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El encaje de un puzle

El encaje de un puzle

Fin. Y con esa palabra que cierra es con la que puedo comenzar a hablar del “cómo se hizo”. Cuando la utilicé fui consciente de cada una de las letras, que cerraban la historia, sí, pero también cerraban madrugadas felices inventando, repasando escenas, releyendo las más hermosas, modificando, pizza, ron con miel y el corazón a cien cuando a cien estaba el de mis protagonistas.

"Los tres libros de la saga Ángeles Guardianes comparten el making of, ya que todos los escribí seguidos, sin pausa, en una explosión bárbara de ganas, ideas y atrevimiento"

Pero, curiosamente, no es En tus heridas la primera novela que escribí, sino En tu reflejo. Y es que los tres libros de la saga Ángeles Guardianes comparten el making of, ya que todos los escribí seguidos, sin pausa, en una explosión bárbara de ganas, ideas y atrevimiento, que creo saber de dónde procedió y no sé si se volverá a repetir ni en qué circunstancias.

Tras dejar de lado el mundo de la comunicación, pasé unos años viviendo en distintas ciudades de España, buscando trabajo, tocando otros palos, hasta que finalmente regresé a mi Ávila, donde tuve mi primer niño y me quedé a cubrir un puesto en el negocio de mi padre, que nada tenía que ver con mi formación (vivencias que utilicé para dar forma a uno de mis personajes de En tus recuerdos, por cierto). Todo iba bien, todo era tranquilo y feliz. Y quizás por esa razón, y por el alejamiento de mi ámbito laboral y de la creatividad que conllevaba, llegó un momento en que necesité, de manera imperiosa, dar salida a lo que hervía en el maldito volcán que estaba rugiendo dentro de mí.

Y salió. En forma de tres novelas.

Hacía más de un año que había descubierto el género romántico y me tenía fascinada: pautas similares en las historias, escenas que se repetían en esencia aunque no en forma y por supuesto la llamada “tensión sexual no resuelta”, que me volvía loca de principio a fin en cada historia medieval que leía.

Servidora, que en alguna ocasión había escrito algún que otro folio con pensamientos, escenas o descripciones paisajísticas, decidió dar forma a todos ellos con un hilo conductor y dos personajes nítidos que vinieron a mi mente.

Y así me vi una noche, con más de sesenta folios escritos y viendo que el impulso primario había hecho que cogiera una carrerilla que no podía desaprovechar. Y no lo hice. Un hijo al que dormía a las nueve de la noche y un marido que por entonces viajaba muy a menudo sumaron muchas noches todas para mí solita, hasta que llegó, un mes de mayo, la que sabía que sería la del punto y final. Es una sensación similar a cuando quedan tan solo un puñado de piezas sin colocar de un puzle, desordenadas, pero sabes perfectamente dónde van a encajar y sabes también que ¡está hecho! Es realmente una sensación única. Y así fue con cada uno de los libros que escribí.

"Lejos de gritar lo que para mí había sido un desahogo y una proeza, tan solo conté a mi marido que había escrito las novelas"

En tus heridas, esa historia pausada, tranquila y apasionante por lo reservada… Lejos de gritar lo que para mí había sido un desahogo y una proeza, tan solo conté a mi marido que había escrito las novelas. Las leyó y yo, en vez de proclamarlo al mundo y comenzar a moverlas no sabía ni por dónde, quise guardar silencio absoluto y esconderlas en el ordenador bajo clave, como un tesoro muy muy personal y privado.

Tras dos años leyéndolas cada ciertos meses, retocándolas y corrigiéndolas, decidí intentar publicar la primera, En tus heridas. Pero para eso necesitaba saber si “valían”, y para mí eso significaba que alguien las leyera y le pasaran desapercibidas, como “un libro más”, ni mejor ni peor. Así, las introduje en el libro electrónico de mi hermana bajo seudónimo y…, ¡objetivo cumplido! Las comentó conmigo como cualquier libro, le gustaron mucho, no notó nada extraño y a otra cosa, mariposa. Fue entonces cuando le confesé mi pequeño engaño.

Hoy, En tus heridas lleva tres ediciones. Modestas, pero tres. Jamás pensé en una acogida tan cálida, como cálidos sus personajes y la trama.

Mikel y Violeta. Dos personas que se cruzan en otoño, en el momento de comienzo del curso, de recogerse en el calor del hogar y, en su caso, de comenzar a conocerse por caprichos del destino en las noches frías de un apartamento. A fuego lento. Sin apenas más personajes que interrumpan sus miradas, sus silencios y… su historia.

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Autora: Paula Velasco. Título: En tus heridas. Editorial: Círculo rojo. Venta: Amazon

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