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El legado de Octavio Paz

El legado de Octavio Paz

"Octavio Paz representa una auténtica “marca” que podría ser explotada comercialmente por algún listillo con ganas de dinero"

Tras la muerte de Marie-José Tramini, viuda de Octavio Paz (1914-1998), los buitres han asomado la cabeza buscando aprovecharse de los restos que han dejado tanto el poeta mexicano como quien fuera su heredera y compañera sentimental. Algunos dicen que se trata de una fortuna material cifrada en valiosas obras de arte, joyas bibliográficas y cuantiosos derechos de autor. La cuestión es que inmediatamente después de la muerte de Marie-Jo, acaecida el pasado 26 de julio, tanto los editores de Paz en el Fondo de Cultura Económica como algunos de sus amigos cercanos y un grupo de especialistas en su obra comenzaron a manifestar su preocupación por el futuro del legado paciano, debido a la ausencia de herederos y de un testamento en donde se establezca el destino que deberá tener su patrimonio. Las autoridades culturales mexicanas se apresuraron a declarar de manera categórica que el legado de Paz y de Marie-Jo no está en riesgo y que permanecerá en México, y se anunció el inicio de los trámites para declarar Monumento Artístico el patrimonio intelectual del Premio Nobel de Literatura 1990. Sin embargo, al no existir un testamento realizado por Marie-José Tramini, la “masa hereditaria” de cómo está constituido el legado de los Paz no queda definida. Al respecto, los abogados expertos en la materia afirman que podría ser que se tramitara la declaratoria sólo de lo conocido, pero se tienen que dar prisa, pues es un trámite que tarda tiempo en realizarse. Pero el mayor problema es que hay que hacer un inventario, labor que se complica, pues la obra ha quedado intestada, así que las autoridades se enfrentan a un perfecto caos jurídico, con un juicio por herencia intestada que por norma se demora años, ya que hay que emitir publicaciones y edictos para saber si hay algún heredero y, si no aparece, debe hacerse varias veces. Lo cierto es que desde el gobierno hay voluntad política y la Comisión Nacional de Zonas y Monumentos Artísticos (CNZMA) aprobó la semana pasada, por unanimidad, el proyecto para declarar Monumento Artístico el archivo documental y el acervo bibliográfico de Octavio Paz, aunque no detalló la fecha en que será emitida ni si será realizada por la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, o por el Presidente Enrique Peña Nieto. El siguiente paso anunciado es la publicación de una consulta abierta, en diarios de circulación nacional, para conocer si existe alguien jurídicamente interesado en el legado del poeta mexicano y, posteriormente, se emitiría la declaratoria; pero el anuncio, realizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) mediante un comunicado, no explica si hubo algún acuerdo o mención sobre las medidas necesarias para proteger y resguardar la obra pictórica y escultórica que perteneció al poeta, como tampoco sobre el depositario de los derechos de autor y sus bienes inmuebles. Sobre Paz se puede decir que representa una auténtica “marca” que podría ser explotada comercialmente por algún listillo con ganas de dinero fácil y mucha cara dura para lanzar el envite. pero ya se sabe que en esto de los dineros siempre hay alguien dispuesto a llevarse el gato al agua. Y es un hecho que hay registros comerciales de la marca OP, el último de ellos tramitado por la propia Marie-José Tramini Poly, el cual se realizó el 29 de septiembre de 2010. El trámite fue por un tipo de marca nominativa que protege al nombre para ser utilizado en la edición de textos no publicitarios y publicación de libros, servicio de bibliotecas ambulantes, préstamos de libros, servicios de educación, academias, conferencias, congresos, seminarios, simposios, coloquios, concursos de oposición, además de cursos por correspondencia, informaciones de cualquier tipo en materia de educación, organizaciones, espectáculos, exposiciones con fines culturales, educativos, diversiones, cualquier producción, servicios de museos y hasta recepciones. O sea, un auténtico “chollo” para quien no sea el pueblo mexicano en su conjunto. Así que las autoridades lo deben pelear con uñas y dientes. En ello va el prestigio de todos aquellos que ostentan un cargo como funcionarios de la cultura mexicana.

LITERATURA MEXICANA PREMIADA EN EL EXTRANJERO

"Es un hecho consumado que la literatura mexicana goza de un gran nivel de excelencia"

Es un hecho consumado que la literatura mexicana goza de un gran nivel de excelencia. Dos botones de muestra: en estos días, el Ministerio de las Culturas de Chile dio a conocer en su cuenta de Twitter que Juan Villoro se hacía acreedor al Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas 2018. El jurado, encabezado por la ministra de Culturas, Alejandra Pérez, y conformado por los escritores Martín Caparrós (Argentina), Guadalupe Nettel (México), Mauro Libertella (Argentina), Antonio Skármeta y Carlos Franz (ambos de Chile), reconoció que la obra literaria de Villoro merecía ser premiada “por pertenecer a la tradición de los grandes escritores latinoamericanos, cuyos temas y enfoques interpelan a todo el continente”, y lo agasajan con 60 mil dólares, una medalla y un diploma, situándolo entre lo más granado de las letras mundiales escritas en español. Por su parte, Valeria Luiselli acaba de obtener el American Book Award por la edición en inglés de su libro Los niños perdidos (Un ensayo en cuarenta preguntas), publicado en nuestro idioma por Sexto Piso. Tell Me How It Ends: An Essay in Forty Questions (Coffee House, 2017), título de la obra en inglés, es un texto basado en la experiencia de Luiselli como traductora en la Corte migratoria de Nueva York para la defensa de los niños inmigrantes, donde se relata el proceso legal del que depende el futuro de los miles de menores centroamericanos que llegan a Estados Unidos. El libro se convierte en una radiografía de la realidad de la que huyen esos niños y el «infierno» por el que tienen que atravesar durante su viaje por México y su llegada a Estados Unidos. Dos autores brillantes y dos premios indiscutibles.

HÉCTOR MANJARREZ, MEDIO SIGLO DE CUENTOS

Saludamos con entusiasmo la celebración de las bodas de oro del escritor Héctor Manjarrez (1945) con el género del cuento, que editorial Era festeja publicando el libro Historia, el cual reúne 45 relatos publicados por este autor chilango entre 1967 y 2016, en los que ha abordado como temas centrales las distintas coyunturas existenciales que sufrimos en la infancia, la pubertad, la adolescencia, la juventud y la edad adulta. Dice Manjarrez que para él escribir un cuento es “como andar en bicicleta”, porque debes “avanzar sin agarrarte, en equilibrio”, aunque confiese que tras medio siglo explorando la narrativa breve se haya caído de la bicicleta en varias ocasiones. Lo cierto es que subirse a sus bicis es una experiencia muy estimulante.

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