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Hong Kong el monstruo dañado

Sale ahora publicado el libro Hong Kong bajo la lluvia, de Blas Piñero Martínez, en el sello que, con un gusto exquisito, da la posibilidad de conocer innumerables países y ciudades de todo el mundo: La Línea del Horizonte, que dirige desde hace unos años Alberto Vicente.

El libro se organiza de forma concisa e inteligente en cuatro apartados que dan una idea de lo que encontraremos en él: la introducción, «El tiempo dañado», «El espacio dañado» y el epílogo «La vida dañada». El autor nos introduce en un ensayo viajero y para viajeros, paseantes o curiosos que quieran ir a Hong Kong ya sea de forma física o mental, o que simplemente quieran saber cómo se vive en esa parte del mundo.

"Hong Kong, para sus habitantes, es el monstruo sagrado que trata de recuperar su dignidad al tiempo que es vivida. Así lo ha apuntado Piñero, desde el daño en el espacio y en el tiempo"

Así pues, bienvenidos al Hong Kong de la lluvia, de barcazas rutilantes sin destino, de pasos de cebra infinitos y salvajes, al paseo de los sentidos; un viaje que recordará al Marrakech de Canetti (Las voces de Marrakech: Notas de un viaje) en su apunte intuitivo y al Diario de viaje de un filósofo de Hermann Keyserling (Hermida Editores, 2020), quien ya advirtió del comportamiento chino y de la aparente poca profundidad que aflora. Blas Piñero le ha dado una vuelta de tuerca al libro de viajes y ha enfocado Hong Kong desde las raíces del pueblo: un lugar compuesto principalmente por emigrados de la propia China, viajeros, comerciantes, jugadores, trabajadores y gente en busca de fortuna y de un nivel de vida superior.

Hong Kong, para sus habitantes, es el monstruo sagrado que trata de recuperar su dignidad al tiempo que es vivida. Así lo ha apuntado Piñero, desde el daño en el espacio y en el tiempo. La inocencia precolonial de la región se filtra por entre los cristales de sus casinos, donde a sus ciudadanos les cuesta encontrar la amabilidad de los bancos en los que aposentarse y asir el pulso de la ciudad, vibrante y rica, que es difícil sentir como la casa en la que habitas con deseo de pertenencia. El deseo de apropiarse de ella se agota en el intento de comprenderla. Una ciudad que se escapa por los tiempos de ocio que no acaban de satisfacer. Así el Hong Kong de Año Nuevo queda desierto: las masajistas que salen a hacer la calle en los alrededores de los locales comerciales regresan a la China continental para reunirse en sus ciudades de origen con sus familias, y en los mercados ya no borbotea la sangre fresca ni el marisco corre por debajo de los mostradores, pues, como dice Piñero, los hongkoneses necesitan ver el género vivo o aún agonizante para sentir el deseo de comprar la mercancía.

"El hongkonés ha de construir la felicidad desde lo más hondo para lograr su paraíso. También el tiempo está salpicado, aparece como dañado"

En el libro, la meteorología está presente como un personaje, puesto que gran parte del recorrido lo hacemos bajo la lluvia. Nos enteramos de que en los orígenes de la prosperidad de Hong Kong se encuentra el comercio del opio, dirigido por los ingleses, que luego lo diversificaron hacia la banca, la droga y el dinero, que han estado siempre muy unidos. Cuenta Piñero que en Hong Kong se jactan de un exacerbado antiintelectualismo. La gente enloquece por el dinero, reñido con la actividad intelectual, y cree que la libertad individual es el infierno sobre la Tierra. Hong Kong es un lugar de monstruos mitológicos, a veces prácticos, donde la libertad simboliza el miedo, y de ese miedo nacen con frecuencia relaciones personales difíciles: la relación con el otro surge de la memoria de la enfermedad, de las continuas pestes que transforman ese espacio desgastado, dañado diría Piñero, y el amor, el de Cupido, también ha de tener orígenes complicados si añora ver la flecha clavada en un corazón ajeno. El hongkonés ha de construir la felicidad desde lo más hondo para lograr su paraíso. También el tiempo está salpicado, aparece como dañado. El tiempo y el espacio, «ideas muy bergsonianas», siempre se hallan presentes.

Son dignas de elogio las referencias a las artes producidas en Hong Kong, puesto que el recorrido a través de libros y películas ayuda a comprender mejor desde dónde brota la cultura hongkonesa. Su lengua proviene al parecer de un chino arcaico mezclado con un dialecto japonés, más la mezcla de los invasores coloniales europeos. El resultado es una lengua plagada de insultos y palabras malsonantes.

"No quedarán defraudados de este paseo que nos ofrece Blas Piñero, de honda formación humanística, sinólogo de la reputada escuela francesa, y traductor del chino"

En la primera parte del libro se narra la dificultad de las relaciones personales, condicionadas por el miedo al otro y la distancia que conlleva, puesto que las enfermedades infecciosas están muy presentes en la memoria del pueblo hongkonés (la cantidad de niños huérfanos, a lo Oliver Twist, fruto de estas infecciones, que infestaron las calles). Así, prácticamente de una peste, nació la nueva Hong Kong, donde el juego, el sexo y la comida son grandes aliados. Tras la gran peste que asoló la ciudad hace más de un siglo, se destruyó una buena parte del distrito de la prostitución conocido como Possession Street y, entre otros edificios, un templo al que acudían a diario las prostitutas, al parecer muy devotas.

No quedarán defraudados de este paseo que nos ofrece Blas Piñero, de honda formación humanística, sinólogo de la reputada escuela francesa, y traductor del chino, entre otras, de algunas obras del premio Nobel Mo Yan (Kailas Editorial, El clan de los herbívoros, El manglar y El suplicio del aroma de sándalo) y de la aspirante al mismo, Can Xue (Hermida Editores, La frontera y Nubes flotantes ya envejecidas). Lean este libro, y recomendamos también la obra de los autores que ha traducido, ya que mejorarán la experiencia.

Las pocas líneas del epílogo las dejo sin desgranar. El autor queda finalmente diluido en el libro. No se lo pierdan: es como si el papel donde ha sido escrito saliera ardiendo.

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Autor: Blas Piñero Martínez. Título: Hong Kong bajo la lluvia. Editorial: La Línea del Horizonte. Venta: Todostuslibros.

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