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Alfonso Guerra: «Europa necesita una visión a cincuenta años y no solo cada vez que hay elecciones»

Alfonso Guerra: «Europa necesita una visión a cincuenta años y no solo cada vez que hay elecciones»

Año 1970. Dos jóvenes españoles que visitan Bruselas están tomando cervezas en la Grand Place cuando escuchan hablar a otros dos jóvenes estudiantes españoles en una mesa contigua. Con la alegría de encontrar compatriotas en tierra extranjera, los cuatro se juntan y acaban haciéndose amigos. Los dos primeros jóvenes eran Felipe González y Alfonso Guerra, los otros dos eran Manuel Marín, futuro promotor del programa Erasmus, y Joaquín Almunia, quien será décadas más tarde comisario de Economía de la Unión Europea.

La anécdota la ha recordado el propio Alfonso Guerra este lunes, víspera del Día de Europa, en Madrid durante la presentación del libro Europa, ¿otoño o primavera? que coordina el exvicepresidente español, edita Zenda, patrocina Iberdrola y puede descargarse gratuitamente desde esta web. Se trata de un conjunto de artículos acerca de la situación actual del proyecto europeo escritos para la ocasión por políticos, gestores de Europa, diplomáticos, periodistas, profesores, estudiosos, científicos e historiadores. El acto en la sede de la Representación de la Comisión Europea en España ha sido apadrinado por el escritor y director de Zenda Arturo Pérez-Reverte y por Julián Martínez-Simancas, adjunto a la Presidencia de Iberdrola, y ha contado con la asistencia de numerosas personalidades, medios de comunicación y participantes en el libro como Miguel Ángel Aguilar, Juan Luis Arsuaga, Ignacio Camacho, César Antonio Molina o José Manuel Sánchez Ron.

"El acto central de la presentación ha sido una conversación entre Alfonso Guerra y Miguel Arias Cañete"

Pérez-Reverte ha explicado en su introducción las razones que están en el origen de un libro como este: «Se nos ocurrió que era un buen momento para hablar de si Europa está hoy muriendo, naciendo, o tal vez las dos cosas a la vez. Todo un sistema de vida se está desmoronando para dar paso no sabemos bien a qué». Martínez-Simancas, por su parte, ha defendido que «las instituciones europeas son un territorio amable en la medida en que se han convertido en las últimas garantes del estado de derecho y de la libertad jurídica para todos los europeos». El acto central de la presentación ha sido una conversación entre el exvicepresidente Alfonso Guerra y el exministro de Agricultura y excomisario de Energía de la UE Miguel Arias Cañete, moderado por la escritora Mercedes Monmany.

Alfonso Guerra

Arturo Pérez-Reverte

¿Cuáles son los retos principales de la Unión en este momento pospándemico y convulso en el que crecen las fuerzas políticas extremistas mientras la invasión de Ucrania por Rusia ha hecho sonar nuevamente los tambores de guerra en una Europa que creía haberlos olvidado para siempre? Guerra ha advertido al respecto que el continente enfrenta desafíos puntuales, pero que, sin embargo, los más importantes son los que se proyectan en el tiempo. «Por ejemplo, la realidad de crisis demográfica de Europa se puede resolver con inmigrantes, pero no se quiere. También existe un retroceso en cuanto a la concepción democrática y los derechos. Otro problema es la creciente desigualdad social. Y luego necesitamos urgentemente una armonización fiscal que evite fugas de empresas, como ha ocurrido recientemente. Retrocedemos también internacionalmente en ciencia y tecnología. En fin, Europa necesita una visión a 40 o 50 años, y no solo a cuatro, cada vez que hay elecciones».

"La inmigración ha sobrevolado gran parte de la conversación. Alfonso Guerra se ha mostrado claramente favorable"

Arias Cañete ha respondido que no es fácil esa actuación a largo plazo porque siempre hay imprevistos: «las presidencias proponen y Dios, o Putin, dispone». Según él existen, con todo, dos logros concretos que, sin ser de fácil resolución, España sí podría llevar a buen puerto cuando asuma la Presidencia del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023. «Lo primero sería sacar adelante el pacto de inmigración y asilo que lleva intentando cerrar la comisión desde 2020. Será difícil y complejo, porque algunos países no quieres saber nada de la inmigración, pero es posible, es una oportunidad histórica. España lo conoce muy bien y si no se hace ahora no se va a hacer nunca. El segundo reto tiene que ver con una nueva gobernanza económica. Ahora que vuelve el pacto de estabilidad y crecimiento, olvidamos que el primero que lo aplicó fue el comisario español Pedro Solbes a Francia y Alemania, y ellos, al rechazarlo, lo paralizaron. La propuesta actual de la comisión es equilibrada y buena para reducir la deuda pública y los déficits. Es una propuesta no fácil de sacar pero equilibrada. Y luego hay un tercer asunto que me preocupa mucho, y es la seguridad de las fronteras del flanco sur».

Alfonso Guerra, Mercedes Monmany y Miguel Arias Cañete

Miguel Arias Cañete

La inmigración ha sobrevolado gran parte de la conversación. Guerra se ha mostrado claramente favorable, e incluso ha señalado que «sin inmigración Europa colapsaría», mientras que Arias Cañete ha mencionado la necesidad de la integración de todos esos nuevos inmigrantes que, como ha mencionado Arturo Pérez-Reverte, son en su gran mayoría creyentes de una fe islámica «impermeable a la democracia».

"Según los ponentes, Europa ha respondido con una unidad inesperada tanto a la pandemia de covid como a la agresión rusa a Ucrania"

Ambos ponentes han coincidido en la necesidad de exigir un esfuerzo mucho mayor a las instituciones europeas para divulgar los valores de la democracia que defiende la Unión en un momento en el que crecen la desafección y los partidos de extrema derecha que cuestionan el proyecto común. «En 1945», recordaba Guerra, «cuando los aliados llegan a los campos de concentración, la población de Europa creía que ha acabado con el fascismo para siempre. Thomas Mann no pensaba así y observó que el fascismo volvería envuelto en la bandera de la libertad. Eso es lo que está pasando ahora. Hay que hacer un gran esfuerzo con muchísimos recursos para machacar con las ideas de la democracia».

 

Julián Martínez-Simancas, Iberdrola.

No han faltado, sin embargo, las notas de optimismo. Según los ponentes, Europa ha respondido con una unidad inesperada tanto a la pandemia de covid —con iniciativas imposibles de creer hacer unos años, como la mutualización de la deuda— y también frente a la agresión rusa a Ucrania, que ha permitido por primera vez desarrollar una política energética y de defensa común. Arias Cañete ha confesado ser un obsesivo seguidor de los eurobarómetros, que demuestran, pese a nuestra creciente crisis de fe comunitaria, que un 47% de los europeos confían todavía en las instituciones de la Unión para resolver sus problemas, frente a un 32% que lo hacen en sus estados nacionales. Y Alfonso Guerra, recordando a aquellos cuatro jóvenes que tomaban cerveza en Bruselas y soñaban con Europa, ha concluido que la voluntad humana lo mueve todo: «Hay que animar a los jóvenes de hoy, porque pueden cambiar el mundo».

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