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Cristian Perfumo: «A un autopublicado no se lo invita un festival de literatura»

Cristian Perfumo: «A un autopublicado no se lo invita un festival de literatura»

En 1961, Margaret Atwood (El cuento de la criada) publicó su primera obra, un poemario titulado Double Persephone; ella misma hizo 220 copias y diseñó su propia portada. Federico Moccia (A tres metros sobre el cielo) se decidió por la autopublicación con su primera novela, y el boca oreja le obligó a reeditar, una y otra vez, más ejemplares ante la gran demanda de lectores que querían leer su obra. Virginia Woolf fundó su propia editorial junto a su marido para imprimir sus obras.

Ellos fueron pioneros, pero el gran hito en el mundo de la autopublicación se produjo con Kindle Direct Publishing de Amazon. A España llegó hace 10 años. Con motivo de este aniversario hablamos con autores como Marcos Chicot y Lorena Franco, que comenzaron usando esta herramienta de publicación y han conseguido convertir la escritura en su profesión.

Después de las charlas con con Esteban Navarro, Fernando Gamboa y Lorraine Cocó, ahora es el turno del escritor argentino Cristian Perfumo, un autor de thrillers ambientados en la Patagonia. Perfumo comenzó publicando en KDP en 2011. Su primer libro, El secreto sumergido, está inspirado en una historia real. En 2014 publicó Dónde enterré a Fabiana Orquera, que se convirtió en el séptimo libro más vendido de Amazon en España. Su obra El coleccionista de flechas (2017) ganó el Premio Literario de Amazon.

A continuación conversamos con él sobre su experiencia como autor autopublicado.

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—¿Cómo ha cambiado el sector de la autopublicación desde que usted empezó su carrera literaria?

"Antes, autopublicado equivalía a amateur, porque lo hacíamos todo nosotros"

—Durante todos estos años ha habido mucha profesionalización por parte de los autores. Antes, autopublicado equivalía a amateur, porque lo hacíamos todo nosotros (portada, edición, etc.). Hoy contamos con editores, correctores, portadistas y otros servicios, tal y como lo hace una editorial (de hecho, muchas veces son los mismos profesionales). Por otro lado, antes uno autopublicaba porque no le quedaba otra opción. Hoy hay autores (no muchos, pero los hay) que deciden autopublicar porque lo prefieren, y aunque no les faltan ofertas de editoriales, eligen ser independientes, con las cosas buenas y malas que eso conlleva.

—¿Se ha sentido infravalorado o marginado por autopublicarse?

—Por supuesto. Sobre todo en ciertos círculos literarios, donde hay puertas que permanecen cerradas. Por ejemplo, a un autopublicado no se lo invita un festival de literatura aunque cuente con cientos de miles de lectores.

—¿Es necesario tener una comunidad de seguidores para poder triunfar con libros autopublicados? ¿Cómo se consigue tener una?

"Yo prefiero como canal de comuniación el email, que por cierto es como los pantalones acampanados: está volviendo a ponerse de moda"

—Necesario no, pero ayuda. ¿Cómo se consigue? Seguramente haya muchas maneras, pero yo te cuento la mía: escribiendo un libro que enganche a un puñado de lectores, luego otro que enganche a otro puñado más, y así. Esto es como Roma, no puede construirse en un día.

—De 0 a 10, ¿cómo de necesarias son las redes sociales para un autor que se autopublica? ¿Y cómo lo son para un escritor con editorial?

—Un 5. Creo que es fundamental que un autor, publique de la manera que publique, tenga un canal de comunicación con sus lectores. Yo prefiero el email, que por cierto es como los pantalones acampanados: está volviendo a ponerse de moda. Las redes, en cambio, a mí no me han funcionado muy bien. Quizás tenga que ver con que no disfruto para nada el postureo, y para triunfar en redes te tiene que gustar estar ahí.

—¿Es diferente escribir para vender ebooks en Internet que novelas de papel en librerías?

—En absoluto. Siempre escribo el mejor libro que puedo.

—Corrección de estilo, ortotipográfica, diseño… ¿Qué servicios y herramientas son imprescindibles para una correcta autoedición? ¿Ha conseguido la autopublicación estar al nivel de la edición tradicional en esos aspectos?

"Decir que la obra autopublicada promedio es mediocre es equivalente a decir que el ser humano promedio tiene un testículo y un ovario"

—Contratar a un profesional para la corrección de estilo y ortotipográfica es imprescindible. También lo es contar con un buen diseñador de portada. Al principio, puede que un autor no disponga del dinero para estos servicios, pero mi consejo es que en cuanto pueda lo haga. La mayoría de los autores suelen ser malos editores de sus propios libros (por cierto, la mayoría también cree que son la excepción a esta regla). Sin duda, hay obras autopublicadas que están al nivel de la edición tradicional e incluso la superan. El problema es que cuando se habla de esto se suele mirar el promedio. Como la autopublicación no presenta filtros para acceder a ella, hay obras buenísimas y otras malísimas. Pero decir que la obra autopublicada promedio es mediocre es equivalente a decir que el ser humano promedio tiene un testículo y un ovario.

—¿Cuál fue su mayor error al autopublicarse? ¿Y su gran acierto?

"Mi mayor error al autopublicarme fue compararme demasiado con otros autopublicados"

—Mi mayor error al autopublicarme fue compararme demasiado con otros autopublicados. Tuve una época en que la mayoría de la gente a la que seguía en Twitter eran otros autores y estaba todo el día siendo bombardeado con sus «éxitos». Esto hacía que yo no disfrutara de los míos como debía. Si mi libro tenía 20 reseñas de cinco estrellas en Amazon, siempre me las ingeniaba para sentirme mal porque el de tal otro autor tenía 50 o 100. Ahora hace años que le presto muy poca atención a lo que hacen otros, y mucho menos a lo que publican en sus redes. Mi gran acierto fue, y es, reunirme periódicamente con otros tres autores autopublicados que están en situaciones similares a la mía. Hay muy poca gente en el mundo que se dedique a esto, y tener la posibilidad de ayudarnos mutuamente es valiosísimo.

—Para finalizar, un consejo “imprescindible” para todos los que en este momento están pensando en autopublicar su obra.

—Si tu economía te lo permite, no dejes de contratar a un editor y a un diseñador de portada. Si no te lo permite, para la edición te recomiendo recurrir al poder de las masas: pedile al menos a 5 personas de tu entorno que lean el libro y te den comentarios brutalmente honestos. En cuanto a la portada, no pierdas de vista que lo más importante es que refleje el género. Cuando tengas un boceto, mostráselo a diez extraños y preguntales a qué género creen que pertenece. Si vos escribís policíaca y cuatro personas te dicen «novela histórica», hay algo que no va bien.

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Bixen
2 años hace

¡Y dale con el lo… que es le!, y punto.