despiece de ballenas con más de cien años en una playa de Algeciras: la Ballenera de Getares. Cuando llevé allí a mi familia tampoco lo dudaron: aquí se ha producido un crimen.

Cuando un comienzo te conquista, el resto no puede fallar. Era el ingrediente que le faltaba a mi puchero. Va por ti, Manolo. Al igual que Pilar Miró rezaba a su admirado Gary Cooper en su famosa película, yo también me digo: Vázquez Montalbán, que estás en los cielos.

—————————————

Autor: Israel Díaz Reinado. Título: El fin de ninguna parte. Editorial: HarperCollins. Venta: Todos tus libros.

4.8/5 (21 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios