Meirás

Dice mi negro que vio a Franco en persona tres veces en su vida. Tiene gracia el dato. Vamos siendo minoría los que aún podemos recordar a Franco vivo. “Fósiles vivientes”, me digo. “Es como recordar vivo a Viriato”. Me trae estas cosas a la cabeza un libro que, a base de acumular datos, ilumina fríamente el funcionamiento de un régimen en el que todo fue fachada.

Se titula Meirás, así, en versales, y lleva un explícito subtítulo: Un pazo, un caudillo, un espolio, que no “expolio”: está en gallego, aunque perfectamente podría estar en castellano y distribuirse por toda España, porque su interés rebasa el ámbito local. Cuenta la historia de una propiedad que la familia de doña Emilia Pardo Bazán tuvo en Meirás, parroquia del municipio coruñés de Sada. En la última década del siglo XIX, la escritora levantó allí una residencia veraniega que llegó a tener nombre propio. “Durante los veranos, la condesa de Pardo Bazán busca la calma sugerente de la tierra gallega. Abandona el Madrid de las fiestas cortesanas (…) y torna a la Naturaleza ubérrima que circunda las Torres de Meirás”, decía, muy refitoleramente, La Ilustración Española y Americana en marzo de 1920. Pero aunque se alejara del “Madrid de las fiestas cortesanas” y buscara “la calma sugerente de la tierra gallega”, doña Emilia tampoco paraba: la primera parte de este libro documenta la intensa vida social que tenía lugar en Meirás y que incluía visitas del rector de la universidad de Salamanca, don Miguel de Unamuno, y de los mismísimos reyes de España, SSMM don Alfonso XIII y su augusta esposa, la reina consorte doña Victoria Eugenia de Battenberg. También documenta la especial relación que la escritora mantuvo con su propia biblioteca, desmesurada y difícil de gestionar, otro de los motivos que guiaron la construcción de su residencia veraniega.

"Si Franco no fue ajeno a los tics de la clase media europea de entreguerras, también personificó los específicos de la clase media española"

La segunda parte del libro disecciona el complejo entramado que, aún antes de acabar la guerra civil del 36, consiguió que la propiedad terminara pasando a ser residencia de Francisco Franco Bahamonde y a denominarse “Pazo” de Meirás, una cursilería, para decirlo con todas las letras. Si Franco no fue ajeno a los tics de la clase media europea de entreguerras (nótese su obsesión con los judíos, por ejemplo) también personificó los específicos de la clase media española. Meirás incluye numerosos documentos ilustrativos, aún más que cualquier tratado de sociología y hasta de psiquiatría, sobre la personalidad del hombre que “reinó” igual que un monarca absoluto sobre España durante los treinta y nueve largos años, un mes y veinte días que van del 1º de octubre de 1936 al 20 de noviembre de 1975.

"Meirás, en resumen, es imprescindible para cualquier radiografía del Régimen, así como para nuevas aproximaciones a la siempre sorprendente figura del general ferrolano"

Cabe destacar entre este caudal de información los datos referentes a una Junta Pro Pazo organizada en La Coruña para adquirir la propiedad, hasta entonces denominada Torres de Meirás, y obsequiársela al salvador de España, así como una sorprendente relación de entidades como la Compañía de Tranvías ferrolana, la Diputación de La Coruña o nada menos que la Banda Municipal de Betanzos, a cuyos trabajadores se aplicaron descuentos salariales “voluntarios”, una medida difícil de calificar sin ser grosero. Otro destacado documento es la serie de fotos depositada en la Biblioteca Nacional, en Madrid, que recoge la visita relámpago a Meirás en diciembre de 1938, entre la batalla del Ebro y la toma de Cataluña (y el consiguiente final de la guerra), de Franco y La Señora con objeto de disponer algunos “retoques”, igual que un próspero matrimonio que visitara las obras de su chalé ostentando una apretada agenda. Se trata de fotos inéditas y con valor histórico innegable. obtenidas por alguien que formaba parte del “séquito” y que, si no era profesional, tenía buen ojo.

Meirás, en resumen, es imprescindible para cualquier radiografía del Régimen, así como para nuevas aproximaciones a la siempre sorprendente figura del general ferrolano. Un trabajo que desde 2017 ha tirado nada menos que cinco ediciones y que firman un historiador de la universidad de Santiago, Manuel Pérez Lorenzo, y un político local, Carlos Babío Urkidi, concejal en el municipio de Sada. Llama la atención, dada la calidad del trabajo, que esté publicado por una fundación —Galiza Sempre—, que en su web dice estar promovida polo Bloque Nacionalista Galego”. Si uno espera poco de los nacionalismos pedáneos, este libro es la excepción.

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