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Nostalgia de olor

La novela de Loriga es paradigma de esta era de transparencia y extimidad.

Hay algo tal vez peor que la opresión, la dictadura y la sinrazón y es seguramente la rendición, la aceptación de la derrota, la obediencia ciega a unos mandamases que no tienen rostro, argumentos ni justificación. El protagonista de Rendición, la novela que ha obtenido muy justamente el premio Alfaguara 2017, va quemando su dignidad y su identidad en el altar del dominio de una colectividad en la que siempre otros deciden. Un “otros” indefinido, innominado, borroso, como él, pero claro en sus órdenes, sus instrucciones, sus consejos ineludibles.

"La voz del protagonista sin nombre de Loriga es poderosa, envolvente y sencilla, se sitúa en un mundo perdido lejos de todo y cerca de nada."

Ray Loriga no solo ha recobrado una vida literaria que parecía ya transitar solo en fulgores del pasado, sino que nos lleva a un universo tan perfecto como hostil, donde la transparencia es una obligación tan absorbente como la exposición que vivimos hoy en la omnipresencia de las redes sociales. El protagonista, su mujer y su hijo adoptivo se encaminan hacia ese universo por sus pasos, pero siguiendo instrucciones de quienes parecen saberlo todo, y el punto de aceptación parece suave y voluntario siempre que uno no se desvíe mucho del camino. Cuando aparecen las dudas, cuando llega la incomodidad ante la desnudez social, ante la capacidad de ver tus actos y los de todos los vecinos surge la amable marginación, la represión. No somos perfectos si rechazamos la transparencia en Rendición, como hoy no somos perfectos si nos mantenemos lejos de los focos de las redes en nuestro mundo real. Los pasos individuales te van a guiar entonces hacia el desastre seguro.

Ray Loriga, premio Alfaguara

La voz del protagonista sin nombre de Loriga es poderosa, envolvente y sencilla, se sitúa en un mundo perdido “lejos de todo y cerca de nada”, donde la supervivencia pasa por la resignación ante la autoridad de otros sin cuestionar su mentira. Los “dueños del agua” representan el poder en ese universo de pérdidas y lo esquematizan además hasta el punto de que en un momento dado no son ni dueños, ni tienen agua y lo único que poseen es una pistola que más vale respetar. A cada nueva presión el protagonista le encuentra una ventaja, y la cobardía y la imitación se convierten en miserables herramientas para sobrevivir.

"Ray Loriga no se ha rendido ante la ciudad transparente que hoy nos acoge entre falsedades y éxitos de pacotilla y firma un libro solvente, veraz, donde la única victoria al no rendirse será la posibilidad de la muerte."

Hasta las defecaciones son visibles en la ciudad transparente, y son tan presentables que han perdido su olor, y esa transparencia sin olfato, sin sentimientos, sin espacio para la individualización, es la parábola perfecta para representar nuestro mundo de extimidad, de exhibición obligada, de juicios, “megustas” y amigos de Facebook, Twitter e Instagram a los que sin embargo no les huelen los pies. Loriga reivindica el olor, aunque sea el hedor de los residuos íntimos frente a la perfección sin huella. Porque al perder el olor se pierde también el amor, la nostalgia por los seres que faltan y el dolor que nos hace humanos. La conciencia. Y el estómago lleno no siempre merece la pena si es a costa de una mente dormida.

Ray Loriga no se ha rendido ante la ciudad transparente que hoy nos acoge entre falsedades y éxitos de pacotilla y firma un libro solvente, veraz, donde la única victoria al no rendirse será la posibilidad de la muerte. En paz.

Las fugas te pueden hacer grande, pero no van a impedir que otros sigan dictando tu destino. Rendición es, por tanto, el paradigma de esta era.

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Autor: Ray Loriga. Título: Rendición (Premio Alfaguara, 2017). Editorial: Alfaguara. Venta: Amazon y Fnac

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