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Chaves Nogales, ¿traducido, manipulado, custodiado?

Chaves Nogales, ¿traducido, manipulado, custodiado?

Ángel Luis Fernández, editor de la revista Jot Down, que tuvo la reciente generosidad de publicar un artículo de Juan Bonilla en mi honor (e incluso en mi deshonor) y la generosidad, aún mayor, de no rechazar mi contestación al bien conocido escritor jerezano, acaba de publicar, en esta misma revista, un escrito un tanto estupefaciente dedicado a Andrés Trapiello y a mi humilde persona.

Digo estupefaciente no porque dicho artículo tenga nada de sustancia psicotrópica alguna sino porque me ha causado, no me importa confesarlo, una notable estupefacción, pasmo y asombro. Se titula: «Chaves Nogales y el club de los custodios literarios». Los custodios literarios son, según el tal vez bien informado Ángel Luis Fernández, gentes «que se resisten a aceptar que el conocimiento ya no pasa por ellos», gentes que se confabulan para montar campañas de descrédito y «decir quien puede publicar a Chaves y quien no», ya que «en el sector literario sigue habiendo quienes no aceptan que un trabajo bien hecho pueda venir de fuera de sus círculos, sin su bendición previa». ¡Bendición previa! Solo falta que se pida también nuestro amén y un poco de agua de pila de iglesia.

En un primer momento, la denuncia de que exista un tan poderoso y oscurísimo club resulta inquietante, pero termina siendo risible e incluso conspiranoica cuando nos enteramos de que ese club, de que esa «alianza de custodios literarios» consta, al parecer, de solo dos supuestos miembros: Andrés Trapiello y quien esto escribe, ya que solo a nosotros se cita como integrantes.

"En una polémica, en un debate de carácter editorial y literario como este, debería primar el aportar datos, hechos, razones y argumentos y no sentimientos"

En una polémica, en un debate de carácter editorial y literario como este, debería primar el aportar datos, hechos, razones y argumentos y no sentimientos, pálpitos, suposiciones y vagas teorías, como es el caso.

De lo que Ángel Luis Fernández dice de Andrés Trapiello, casualmente o nada casualmente editor de la mismísima doctora Morató, nada diré porque ya el propio Trapiello acaba de hablar. Pero sí quisiera hacer algunas consideraciones sobre lo escrito por el editor de Jot Down.

La primera de ellas es que no estamos ante un texto filológico o crítico sino ante un cálido tributo de amistad para con la doctora Morató. Ese ánimo amistoso es el que justifica o atenúa que Ángel afirme, por ejemplo: «Morató no improvisa. Lo que ha hecho con Desde París es una arquitectura crítica». Ya que ni puede saberse qué quiere decir al hablar de «arquitectura crítica», ni esa incognoscible arquitectura crítica tiene porqué demostrar por sí misma la falta de improvisación. Supongo que si alguien quisiera considerar las nueve páginas del prólogo de la doctora Morató como fruto de cierta ligereza o improvisación, podría resultarle esta una opinión razonable incluso a lectores que no pertenezcan al club de los custodios literarios.

"En algún momento, revisando mi correspondencia con Larraz podré verificar qué fue lo realmente encontrado por ellos y lo hallado por mí"

Defiende y afirma también Ángel Luis Fernández, sin documentación ninguna, que la doctora Morató «devuelve al lector… el mapa intelectual del exilio», supuestamente gracias a las nueve páginas de su prólogo, en las que no solo no se presenta ningún mapa, sino que no se encuentra ni una sola línea dedicada a ningún escritor del exilio. Los únicos escritores citados en el prólogo, a propósito de Chaves Nogales, son el chileno Juan Uribe Echevarría, autor de una reseña de las memorias de César González Ruano, aparecidas ocho años después de la muerte de Chaves y el poeta y periodista José del Río Sainz, al que se le cita, un tanto anacrónicamente, con motivo de un artículo suyo de 1929 en el que se habla de dos libros sobre Rusia, uno de Chaves Nogales y el otro de Julio Álvarez del Vayo.

En cuanto a mí, escribe Ángel Luis Fernández que «he querido imponer» «una narrativa», como podría haber dicho que he querido imponer un teatro, acerca de la polémica edición de la doctora Morató, así como algunas otras acusaciones a las que no quiero referirme para no entrar en cuestiones que pudieran ser personales. Pero sí quisiera puntualizar algunos extremos acerca de los artículos del diario argentino El Sol y la doctora Lola Burgos, cuestión sobre la que el director de Jot Down no termina de aclararse, quizás por falta de conocimiento de un asunto tan menor como enfadoso.

1.º Nunca he escrito ningún artículo atribuyéndome personalmente el descubrimiento de las crónicas de Chaves Nogales en el diario El Sol.

2.º Lo que sí me he atribuido (y me sigo atribuyendo), desde hace ya algunos años, tanto de forma privada como en entrevistas con periodistas que firman su información, es el proyecto de publicar las crónicas de El Sol (y otras muchas) en la editorial Renacimiento.

3.º En al menos dos viajes de varias semanas a Buenos Aires pasé cientos de horas en la Biblioteca Nacional argentina fotografiando las crónicas de Chaves Nogales y Corpus Barga para asegurarme de tener realmente todas sus colaboraciones, pese a que parte de ese trabajo lo hubieran realizado ya Fernando Larraz y Daniela Serber. En algún momento, revisando mi correspondencia con Larraz, podré verificar qué fue lo realmente encontrado por ellos y lo hallado por mí. Por cierto, fotografié también multitud de artículos de Elena Fortún, Clemente Cimorra, Rodrigo Soriano y otros muchos escritores exiliados que colaboraron en el excelente suplemento de los domingos de este periódico.

4.º Por lo tanto, me he atribuido en el pasado los artículos de El Sol, no tanto por haberlos fotografiado al completo como porque yo iba a ser su editor. De hecho, como ya he contado en otro momento, los artículos se maquetaron en la primavera de 2024 y fueron enviados a quien en principio iba a ser la responsable de su edición.

5.º Lola Burgos nunca estuvo relacionada con el proceso de búsqueda de artículos en Argentina y cuando ella habla lo hace a título de editora literaria relacionada con las crónicas de Chaves y Corpus Barga y no como descubridora; por lo tanto, nunca ha estado sometida por mi parte a ningún «borrado» de su labor.

6.º Se pueden y aun se deben dar explicaciones sobre una investigación bibliográfica, pero mejor en el momento en que el libro se publica. Exigirlas antes es prematuro y a menudo equivocado. Cuando se edite mi versión de las crónicas de Chaves Nogales para Havas, dando noticia, además, de las ciento quince crónicas, algunas de ellas desconocidas hasta este momento, que encontré en mi último viaje.

7.º Por lo tanto, lo que resume Ángel Luis Fernández al concluir que yo lo que he hecho «literalmente», en mi relato sobre El Sol, es «reescribir la historia» resulta «literalmente» inexacto y muy poco histórico.

Por último, me queda solo por decir que en la edición de los Diarios de la Segunda Guerra Mundial de la doctora Morató lo más importante, lo más trascendente, a lo que debiera dársele la mayor relevancia, aquello de lo que depende la vida misma de su trabajo es su pretensión de que las 221 crónicas que allí aparecen son traducciones y solo traducciones de Chaves Nogales, es decir, traducciones y no obra original. Aunque a la vez se insista en que esas 221 traducciones «suponen un hito culminante en la recuperación» de la obra de Chaves Nogales.

Se me ocurre que poner el centro (o la diana) en que me he inventado una narrativa negadora de «un trabajo riguroso, pionero y valiente», que me empeño en ser «uno de los que marcan la entrada» a no sé qué olimpo literario, que miento, que guardo en secreto una colección de investigadoras borradas por mí y que por culpa mía murió de una cornada el pobre Manolete en 1947 puede resultar entretenido e incluso relajante. Pero la tarea realmente pendiente, casi inexcusable, debiera ser la de discutir con datos y argumentos, si es cierto o no lo que afirma la doctora Morató y si se ha equivocado o no al hacer, precisamente, la edición que ha hecho de las crónicas parisinas de Chaves Nogales para la agencia Havas.

Al parecer, esa es una cuestión, la gran cuestión, que por el momento algunos autoimplicados no están dispuestos a discutir.

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Francisco López de Luis
Francisco López de Luis
5 meses hace

Maravilloso. Un poco de luz entre tanta mentira del director de los yotdaun

Angela Gutiérrez
Angela Gutiérrez
5 meses hace

Qué raro que Francisco López de Luis, si buscamos en google, sólo aparece comentando y defendiendo libros editados por Abelardo Linares. ¿Estará haciendo méritos para que le saquen sus poemitas o forma parte del ejército que ha puesto en marcha el limpio “mucho Chaves, mucho Chaves” para enfangar el terreno? Con gran éxito según veo por el sello de 3ª edición que lucen los Diarios de El Paseo.

Angela Gutiérrez
Angela Gutiérrez
5 meses hace

Han salido las ayudas a la edición del Ministerio de Cultura. Documento público. 7000 euritos le han caído a Abelardo Linares por dos libros de Chaves Nogales de próxima aparición titulados
Los últimos días de París y París sigue siendo París.
(O sea, las crónicas de HAVAS publicadas en El Paseo).
El editor subvencionado que mucho Chaves, mucho Chaves, pero no edita a Chaves sin antes asegurarse sus dineros públicos. Y encima el hombre dando lecciones, sí señor. Qué país.

López Rico
López Rico
5 meses hace

Se preguntaba Juan Bonilla “si Linares tenía esos artículos y es dueño de una editorial, dado que estamos en pleno año Chaves, ¿cómo es que no los sacó si su casa lanza al mercado una docena de títulos al mes, no todos ellos mediocres? ”
Esta pregunta ya tiene respuesta y es de dominio público porque han salido los resultados de las ayudas a la edición. 7000 euros le han dado a Linares en el Ministerio de Cultura para publicar dos libros de Chaves Nogales con los artículos de HAVAS que han publicado ya en EL PASEO. Por eso estaba esperando el hombre. Porque mucho Chaves Nogales, mucho Chaves Nogales, pero a la hora de arriesgar dinero editándolo, mejor que sea dinero público para no correr ningún riesgo y llevarse más ganancia. Una cara tan dura es difícil tenerla, la verdad.

Susana F G
Susana F G
5 meses hace
Responder a  López Rico

En efecto, mucho Chaves… Ya tiene la edición de Morató, le ha creado el barrizal y ahora solo tiene que escanear su trabajo y cantar las bondades de los falsos originales. Tiene un año por delante el buen hombre. Qué fácil se lo han puesto..
Eso sí, este culebron lo pagamos todos.

Juan
Juan
5 meses hace
Responder a  López Rico

Buenos días:
Que digo yo que, sin perder de vista la existencia de muchos aprovechados en el solar patrio y no sé si este es un caso, parece que empiezan a aflorar los clarividentes que conocen el contenido de libros sin imprimir.

¡Y se rompen la cabeza con los peligros de la IA teniendo aquí mismo esos prodigios paranormales!

Angela Gutiérrez
Angela Gutiérrez
5 meses hace
Responder a  Juan

A lo mejor, escriben de la misma Renacimiento, donde no crea usted que mucha gente aguanta al personaje.

Roger T.
Roger T.
5 meses hace

Abelardo Linares: qué gran fábrica de lodo,
tanto tienes tanto vales.
Mucho Manuel Chaves Nogales,
…pero con dinero de todos.

Moliner, J.
Moliner, J.
5 meses hace

Se agradecen, Sr. Linares, sus argumentos. Tanto en Zenda como en Jot Down se está hilando un debate de besugos y no deja de sorprenderme. Cuando parece un tema serio esto de apropiarse de la investigación ajena, aquí los ‘enterados’ ahogados con su propio veneno.

Angela Gutiérrez
Angela Gutiérrez
5 meses hace
Responder a  Moliner, J.

Están los juzgados. Este sr. Linares, que se va a embolsar 7000 euros de todos por no arriesgar un duro por Chaves, comenzó la fiesta anunciando una demanda. Si la pone ya se resolverá y se verá quién le ha robado a quién. El debate ha servido para que afloren nombres de investigadores que Linares no citaba nunca, o su práctica de borrar a Maribel Cintas. Y sobre todo, para que la edición de los Diarios de la Segunda Guerra Mundial se esté leyendo mucho a juzgar por las listas de libros más vendidos. Debería alegrarse por Chaves, hombre.

Moliner, J.
Moliner, J.
5 meses hace
Responder a  Moliner, J.

No hay argumentos. Yo solo leo contradicciones. Dele un saludo a Abelardo, que lo va a necesitar después de haber quedado en evidencia con tantas falacias y mentiras. Le quedan pocas.

Raoul
Raoul
5 meses hace

Cuando, hace un par de años, compré en una librería de viejo y al fin leí, admirado y sobrecogido, A sangre y fuego, no me podía imaginar todo esto…

Juan
Juan
5 meses hace

Buenos días:
Yo sigo diciendo lo mismo. Parece ser que hay mentes clarividentes que saben (antes de que salgan a la luz) todos los detalles de libros aún no impresos.
Qué pone, en qué orden, si son copias o fotocopias de otros…

No sé.