Quim Carro
Publicaciones del autor
Lepisma y el sabor a hiel
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Y entonces Lepisma lo vio. Y yo vi que lo vio. Y ella vio que yo la vi. En el extremo izquierdo de la...
Lepisma y el Ulises de Joyce
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En el peor sentido de la palabra, eso sí. Los días en que nos dan zumo de frutas nos obligan, a voz en grito,...
Lepisma y el audiolibro
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¿Qué hacía mi nombre al lado de unos psicópatas asesinos como aquellos? ¿Acaso estaba recluido en Carfax no porque no creyeran en mi amistad...
Lepisma y los propósitos de Año Nuevo
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—Ajá- musitaba mi terapeuta mientras garateaba algo en una libreta- Mmmmh…interesante… —No me extraña que tome notas, esto es muy sorprendente, ¿verdad? Pues bien,...
Lepisma y los concursos literarios
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Bueno, no es exactamente así, no fui yo quien se presentó al CLIPEMDIPPSDACDSMRTL, sino que fue la dirección del psiquiátrico de Carfax quien, para...
Lepisma X
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Me equivocaba. Como también me equivoqué haciendo caso, hace ya muchos años, a Carlotes, un compañero que había repetido tantas veces de curso que...
Lepisma y la dieta mediterránea
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DESAYUNO Erizos de mar hervidos COMIDA Cabezas de gaviota con pinzas de cangrejo CENA: Sopa...
Lepisma, Alien 2 y el Quijote de Avellaneda
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—Ahora puede atacarle a usted! Esta exclamación, tal cual, sin el primer signo de admiración, era la frase promocional de una misteriosa película que,...