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Así se hizo «Toxic Detective»

Así se hizo «Toxic Detective»

En mi casa hubo cómics antes que libros. Fui yo el que traje el primer Mortadelo, luego un Superlópez, y más adelante un número suelto de La Patrulla X. Los cómics me hicieron lector y después escritor, y a día de hoy sigo comprando y disfrutando de las mismas historias y personajes.

Recuerdo las tardes muertas leyendo y releyendo historietas una y otra vez hasta casi aprendérmelas de memoria, y también lo difícil que resultaba hablar de esto con mis amigos no aficionados. El cómic me abría a temas diferentes, a lugares desconocidos, a lecturas más adultas de lo que podría parecer a simple vista. Fueron mi primer refugio, igual que luego lo serían las novelas.

"Toxic Detective habla de la Sensibilidad Química Múltiple, una enfermedad del siglo XXI, una de la que aún se desconoce casi todo y que no se investiga lo suficiente"

Ser el único lector de una casa tenía su parte buena y su parte mala. Por un lado, nadie entendía muy bien por qué me gustaba tanto aquello, y eso a su vez hacía que no tuviera supervisión de ningún tipo. “Los cómics son para los niños”, suelen decir incluso a día de hoy, pero dudo mucho que deje a mi hijo acercarse a las mismas historietas de Punisher que leía yo a su edad. Allí encontré violencia, drogas, tacos, sordidez… pero también heroísmo y afán de superación. De algún modo surgió en mí el amor al género negro, nicho donde cimentaría mi carrera como novelista. Pero, sobre todo, descubrí una afición que aún perdura.

Me recuerdo desde el primer momento copiando determinados dibujos, intentando emular sin conocimiento alguno obras de grandes autores. Creo que nos ha pasado a todos. ¿Quién no querría hacer su propio cómic? Cuando me preguntan, siempre digo que empecé en las novelas porque vi la posibilidad de contar mi mundo interior y publicarlo. Si hubiera sabido dibujar habría lanzado cómics, y si hubiera tenido dinero me habría tirado al cine. Tenéis suerte de que no sepa ni cantar ni tocar la guitarra.

La espera fue larga hasta que germinó Toxic Detective. Ya llevaba más de diez libros publicados, pero aquello era una idea que, por su fuerza visual, siempre creí que iría mejor en un formato distinto a la novela. Ahí apareció Sergio Carrera, uno de los ilustradores argentinos con más talento de su generación. Él fue quien lo impulsó todo con su potencia estética y diseños únicos. El sueño de un niño estaba a punto de cumplirse.

Toxic Detective habla de la Sensibilidad Química Múltiple, una enfermedad del siglo XXI, una de la que aún se desconoce casi todo y que no se investiga lo suficiente. La premisa es sencilla pero poderosa: ¿qué hacer si cada tóxico del ambiente te debilita? También habla de la soledad, de la aceptación, de los trastornos mentales, de las relaciones personales. Todo ello gracias a Ray, su protagonista, un ávido lector de novelas negras que sale a la calle tras años encerrado, para rescatar a su Dulcinea particular. Las referencias al Quijote no son gratuitas, os lo garantizo. Nuestro objetivo era actualizar la figura del detective clásico con un toque postmoderno, casi punk, y lanzarlo de lleno a una ciudad corrupta y hostil para intentar resolver un caso imposible.

"Nuestro objetivo era actualizar la figura del detective clásico con un toque postmoderno, casi punk"

Tras considerar varias opciones, decidimos lanzarnos por el crowdfunding. Fue una campaña intensa y con mucho éxito gracias al aliento de los lectores. Luego vino un viaje creativo maravilloso, lleno de alegrías y hallazgos, problemas y soluciones, risas y preocupaciones. El resultado, os lo adelanto, fue de lo más satisfactorio. Tanto que ya estamos pensando en mil historias más en las que colaborar.

Hablando de colaboradores, me enorgullece ver a tantos grandes amigos apoyando nuestro cómic. Empezando por David Galán Galindo, novelista y director de Orígenes secretos, película que fue número 1 en Netflix. Ahí tenéis las frases promocionales de gigantes como Santiago Segura, Mark Waid, Bill Reinhold, Raule, Eduardo Risso o mi querido Alberto Chicote. También contamos con ilustraciones de referentes de fama mundial como Julián Totino Tedesco, Renato Guedes, Eduard Torrents, Vicente Cifuentes, Max Fiumara, Dani Gove, Claudio Sánchez Viveros o Edgar-Max. Y no quiero olvidar a NinthArt Studios y a Claudio Serrano, alma y voz del booktrailer. Toxic Detective no puede estar mejor arropado.

Decir que estaba como loco por publicar mi primer cómic sería quedarse corto. Y verlo terminado es una maravilla. Tenerlo entre las manos, poder pasar las páginas, ver que es real… son emociones que me convierten de nuevo en un niño de diez años, ese que dejaba volar la imaginación entre viñetas. Espero, de verdad deseo, que cuando lo leáis tengáis la misma sensación.

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Autor: Claudio Cerdán y Sergio Carrera. Título: Toxic Detective. Venta: reservando en librerías, enviando un mail a claudiocerdan@claudiocerdan.com Precio: 19,95 € envío incluido. Distribuidora: SD Distribuciones.

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