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Un feliz abandono

Ignoro si es posible a estas alturas eludir el embrujo que supone la lectura de las novelas de Maggie O’Farrell. Nos deleitó hace dos años con Hamnet, obra que supuso un salto de pértiga en su trayectoria y que acicaló con tintes de novela histórica una prosa delicada y alejada de ambages. Este marzo la escritora repite experiencia literaria: ahora no recrea la historia de la familia de Shakespeare, en esta ocasión viaja a la Italia del siglo XVI para mostrarnos un fresco vivo y fascinante de Lucrezia de Médici.

El retrato de casada que propone O’Farrell es una imbricada lección de Historia y de Literatura. La novela arranca en la corte del Duque de Médici, Cósimo, en la que su hija menor, Lucrezia, crece y alimenta sueños en torno a la vida salvaje, a la naturaleza. Su pasión se enciende al visitar a los últimos trofeos que su padre atesora: una tigresa en cautividad incendia la imaginación y el deseo de la joven aristócrata en su única visita a la celda. Enseguida O’Farrell ubica a la joven en la encrucijada vital propia de su condición: un matrimonio de conveniencia con Alfonso, futuro Duque de Ferrara.

"Sumirse en la lectura de El retrato de casada es dejarse caer en un feliz abandono"

La estructura del texto entrelaza diferentes momentos de la vida de Lucrezia: unas primeras páginas que —in medias res— adelantan el trágico destino que la joven teme, los meses en torno a su enlace con el Duque de Ferrara y los años previos a su matrimonio, en torno a los once años, cuando la vida se presentaba para ella con una efervescencia carente de pudor.

Sumirse en la lectura de El retrato de casada es dejarse caer en un feliz abandono, pues su prosa, cuajada de imbricados detalles, suma en cada página belleza y calidad. Según avanzamos en episodios de la vida de la noble deseamos adentrarnos más, conocer sus deseos y sueños, así como los problemas que la desvelan y que, inevitablemente, hacemos propios.

"Este texto de O’Farrell tiene esa lectura maquiavélica en el trabajo político del Duque"

La hipnótica narración nos permite bucear en la vida social de la aristocracia europea de la Edad Moderna, conocer de cerca los entresijos políticos que hundieron a grandes familias y alzaron a los altares a las más afortunadas. Este texto de O’Farrell tiene esa lectura maquiavélica en el trabajo político del Duque, ansioso por dejar descendencia y continuar con el legado de los Ferrara.

Otorga un importante espacio la autora en esta novela al mecenazgo artístico imperante en aquel momento, la creación artística estaba al servicio de la nobleza, cada obra de arte —óleos, panteones, esculturas, salones— sellaba para el futuro la magnificencia de reyes y aristócratas. Toda la novela pivota sobre el retrato que Alfonso ha encargado de su esposa, un cuadro que, además de reflejar la belleza y atributos de Lucrezia, ha de conseguir dotar de la dignidad de una duquesa a una adolescente reacia a dejar de soñar.

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Autora: Maggie O’Farrell. Título: El retrato de casada. Traducción: Concha Cardeñoso. Editorial: Libros del Asteroide. Venta: Todostuslibros.

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