Inicio > Libros > No ficción > Palabra puta: Voces de la prostitución

Palabra puta: Voces de la prostitución

Palabra puta: Voces de la prostitución

«Las putas son exhibicionistas, narcisistas, ingeniosas, libidinosas, humanas, simpáticas y amables, distantes cuando la situación lo requiere. Intuitivas, saben leer códigos de comportamiento de un modo asombroso. Generosas, la generosidad es la base del éxito de su trabajo. Valientes, que no temerarias, porque ejercen siendo conscientes del peligro. Poseen una mentalidad abierta, capaz de entender las fantasías más íntimas. Sentirse deseadas las complace enormemente. En mi opinión, lo que mejor define a una prostituta es su capacidad de disfrutar, su fortaleza para convivir con el estigma social y su autoestima; saben gestionar muy bien el rechazo».

Lo entrecomillado es la transcripción de un texto de Julia de Castro que hace Alfredo Urdaci en Palabra puta: Voces de la prostitución, publicado por la editorial Gaveta a fines del 2023, un libro necesario para los interesados en el ¿mal llamado? oficio más antiguo del mundo. Además de un explicativo y combativo prólogo, el libro ofrece un buen ramillete de transcripciones de las confesiones que le han hecho, durante largos meses, profesionales que ejercen en nuestro país a Alfredo Urdaci, quien lo ha convertido en podcast (puede escucharse en las principales plataformas con el nombre de Condenadas a la clandestinidad). Las experiencias son variadísimas y muy sorprendentes, y comprobé al escucharlo que la realidad supera a la ficción las más de las veces.

"El tema está al rojo vivo, porque, como veremos tras leer el libro de Urdaci, muchas de ellas no quieren dejar el oficio. Lo que quieren es cotizar, tener derechos de trabajadoras"

Urdaci es un periodista de carácter libertario en cuanto a la selección y el afrontamiento de los temas que le he visto tratar. Ahora se ha empeñado en dar voz a las putas, esas descendientes de la antigua Magdala, sobre las que se ha montado una industria institucional destinada a desviar y pervertir el dinero allí destinado, utilizando la erística para transformar la palabra «puta» y la palabra de las putas en algo totalmente ajeno a la realidad de las personas que viven de ejercer el oficio que esta palabra designa. Se trata de transformar una actividad que la mayoría de las personas ejercen en libertad, al menos de las que tenemos testimonio (y son muchos los estudios muy profundos y longevos sobre el tema, como se verá en el libro de Urdaci), en otra muy distinta en la que, según las instituciones, estas putas han de ser salvadas de la trata y de ejercer la profesión bajo obligación. Aquí están en juego 2800 millones de euros que se mueven en organizaciones que tratan de sacar a las prostitutas de su oficio. El tema está al rojo vivo, porque, como veremos tras leer el libro de Urdaci, muchas de ellas no quieren dejar el oficio. Lo que quieren es cotizar, tener derechos de trabajadoras, cosa que igual no le sentaba mal a la mayoría de los ciudadanos, hasta ahora desinformados, ya que somos muchos los que vamos con la lengua fuera entre presentaciones trimestrales y anuales de impuestos, más impuestos directos, cada vez más grosos.

"El caso de la prostitución es diferente, puesto que el intercambio de servicios no está prohibido por ley y, como se insiste en las normativas actuales, si hay consentimiento no hay trata"

Como escribe Urdaci en el prólogo y enfatizó en la presentación que hizo del libro en la Casa de la Prensa en el mes de diciembre pasado, un problema radical sobre el debate de la prostitución es que la palabra de las putas ha sido silenciada. Como se reivindicó en ese acto, la prostitución tiene una larga tradición que empieza con el conocido caso de Magdalena y la casa de las putas de Magdala. En su origen, la prostitución formaba parte del foro. Hoy en día se ha arrinconado tanto esta actividad que se hace oídos sordos a quienes la ejercen; parece que el único modo de ejercerla es la clandestinidad. Sigue estando en el foro actual, pero se le ha dado la espalda. ¿Cómo podríamos avanzar en la situación actual si no interpelamos a la parte que mejor conoce su esencia, cómo se practica y qué se podría hacer para buscar una solución, si es que hay buscarla? Si insistimos por la deriva actual, su destino será el mercadeo negro, como el mercado clandestino de armas. Yo creo que la diferencia fundamental estriba en que las armas pueden ser perseguidas, porque su uso y tenencia no está permitida: uno estaría cometiendo un delito al llevarlas. El caso de la prostitución es diferente, puesto que el intercambio de servicios no está prohibido por ley y, como se insiste en las normativas actuales, si hay consentimiento no hay trata, luego dos personas podrían ponerse de acuerdo para intercambiar servicios de masaje, placer, sexo, compañía y un largo etcétera de servicios que se intercambian en ese oficio, si leemos lo que dicen las profesionales a las que se da voz en el libro.

Si no se informa de forma correcta a la sociedad y no se tiene en cuenta a los profesionales y participantes su destino puede ser peor, como el del juego: aunque se arrinconó y se recauda una cantidad de dinero ingente, se ha oficializado de espaldas a la sociedad, sin un debate público y abierto, sin tener en cuenta a todas las partes, y el problema no ha hecho más que crecer, sobre todo entre los más jóvenes. Con el fin de lograr una oficialización que parece que solo gusta a los políticos, se ha seguido el camino de la ignorancia del asunto por los medios. A pesar del aluvión de manifestaciones de las putas, apenas han tenido eco en prensa, radio y televisión. Es un negocio lo bastante grande como para que de verdad no esté en debate y no se ofrezca información al respecto.

"Por el lado económico, los eruditos de la prostitución estiman que hay unas 120 000 personas ejerciendo el oficio en España"

Urdaci comenta que una prostituta mandó 350 cartas al Congreso sin obtener ninguna respuesta. Apareció en los medios y fue silenciada cuando alegó que ella no era una esclava, sino que ejercía su oficio con plena libertad. Como se dice en el prólogo, se ha tratado de confundir a la opinión pública asociando prostitución con trata, con fines económicos deshonestos. Se ha montado una industria del rescate alegando que a las putas hay que salvarlas porque están oprimidas. En el libro se cita esta frase de Amnistía Internacional en Derechos humanos de las trabajadoras sexuales (2 de junio de 2022): «El consentimiento es fundamental para diferenciar el trabajo sexual de la trata de personas, la explotación y la violencia sexual o de género».

El debate sobre la moralidad requeriría algo más de desarrollo para ser juzgado. Ahora bien, por el lado económico, los eruditos de la prostitución estiman que hay unas 120 000 personas ejerciendo el oficio en España. Cuán repartido estaría el pago de impuestos en este país tras el aluvión de nuevos cotizantes si se hiciera caso a la petición de las trabajadoras. Armas, sexo, juego y drogas son los mayores negocios del mundo, y posiblemente los que menos dinero reportan impositivamente. Cuestión de Estado, o más bien de alta política. Las que entran por las que salen, pensarán los que se lucran en la sombra.

"La pretensión del libro de Urdaci es denunciar el intento de gobernar la moral de la gente, la intromisión en la vida privada y la pérdida de la autonomía, con el pretexto de la salvación de las personas"

Se ha redactado el informe Greta alegando el caso de una prostituta arrepentida para asimilar la situación de miles de trabajadoras sexuales. De ahí han pasado a la ecuación «si eres puta, eres víctima». En el libro se cuenta que algunos políticos iban a los clubes a explicar a los proxenetas los avances en la ley antiprostitución. También cómo los diarios que antes se lucraban con las secciones de anuncios de contactos, al llegar internet y cesar los anuncios, se convirtieron en censores de esta actividad.

La pretensión del libro de Urdaci es denunciar el intento de gobernar la moral de la gente, la intromisión en la vida privada y la pérdida de la autonomía, con el pretexto de la salvación de las personas. «Tratar de abolir la prostitución porque existe la trata de personas sería como abolir la política porque existe la corrupción» (Valerie Tasso).

"Ante tales cifras, yo pediría a los políticos una sola cosa: déjenles cotizar, al menos mientras se les ocurre algo mejor que hacer con el asunto"

A una media de 5 a 10 clientes diarios por puta o puto, y no menos de 80 o 100 euros el servicio, echen las cuentas ustedes mismos. No es necesario restar las menstruaciones, debido a las edades, que son muy variadas, y a la relación entre mujer-hombre y los muy diferentes servicios. Esto no es como el taxi, que descansa un día a la semana. Muy al contrario, las estadísticas muestran que los lunes son un gran día para el negocio. Será por el descanso del fin de semana por lo que algunos llegan al lunes con motivación.

Como mínimo, 80 € × 5 servicios/día = 400 €/día y persona. 400 € × 120 000 personas = 48 millones/día. Unos 1500 millones de euros mensuales. 18 000 millones de euros al año. Recuerden que vamos volando bajo, puesto que hemos calculado los servicios diarios en 5 (las cifras se podrían doblar). Si estimamos el tramo impositivo de las profesionales en el 35%, salen 6300 millones de euros recaudados de forma directa en la renta.

Ante tales cifras, yo pediría a los políticos una sola cosa: déjenles cotizar, al menos mientras se les ocurre algo mejor que hacer con el asunto. Así quizás se reparta más la alegría de los lunes. Sobre todo para los asfixiados autónomos, entre los que me encuentro.

—————————————

Autor: Alfredo Urdaci. Título: Palabra puta. Editorial: Gaveta. Venta: Todos tus libros.

5/5 (6 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios