Blas de Lezo y Olavarrieta, teniente general de la Real Armada del siglo XVIII, se ha convertido en los últimos años en una de las figuras más reconocidas y admiradas de la historia de España, idolatrada tanto por los doctos en las cuestiones navales como por los simples aficionados a la guerra marítima. Por ello, su vida ha sido objeto de muchos y notables trabajos académicos, pero también una excusa para adjudicarle citas célebres que nunca dijo o hechos de armas en los que nunca participó. Igualmente, su larga y exitosa carrera naval ha quedado reducida, para el público general, a una única si bien heroica batalla: la defensa de Cartagena de Indias de 1741. Sin embargo, casi cuarenta años de servicio a España no se pueden resumir en una frase ni en una batalla.
En este making of Guillermo Nicieza cuenta cómo escribió Blas de Lezo: Una vida al servicio de España (Desperta Ferro Ediciones).
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Blas de Lezo y Olavarrieta es una figura histórica que siempre me ha fascinado, aunque no es de extrañar, teniendo en cuenta que nací en Gijón, una de las ciudades con más larga tradición naval y marítima del mar Cantábrico. Si esto fuera poco, me crie entre el aroma del salitre, que entraba por la ventana de mi habitación, y de la pólvora, que rezumaba de las historias de batallas navales que me contaban mis abuelos, dos amantes de la guerra de mar. Como el joven Blas de Lezo, yo tampoco tuve más elección que echarme a la mar, aunque en mi caso fuera, en vez de en un navío de línea, sobre el papel.
Nacido en Pasajes de San Pedro, Guipúzcoa, se crio en una familia de tradición marinera, y posiblemente también creció escuchando los relatos sobre las glorias de sus antepasados de boca de sus abuelos. Como hijo menor de familia hidalga, tuvo que seguir la senda del segundón: buscar su propia estela en el mar. Si mi obsesión por su vida, con la que siempre empaticé, no estaba suficientemente apuntalada, al final de mi adolescencia se publicaron las obras de Pablo Victoria Vilches y Gonzalo Quintero Saravia que desarrollaban su participación en la defensa de Cartagena de Indias. Estos dos libros fueron tan exitosos que, de repente, Blas de Lezo pasó del más injusto ostracismo a recibir los laureles de la Gloria, siendo ampliamente conocido por todos los aficionados a la historia militar española. Desgraciadamente, también comenzó a mitificarse su figura, adjudicándole citas apócrifas de dudoso gusto o acciones de combate gloriosas de dudosa existencia. Para mi frustración, se había convertido en el Horacio Nelson de la Armada española, y eso no lo podía permitir.
Cerca de una década más tarde, que pasé investigando la historia naval española, inglesa, francesa y otomana, Desperta Ferro y el Ministerio de Defensa me encomendaron la misión que llevaba tiempo esperando: hacerle justicia a Blas de Lezo y Olavarrieta. Sin mitos. Sin adornos.
Este encargo me llevó a adentrarme en pilas de libros y montones de legajos españoles, en extensísimos y pomposos historiales franceses, en propagandísticas crónicas inglesas y hasta en trazos y planos de construcción de navíos y fragatas. Mi obsesión, por encima de todo, era limpiar la pátina de mito que había cubierto la carrera naval de Blas de Lezo, así que tuve que comprobar cada minúsculo detalle sobre su vida por triplicado. La vida de don Blas no había sido para nada cómoda y tampoco esperaba que escribirla fuera a serlo.
Casi dos años me llevó la tarea de investigar en profundidad la vida del marino guipuzcoano, sus antepasados, su largo linaje marinero, su nacimiento, su formación en la Marina Real francesa, su paso a la Real Armada española, sus hechos de armas en el mar Mediterráneo, Berbería, océano Pacífico y océano Atlántico, los buques en los que sirvió o que mandó, y sus particulares venturas y desventuras personales y familiares. Sin embargo, cada nota de su diario, cada rol de dotación en el que aparecía su nombre, cada crónica o historial en el que se relataban sus hazañas me acercaba a completar mi misión. Pasé meses surcando las oscuras aguas de este mar desconocido, pero, afortunadamente, como ocurría en las dotaciones de guerra, no estaba solo en la travesía: Desperta Ferro puso a trabajar en la obra a sus mejores ilustradores, cartógrafos, editores y correctores. Todos juntos conseguimos gobernar la nave y guiarla a buen puerto.
Meses después, tras un periodo de exhaustiva corrección y exquisita maquetación, llegó a mis manos el primer ejemplar de Blas de Lezo: Una vida al servicio de España, y no pude evitar pensar que a don Blas le habría gustado leer esta biografía suya, pero si cumplí o no con la misión deben juzgarlo otros.
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Autor: Guillermo Nicieza Forcelledo. Título: Blas de Lezo: Una vida al servicio de España. Editorial: Desperta Ferro. Venta: Todos tus libros.





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