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Ya ofende hasta el silencio

Permítanme, y me disculpo de antemano, que hoy sea grosero para ser más elocuente: estoy hasta los cojones. Hasta más arriba de la línea de Plimsoll, quiero decir, de tanta insistencia y tanta murga. No es ya que desde hace tiempo, sobre todo a través de las redes sociales, la peña pida tu opinión sobre esto o aquello: eso es legítimo, y también a mí me interesa la opinión de mucha gente, sobre todo si es cualificada, e incluso —a veces más interesante aún— de la que no lo es. Pero una cosa es dar tu opinión sobre algo, y otra plegarse a la contumaz exigencia de todo cristo.

Defínase, te aprietan. Mójese en esto o lo otro, diga qué piensa de Fulano o Mengano, de la guerra de Ucrania o de la de Vietnam, de Sánchez, de Abascal, de Feijóo, de Yolanda Díaz, de Putin, de Trump o de la madre que los parió. Diga públicamente dónde se sitúa respecto a todo eso, o a lo que sea, para que yo, nosotros, quienes seamos, en grupo o a solas, podamos aplaudir, si coincide con nosotros, e insultar, si discrepa. Ofendernos como Dios manda.

Todo es una permanente y perversa trampa saducea: si elogias, se ofenderán quienes detestan; si criticas, se ofenderán quienes defienden. Y si elogias y criticas al mismo tiempo lo que estimas positivo y negativo de algo o alguien, se les funden los plomos a todos. No estar dogmáticamente alineado en uno u otro bando, sea el que sea, resulta inconcebible para unos y otros. Ajenos a la fértil incertidumbre de la inteligencia, sólo existen para ellos el blanco y el negro, nunca el matiz, el razonamiento, el debate, la compleja gama de grises: misógino, masón, rojo de mierda, fascista, vendepatrias, dinos quién te paga. Da igual la biografía, los libros, las opiniones —acertadas o no— fruto de una vida o un pensamiento. Lo que buscan es una frase, incluso fuera de contexto, que puedan aislar y explotar a favor de ellos mismos, de su mezquino, chato y fanático mundo.

Pero es que ya no sólo ocurre cuando opinas, sino cuando callas. Ahora también te insultan por tener la boca cerrada, como si abrirla fuese obligación ineludible de cualquiera que tenga voz pública. Son capaces de interpretar hasta lo que no dices. ¿Cómo no ha dicho usted, o no has dicho —el tuteo envalentona más— nada sobre el incendio forestal de Canarias, o de la violencia en México, o de la desaparición de la foca monje en las Chafarinas, o del festival de Eurovisión? Porque si callas, deducen los muy estúpidos, es que piensas esto o aquello.

¿A qué se debe tu silencio culpable sobre el más reciente crimen machista, las lluvias torrenciales de septiembre o la última película de Almodóvar?, inquieren con retintín. ¿Crees que vas a escapar de sumarte al caso Rubiales —ese grosero gañán, sin duda— con decir que te niegas a participar en linchamientos colectivos, que todo roza ya el disparate y que, además, el baloncesto te importa un carajo?

Las redes sociales, el paisaje de hoy, están en manos de innumerables cretinos, cuando no malvados –unos pueden convertirse en otros con facilidad– que no desean escuchar opiniones sino confirmación de sus amores y odios personales. No quieren debate, ni pensamiento; no buscan convencer, sino acusar. Anhelan sentirse parte de un grupo y enemigos de otro, en un mundo que ha sustituido humanismo por humanitarismo y razón por sentimientos. Para qué voy a pensar, si es más cómodo sentir. Tal es la ideología asquerosamente emocional de este siglo: un estúpido simplismo de buenos y malos, necesitado de claras líneas divisorias que hagan sentirse confortable a uno u otro lado, según cada cual. Y más si se trata de España, siempre enferma de su propia Historia, donde gracias a una clase política infame —elegida por los ciudadanos a quienes representa— y a cierto periodismo parásito que vive de ella, todo es más visceral, más enconado, más abyecto. Donde te exigen ser de los suyos, sean los que sean, o verte exterminado sin dejar rastro. Ahorcado, si es posible, con tus propias palabras.

No se dan cuenta, es lo terrible. No advierten, esos limitados e irresponsables analfabetos, a dónde conducen tan turbios caminos. Como no han leído historia, ni visto nada fuera de la pantalla del teléfono móvil —y ni siquiera en él—, ignoran que todo ocurrió antes. Imposibilitados para mirar con lucidez el mundo en que viven y escupen, son suicidas gozosos, incapaces de ver cómo acaba eso. De advertir a qué áspero campo de batalla sentencian a sus hijos y nietos. Pero, bueno. Es lo que hay, y lo que va a haber. A ustedes y a ellos tocará vivirlo y sufrirlo. Yo cumplo 72 este año y me bajo en la próxima —quizá por eso lo veo tan sombrío, no sé—. En cualquier caso, déjenme administrar mis silencios o mis palabras como crea conveniente. Como dije alguna vez, considérenme un inglés en Marruecos.

____________

Publicado el 6 de octubre de 2023 en XL Semanal.

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David Sepúlveda Pérez
David Sepúlveda Pérez
6 meses hace

Terriblemente cierto.

Ricarrob
Ricarrob
6 meses hace

Bueno, don Arturo, ya se ha descargado. Y con ganas. El tema realmente lo merece y la santa indignación, o no hace falta que sea santa, también.

Pero, por favor, no meta a todos en los tres cajones (entiéndanme bien, he dicho cajones no cojones). Creo que estamos unos cuantos que no cabemos en ninguno de los tres… cajones. Sí, esos, los equidistantes, a los que nos pone verde todo el mundo y que, por contra, ponemos verde a todo el mundo, o casi.

¿Por qué cree usted, don Arturo, que en España nunca ha funcionado el centro político? Está claro. Es un país del todos contra todos. Aquí nadie entiende que las divergencias y expresarlas correctamente, con diálogo y reflexión, son enriquecedoras. Aquí nadie ha entendido nunca la democracia y la coexistencia pacífica. La exclusión, la erradicación e incluso el exterminio son lo que prima. Los acuerdos y los consensos están prohibidos. Y, de la palabra ceder no se entiende ni su significado.

El fanatismo y el dogmatismo absurdos e ignorantes son los lugares comunes. Hace poco, muy pocos días escuchaba una opinión indignada de «alguien». Con una profunda indignación, cierta saña y mucho desprecio, decía ese alguien que cómo era posible que en cierta comunidad autónoma, que no nombro, podía la gente votar mayoritariamente a cierta opción (que tampoco nombro). Y los improperios y las descalificaciones salían de su boca como un jet stream. La gente solo es inteligente y digna de respeto e incluso de la existencia si piensa como yo. Y todo esto se alimenta desde los antiliderazgos mediáticos.

Porque el respeto tampoco existe. Generaciones completas han sido educadas en la falta de él. Si a ello unimos, lo menciona don Arturo, la total ignorancia que hay de la historia (y de la filosofía, etc.) y la falta de lecturas y de viajes (si, si, me han oído bien, de viajes; la gente se traslada para hacerse selfies, no viaja, no absorbe el paisaje, no se documenta, no se culturiza; se ha perdido el concepto antiguo del viaje), el revuelto botulímico está servido.

Tampoco se entiende que haya que leer a quienes no están de acuerdo con mis propias ideas. Hay que leer a Marx aunque no seas marxista, a Freud aunque no creas en el psicoanálisis, a Malthus aunque no seas malthusiano, a David Ricardo sunque no seas capitalista… Diletantes. Muchísimos. Se opina como artículo de fe de cosas que no se conocen. Y se excluyen buenos escritos y escritores por sus ideas. La cancelación está de moda. He escuchado gente, sobre todo joven, que no leerá nunca a don Arturo, por unas supuestas no contrastadas e imaginadas ideas. ¡Ellos se lo pierden!

Lo que más abunda es cretino con móvil o cretino con micrófono. Y, hablando de cretinos, no me refiero sólo a los políticos, me choca que don Arturo se guarde sus opiniones y cualquier cantautor, cualquier futbolista, cualquier actor de cine, o sea, cualquier descerebrado, esté deseando que le dejen la alcachofa para verter sus ventosidades neuronales, sus vómitos, al público extasiado: «¡fulanito, el autor de ‘parlando te encontraré’, ha dicho esto o lo otro!». Sin tal actor de cine duda de que la tierra sea redonda en entrevista, a partir de ese momento, miles de homínidos pensarán que la tierra es plana o cuadrada. Debería haberse dedicado a cantar o a jugar al futbol, don Arturo. Su éxito y la ponderación de sus opiniones hubieran estado asegurados.

Yo también me bajo en la próxima y, aunque ya sabido, no puedo por menos que repetir una vez más que: «los que olvidan o desconocen su historia están condenados a repetirla».

Saludos.

Paula
Paula
6 meses hace
Responder a  Ricarrob

Para leer (a Freud, Marx, Malthus… o quien sea) hay que disponer de tiempo y de una atención que pueda sostenerse algo más de dos minutos… Esto hoy es imposible para la mayoría de la gente, porque estamos bajo un bombardeo constante de estímulos diversos (tik tok, tweeter, otras redes sociales, la gran oferta de pod casts, películas, etc. – que desde luego incluyen material de calidad, pero que por su cantidad y por ese «fomo» (fear of missing out – miedo de estar perdiéndonos algo mejor) que padecemos… nos obliga a saltar de una cosa a otra cada minuto. Y así leemos una frase atribuída a Freud (y ya hemos leído a Freud), luego un aforismo de un filósofo (y ya sabemos de filosofía), y así con todas las disciplinas. Tratamos de abarcarlo todo, y finalmente tenemos un idea muy superficial de cada cosa.

Adominguez
Adominguez
6 meses hace
Responder a  Paula

Es paradójico ese miedo a estar perdiéndose algo mejor a la vez que ve como su vida pasa. Bueno, en realidad, es tan ciego que no lo ve. Verá, el remedio es tan sencillo como eliminar todas las redes sociales. Desde que lo hice, hará dos o tres años, me siento un hombre nuevo. Reverte lo dice claramente, pero deseo hacer hincapié en ello: las redes están llenas de cabronazos. Y lo que es peor: de chicos verdaderamente enfermos con problemas de autoestima causados precisamente por esos entornos.

Ricarrob
Ricarrob
6 meses hace
Responder a  Paula

Los consejos son odiosos y nunca seguidos. No, no es esa mi intención. Pero si describirle a usted una situación idílica. Placeres fáciles, baratos y sencillos. Y… terapéuticos.

Imagínese, visualicese, sentada en un sillón orejero, con un buen libro, por ejemplo uno de don Arturo, quizás su última obra, con el móvil apagado y lejos, con el fijo descolgado, sin televisión, sin ordenador, con una copa de brandy o coñac, aunque me tilden de afrancesado, con nuestra más cómoda ropa o sin ninguna y con un buen chocolate puro. Y… con tiempo por delante como si la eternidad la tuviéramos al alcance… también puede acompañar una música suave, muy suave, a bajo volumen, clásica a ser posible, Verdi o Debussy, por ejemplo.

Si la he convencido, pruebe. Se sentirá fuera de este mundo insustancial, anodino, incapaz de la reflexión, de la meditación y del sano reposo…

Saludos.

Gabriela
Gabriela
6 meses hace
Responder a  Paula

Así es, estamos volviendo a la Edad Media, a la escolástica: esa lectura fragmentaria o «simplificada» por otros, que nos aleja de los textos reales, completos, y de toda profundidad interpretativa en función de ellos.
Pero como no estudiaron esas cosas, tampoco se dan cuenta. Parece que estamos por volver el marcador a cero, para empezar a hacer todo otra vez, por no saberlo.

Mirta Vazquez
Mirta Vazquez
6 meses hace
Responder a  Paula

Me parece que se puede elegir siempre. A la tv se la llamaba «Caja Boba» porque embrutecía a la gente y, sobre todo, a los niños. Obviamente la imagen ha ganado terreno a la palabra, hay más pantallas que libros…sin embargo…en mi barrio de infancia, hace unos 70 o 60 años no éramos tantos los que leíamos… Y hoy las pantallas permiten leer, y mucho, como el interesante artículo de Perez Reverte. El que desea profundizar sobre un tema lo hará por todos los medios posibles. Si elige eso.

Julia
Julia
6 meses hace

Sr Pérez Reverte, suscribo todo lo perfectamente expresado por usted, sin quitar ni añadir una coma.

Lo que no me ha gustado es » tengo 72 años y me bajo en la próxima».
Qué le parecería estar por aquí veinte años más? Tendría 92, no es descabellado y dan para mucho!

Una persona en su situación privilegiada debe vivir el mayor tiempo posible y denunciar, cuando le parezca oportuno, la estupidez, ignorancia y mala baba. También puede tener una ocasión de practicar la obra de caridad » enseñar al que no sabe» dada la influencia que posee sobre sus lectores, algunos de los cuales creo que les gustaría dirigirse a usted como » D. Arturo, Excelencia, Santísimo Sacramento».

Adoro la inteligencia, aunque sea un don concedido por la Naturaleza, pero he contemplado extasiada mentes brillantes. Me parece justo, necesario e inevitable, en algunas profesiones, ser prepotente con fundamento.
Lo realmente irritante sucede cuando un tonto va de listo por la vida. En un debate con una persona inteligente, este siempre dará opción a una retirada honrosa, con un tonto se puede acabar en prisión.

Espero haberle convencido un poquito para no bajarse en la próxima, y dejar pasar de largo algunas estaciones más.

Jorge
Jorge
6 meses hace

Ya hace tiempo que intento verlo todo como un inglés en Marruecos, con billete de ida preparado.

Mirta Vazquez
Mirta Vazquez
6 meses hace
Responder a  Jorge

Me gusta la idea…pero no podía ser una argentina en ¿París?

Eukarya
Eukarya
6 meses hace

Adónde va junto en esta frase:
«irresponsables analfabetos, a dónde conducen tan turbios».

Paula
Paula
6 meses hace
Responder a  Eukarya

Adónde, a dónde: el adverbio interrogativo o exclamativo dónde indica lugar, y cuando va precedido de la preposición a expresa la idea de dirección o destino. Ambas grafías, adónde y a dónde, son válidas y se pueden usar de forma indistinta:

«¿A dónde vamos?» (Edwards, Anfitrión [Chile 1987]).
«¿Adónde te llevan?» (Mastretta, Vida [México 1990]).
«Ustedes, los jóvenes, creen que no debe haber normas. ¡Muy bien! ¡Estupendo! ¡Extraordinario! ¡A dónde iremos a parar!» (Guzmán, Llanto [España 1982]).
«¡Adónde hubieran llegado otros con mis oportunidades!» (T. Ballester, Filomeno [España 1988]). -https://cvc.cervantes.es/lengua/alhabla/museo_horrores/museo_063.htm

Indioriki
Indioriki
6 meses hace
Responder a  Eukarya

Se pueden usar ambas indistintamente..vaya tela
.

Francisco José González

Libertad de expresión incluye el respeto del silencio.

La reflexión, debate y razonamiento, son conceptos que disminuyen al tiempo que crece el totalitarismo de algunos. Cada vez más.

Ni yo, ni mi hija, nos bajaremos en la próxima estación (espero). La preocupación aumenta si a cada parada, los matices a tener en encuenta, quedan diluidos en la imposición de blanco o negro.

Me encanta leerle. Es luz.

Paula
Paula
6 meses hace

Hay un fenómeno nuevo que es incluso peor. El tratar de descubrir, de adivinar… la supuesta «agenda oculta» tras cualquier comentario anodino. Doy un ejemplo: se debatía el tema de la inmigración, a la Argentina, de gente de los países limítrofes (Bolivia, Paraguay)… y muchos comentaban que siendo gran parte de los argentinos descendientes ellos mismos de inmigrantes (españoles e italianos, en su gran mayoría; polacos, turcos y de otras nacionalidades en menor medida)… era un horror que no abriéramos las fronteras indiscriminadamente a nuevos inmigrantes. – Yo me atrevía a señalar el hecho de que en las grandes olas inmigratorias de españoles e italianos tuvieron lugar en el siglo anterior, durante una época de gran bonanza en Argentina (había trabajo para todos, no hacía falta entonces diplomas ni preparación alguna – en la era pre-informática), y la densidad poblacional era mínima. – Ante esto, no faltó quien me acusara de «nazi» (nada menos», discriminadora, racista, neo-liberal -y si el debate no hubiese tenido lugar en un espacio meramente virtual, tal vez me habrían linchado, físicamente). Todo esto porque suponen que señalar las diferencias coyunturales entre dos épocas, significa oponerse férreamente a cualquier tipo de inmigración, discriminar, denostar y atacar al «otro». – No, claro, no hay lugar para matices de todo tipo: todo es «a favor» o «en contra».

Mirta Vazquez
Mirta Vazquez
6 meses hace
Responder a  Paula

Interesante comentario Paula. La inmigración de europeos ( mayoritariamente españoles e italianos, pero tambien turcos, armenios, polacos, rusos, etc) a la Argentina fue una política de estado claramente manifestada basándose en el preámbulo de nuestra Constitución que indica que el país está abierto » a todas las personas de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino». Entre 1880 a 1920 llegaron los inmigrantes a trabajar y engrandecieron al país con sus esfuerzos. Desciendo de ellos. A los fanáticos conviene no darles bola. Pero a los equivocados podemos responderle ya que en todo tema hay pros y contras. Es inevitable…

Basurillas
Basurillas
6 meses hace

Yo hoy, sobre la cuestión central de los silencios en general, y casi por coherencia, callo. Para lo que había que decir y comentar me remito al señor Ricarrob que lo ha explicado perfectamente.
Si querría añadir mi opinión sobre un silencio particular: el de las encuestas de calidad de los servicios que te prestan y de la atención telefónica de los operadores que te contestan ante cualquier incidencia. Odio las citadas encuestas, muchísimas veces quien te responde te pone en el brete de que los puntues en una encuesta subsiguiente pues, según te dicen, de esa opinión casi depende su continuación en el puesto de trabajo. Y te ponen la pelota en tu tejado de decidir si les despiden o premian o no. Me parece una salvajada capitalista a la que normalmente respondo con el silencio, por mucho que me cueste si la atención prestada ha sido idónea. Pero efectivamente los silencios son sagrados y nada ni nadie tiene el derecho de arrancártelos. O, puestos a meterte en el juego empresarial y capitalista semi esclavista, que me paguen o bonifiquen por mi opinión o doxa, según los griegos…

Marcela
Marcela
6 meses hace

Pareciera que es un mal universal lo q ud tan bien describe, o al menos un mal occidental. Todo hay que rotularlo, todo hay que comunicarlo, como si todos fueramos culpables , victimas y victimarios de todo lo que acontece. Saludos desde Argentina, que sigue los pasos de España.

Antonio
Antonio
6 meses hace

Arturo, tienes razón. Yo voto a Podemos pero admiro a escritores como tú o Vargas Llosa que son denostados por los fanáticos de la izquierda. Una cosa es la literatura y otra la ideología. Cela y Umbral eran de derechas pero escribían como los ángeles.

biry ceballos
biry ceballos
6 meses hace

Mas de acuerdo imposible, por mi edad y porque algo he ido al colegio me ha dado por comentar en las publicaciones que creo conveniente , y si, ciertamente algunas respuestas que no pido me dejan atónita, el insulto la descalificacion sin saber nada de uno estan al dia….ciertamente creo que se va perdiendo no el conocimiento sino la cultura, mucha o poca siempre es criteriosa el acopio de informacion es perniciosa…como ssiempre señor suya es la razon.desde Argentina

Uno cualquiera
Uno cualquiera
6 meses hace

Me gustaría ser su amigo señor Reverte, no porque sea usted famoso, sino porque con este artículo sé que podría estar en desacuerdo con usted, y aún así el café de la tarde acabaría con un hasta luego y una sonrisa.

He perdido demasiados amigos por estar en medio de un puente viendo como estos se arrojan piedras desde ambos lados. Como usted bien dice «Y si elogias y criticas al mismo tiempo lo que estimas positivo y negativo de algo o alguien, se les funden los plomos a todos. «

Blas
6 meses hace

Pues yo me quedo con la frase «Ajenos a la fértil incertidumbre de la inteligencia».

Guancheloco
Guancheloco
6 meses hace

Querido maestro, la vieja estrategia de, por algún sitio reventara y entonces ya tendremos leña para darle. En fin, así demuestran su inteligencia.

Carlos
Carlos
6 meses hace

Hemos cambiado el «Pienso, luego existo» por el «Creo, luego tengo razón».

Paula
Paula
6 meses hace
Responder a  Carlos

O por el «quiero creer… , por lo tanto debe ser así». – Es el pensamiento mágico infantil: si quiero tal cosa con mucha mucha fuerza… entonces tal cosa va a suceder. Ojalá fuera así.

José Prats Sariol
José Prats Sariol
6 meses hace

He sustituido España por Miami o La Habana… La misma pastosa imbecilidad. Gracias al desenfadado y enfadado novelista. Siempre somos pocos los que dudamos, oímos, nos gusta la polémica. ¿ Sentirse dueños de la verdad absoluta, no es un aburrido sofisma de creyentes y fanáticos?

Isabel
6 meses hace

¿ Un inglés neutral en Marruecos ??? Pregunto

Alvaro
Alvaro
6 meses hace

Absolutamente lúcido y brillante. Siga escribiendo y opinando cuando quiera Arturo, porque usted es demasiado necesario en un país dónde los informes PISA, y el pensamiento crítico cada vez es más paupérrimo.

Este país está abocado a la nada. Pero gente como usted inspira y hace ver que queda una generación y gente brillante en este país.

Picho
Picho
6 meses hace

Ya nos retrató usted fenomenalmente en «La sombra del águila». Creo recordar: «Esos bajitos, morenos y cabreados que no aceptan la disciplina»

Eedd
Eedd
6 meses hace

En la actualidad casi nada pasa ya por casualidad… los estímulos, las redes sociales y los medios de desinformación realizan su planificado cometido. En un mundo cada vez más complejo, tecnológico y científico, se inyecta el odio, el desprecio y la infravaloración del conocimiento para que otros puedan hacer buenos negocios y que todos seamos más rentables, más manipulables y más vulnerables a los miedos, pero eso si, como dice Arturo enalteciendo los sentimientos aunque sean manipulados con premeditación y alevosía. Uno de los objetivos es limitar la capacidad de reflexión y razonamiento de la mayor parte de la población. En nuestros días hasta los empoderamientos tiene un fin oculto diferente al explícito y loable. El tecno capitalismo es una realidad a la que nunca antes la humanidad se ha enfrentado y que la mayor parte de las personas desconocen su poder y la capacidad de influencia social y política, ni siquiera los y las empoderadas se cuestionan el por qué o para qué realmente han sido “los elegidos” para hacer una una sociedad más justa, meritocratica, social y sostenible. Y desgraciadamente para estas cosas también hace falta pensar, tener un mínimo de inteligencia práctica y de visión panorámica a medio plazo. Esto ha conseguido muchas cosas, pero en algunas partes del mundo que históricamente la sociedad ya había estado polarizada y enfrentada, ha sido una verdadera bomba de extremismo social de estupidez y de estupidos desgraciados. Eso si, como siempre en la historia se han enriquecido unos pocos. Y el resto, que son la mayor parte de la población civilizada padece insomnio, stress crónico, dificultad para concentrarse y focalizarse o ansiedad vital. Pero bueno no se preocupen los lectores, que ya tenemos mentores, psicólogos, psiquiatras y animadores sociales para hacer un futuro mejor lleno de razón, propósitos y felicidades fugaces. Por que ya saben ustedes que hay que acostumbrarse a vivir en un entorno volátil, incierto y ….

Ricarrob
Ricarrob
6 meses hace
Responder a  Eedd

Mentores, psicólogos, psiquiatras, animadores sociales y sociólogos, especialmente los sociólogos, casi todos, la mayoría, instrumentos del diablo, esbirros del tecno capital, adláteres de lo políticamente correcto, herramientas de la manipulación, creadores de eslóganes y de «relatos», esos que casi todos tragan.

La publicidad comercial ha sido su ámbito natural, donse se ha creado todo esto, donde se ha desarrollado. Pero fue, poco a poco o mucho a mucho, aplicándose al ámbito político y al social para la manipulación de masas. Nunca en la historia una población ha estado tan manipulada, tan manejada. Y es muy preocupante. Ello significa, y las élites económicas y políticas lo saben, que con el ser humano se puede hacer casi lo que se quiera. Recordemos la propaganda belicista en toda Europa antes de la Primera Guerra Mundial. Eran los inicios de todo esto.

Solución, no lo sé. Quizás sea pensar, reflexionar sobre todo, no dejarnos llevar por los eslóganes ni por los relatos. Poner todo en cuestión. Comportarnos racionalmente. Fijarnos en nuestros pasados brillantes de humanismo y de racionalidad como la Ilustración. Si, esa Ilustración que por algo está tan denostada por la izquierda cutre. Abandonar las teorías destructivas de la posverdad, el poshumanismo y la decostrucción que lo impregnan todo. De nuevo, humanismo. Abandonar las modas pseudointelectuales y buscar los valores permanentes.

Los eslóganes. Estúpidos. Arrastran a la gente, sin reflexión. Hay que analizarlos, no tienen sentido.

«No nos representan»: estúpido eslogan que, si te paas a pensar, solo sirve para evacuar del poder a los que están y poner a otros que tampoco representan a nadie. Porque la democracia, en su conjunto o no existe o está viciada. Culo gordo en el silloncete y ya no se representa a nadie.

«No sin mi consentimiento»: estúpido, cretino, todo, absolutamente TODO, se hace sin tu consentimiento. Y por todos.

«Si se puede»: ¿el qué cojones se puede? Nada de lo que realmente importa se puede. Nada. Las chorradas, sí, claro. Estúpido llamamiento a la estéril esperanza de miles de personas de las que cada una pueden desear poder algo diferente a las demás. Los únicos en los que se cumplen esas palabras es en los urdangarines, los bárcenas, los rubiales, los furbolistas y en general los políticos que hacen realidad sus deseos de privilegios.

Y se podrían seguir analizando eslóganes. Demostraría lo estúpidos que somos, todos.

Por eso, gente que piensa, como los que he podido leer en estos comentarios del Zenda o como el propio don Arturo…

¡¡¡Estamos todos hasta los cojones!!!

Rachel Scoffield
Rachel Scoffield
6 meses hace

Qué buenas reflexiones! Hoy tanta gente quiere tener sus diez minutos de fama, y la buscan a través de las redes sociales. Opiniones que van y vienen, y tergiversan las realidades. Creo que Arturo ha plasmado en papel lo que opino!

Uno de mis frases desde siempre es el tema de los grises, vaya si es una compleja gama.
Cuánto tiempo nos lleva pensar en emitir opinión cuando aparecen los grises en nuestra vida. Si bien hay cosas que son blancas o negras, bien definidas y por lo tanto fáciles de etiquetar, cuántos grises se despliegan y cuánto hay que pensar, reflexionar y finalmente emitir opinión .

En cuanto a «para qué voy a pensar», creo que hoy tantas personas van perdiendo la habilidad de pensar, tanta información disponible al toquecito en una pantalla tantas horas diarias, las vuelve aletargadas y el hecho de vivir conectadas tanto tiempo trae sus dalos colaterales! Palabras tan de moda hoy!

Yo prefiero seguir pensando que internet y toda la informática disponible es una herramienta necesaria en nuestras vidas, pero que no domine y nos deje libres.

Como digo, y si estoy conectada todo el día, quién me saca los yuyos de la huerta?
Quién riega las plantas del jardín?
Qué cielos maravillosos dejo de contemplar?
Y desde mi ventanal cuántas mareas y colores del mar dejo de ver ?

Lo último para Arturo, no se baja uno a cierta edad. Lamentablemente a uno la vida lo baja. Y lo necesitamos a Arturo por muchísimo tiempo. Y me gustaría continuar la charla que tuvimos en 1982, «la chica del fin del mundo» Tierra del Fuego, Malvinas.
Rachel.

Mirta Vazquez
Mirta Vazquez
6 meses hace
Responder a  Rachel Scoffield

¿Donde está esa Charla?

Eduardo Berrizbeitia
Eduardo Berrizbeitia
6 meses hace

Atinado como siempre y ahora con la IA todo irá a peor, ya no sabremos si algo es cierto o no, opiniones, declaraciones, videos en fin todo lo que salga por la red puede ser manipulado.

Nicolás Mogollón
Nicolás Mogollón
6 meses hace

No sólo pasa en España. Pasa en Colombia y en el resto del mundo. Porque ese norte de europeo y ese norte americano que antes se veían tan maduros y evolucionados, ahora son igual de «banana republic» como nosotros.

Maribel
Maribel
6 meses hace

Excelente!!!!!

Gonzalo
Gonzalo
6 meses hace

Si, así es, simplemente sin largas o ansiosamente eruditas disquisiciones

Francisco Brun
6 meses hace

Pienso que estamos viviendo una constante exposición pública, incluso sin ser personas públicas, valga la redundancia. Hoy la tecnología puede conocer si en todo el mundo se consumen más zanahorias o menos frutillas que el mes pasado, hasta esos extremos puede llegar este dominio tecnológico por parte de empresas multinacionales.
Evidentemente los negocios inundan toda nuestra vida; hace poco he visto un documental, en el cual mostraba que por tenues cambios de preferencias de compra en las mujeres, se podría saber si las mismas estaban embarazadas…; esto sirve para ofrecer productos a potenciales consumidores con un grado de exactitud asombroso.
¿Servirá esto para algo concreto, de importancia?, en mi opinión no, salvo para ganar más dinero a aquellas empresas que tengan esta información privilegiada.
Este es el nuevo mundo del big data: conjunto de datos sumamente grande y complejo que se genera a partir de diversas fuentes, como dispositivos móviles, sensores, redes sociales, transacciones financieras y muchas más.
Todo lo que hacemos, desde escribir aquí en este momento, pasando por lo que compramos en el supermercado o la solicitud de un turno de nuestra obra social para que nos atiendan un dentista, todo queda registrado para que posteriormente una máquina analice los billones de estos datos en todo el mundo y le permita a quien quieran comprar tales datos a tomar decisiones en sus empresas. Es decir que: aunque pensemos que somos personas viviendo dentro de un anonimato ultrasecreto, muchos conocen que color de ropa interior tenemos.
Por todo esto pienso que este nuevo mundo, más que interesante por su complejidad, es bastante tedioso y aburrido.
En muchos aspectos somos únicos, pero si lo vemos desde otras aristas, somos todos muy parecidos, algo así como esos cardúmenes de peces que se mueven al unísono siguiendo su alimento, guiados por el calor del sol, o el miedo.
En fin, si a esta situación le sumamos la inteligencia artificial, quizás en muy poco tiempo nuestras vidas serán tan previsibles como el sabor de la sal, o el azúcar, y más transparente que el agua.
Cordial saludo

Pepe Cuervo
Pepe Cuervo
6 meses hace

A mí me la trae floja lo que piense u opine cada cual, aunque hay dos o tres temas que me hacen saltar como un resorte y que en esos casos, me va a permitir usted, que sea intransigente y me cague en los ancestros de sus defensores y piense en sogas y pinos bien altos, como puede ser la pederastia y el terrorismo, a los que practican lo segundo ya los tenemos en el congreso.

Ricardo
Ricardo
6 meses hace

Muy cierto, demasiado grave e inquietante. Pero efectivamente así es, pensar no es opción para muchos. Y esto, en mi opinión, es resultado de un diseño para manejar las masas, obtener el poder y aprovecharlo.

Sergio Cossa
6 meses hace

Pucha… palabras que pudiera haber escrito yo en argentino. Hasta los huevos, don Arturo.

Raúl Pablo
Raúl Pablo
6 meses hace

Impecable. Enojo justificado y compartido

Mado Sato
Mado Sato
6 meses hace

Amén.

Mirta Vazquez
Mirta Vazquez
6 meses hace

Estimado Perez Reverte: como indica Jacques Lacan hay «silencios atronadores». Como se desprende de su artículo Ya ofende hasta el silencio la «grieta» ( nombre con la que designa en Argentina al estar de uno u otro lado sobre un tema) es estructural. Es decir que cada vez que hablamos nos posicionamos subjetivamente y cuando callamos también. Se trate de una persona pública o no. Lo que pasa es que cuando se trata de personas conocidas que suelen opinar sobre diversos tema también públicos ( Libros publicados o política por ejemplo) tienen una exigencia mayor. Pero con decir » no sé» o «no tengo opinión formada» o » no me interesa el tema», etc. «zafan» ( otro argentinismo para correrse de un lugar en el cual no se quiere estar). Lo que pasa, me parece, es que son pocos los personajes conocidos que se animan a este tipo de respuesta. Sería bueno probarlo porque, quizás, no se enoje Ud. tanto. Y eso, en general, es algo bueno. Se lo dice una persona de 78 que, como decía mi papá, gallego, muchas veces «no se la cocina el cuerpo».
Cariñosamente
Mirta

arcangel06
arcangel06
5 meses hace

¿Qué estás hasta los cojones? Pues no te queda ´na´ hasta que te salga el número, ´comanchero´.
Como dijo Platón: «Los muertos son los únicos que ven el final de la guerra»

Erik Quiroga
Erik Quiroga
5 meses hace

Sr. Reverte para compartir su hermoso sentimiento de Libertad le hago llegar un canto a la libertad, le invito a volar con alas de esperanza y sueños más allá de las estrellas con “El Vuelo de la Libertad” donde el bosque es el universo y el titilar de estrellas una melodía de libertad y entre más oscura y terrible sea la noche de la tiranía más clara y hermosa será la Luz del Alba del Amanecer de la Libertad

El Vuelo de la Libertad

Un hermoso pájaro vivía en el bosque, sus plumas eran como la noche, su vuelo gracioso y su canto parecía murmullo de bosque.

Cuando volaba durante el día, su cuerpo oscuro desafiaba la claridad del día, al final de la tarde jugaba con la luz y se desvanecía con el crepúsculo luego como un parto de estrellas regresaba con la noche.

Un campesino impresionado por su belleza lo observó y esperó la ocasión propicia para su captura. Una mañana lo sorprendió cuando distraído bebía el rocío de la hierba, lo atrapó y lo llevó a una gran jaula que había construido sobre arbustos para disimular su prisión.

El campesino buscaba las mejores semillas del bosque y se las daba en su mano para inspirar su confianza, el pájaro indiferente no se alimentaba, a pesar de ello crecía y su plumaje se hacía más oscuro.

El pájaro prisionero se alimentaba de su tristeza y su cuerpo y sus alas crecían de la misma forma en que anhelaba su libertad.

Una tarde en que cielo azul se cubrió de gris fue sorprendido por la sombra no pudo ver el crepúsculo desde su jaula, su tristeza se hizo tan grande como la noche, rompió en pedazos la jaula y voló entre luna y estrellas y se perdió entre constelaciones.

Y el pájaro regreso libre en su vuelo, su bosque es el universo y el titilar de estrellas su melodía de libertad.

Desde entonces entre más oscura y terrible sea la noche de la tiranía más clara y hermosa será la Luz del Alba del Amanecer de la Libertad.

Erik Quiroga

Jose
Jose
4 meses hace

Qué razón tiene, don Arturo.

Javier
Javier
3 meses hace

A mi me resulta también incomprensible que uno tenga que posicionarse, hoy en día, sobre temas, situaciones, guerras… A los que muy célebres e inteligentes han dedicado años o una vida de estudio. ¿Tanto ego, soberbia, vanidad, habita en nosotros, en esta sociedad, para creernos capaces de opinar (Y con la verdad absoluta, por supueso) y conocer por haber leído un titular, escuchado un rumor?
Ciertamente me es incomprensible como hay tanta gente incapaz de aceptar su propia incapacidad en cuanto a conocer. Y dicha incapacidad no es un insulto sino algo intrínseco a la vida. Yo, como joven de 21 años comprendo que no puedo saberlo todo y de todo. El pecado no es la falta de conocimiento sino el no procurar subsanar esa falta con los años.