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Vrolok / ‘Mr. Mercedes’

Vrolok / ‘Mr. Mercedes’

 

VROLOK

Espero la noche y lentamente caigo en el embrujo de las horas nocturnas. Vrolok emerge de este universo casi desconocido. Surca bancos de niebla, danza alrededor de la luna y su piel de escamas roji-negras matiza mis sueños. Escala las hiedras del inconsciente, puedo sentirlo. El sigilo no es su mejor aliado. Se posa en el ventanal y sus garras enanas arañan los cristales. Roba mis suspiros envolviéndolos con su aliento. Sabe que puede alimentarse con mi sangre y sus colmillos brillan como si fueran de plata. Le ofrezco mis manos, único consuelo para su apetito y muerde mi dedo anular. Su contacto trasmite los secretos encerrados bajo siete llaves en el vientre de la Madre Noche. En mi interior se desata el nudo que los sujeta mientras corren por mis venas. Y Vrolok no deja de batir sus alas de murciélago. Abandono mi cama y los utensilios de escritura -me sorprendió escribiendo-, y monto su lomo de pez deforme. Vrolok remonta el vuelo, la sangre le ha dado mayor vigor. Entonces aparece ante nosotros la Reina Niña Blanca. La oscuridad se dispersa. Robo estrellas y esto divierte a Vrolok. Se alza a mayor altura. Ya no caben en mis manos y las guardo entre mi cabello, que se deshila con el viento. Tras el hurto, Vrolok y yo dejamos una estela platinada a nuestro paso. Podemos dibujar en el firmamento y delineamos un ankh, símbolo de la vida eterna que nos rige. Vrolok ríe y castañetea sus dientes de piraña. Aquellos que aún no han caído en el sopor que dulcifica los sentidos, se persignan. Es víspera de Samhain. Hoy escapan de su reposo las ánimas, viejas conocidas nuestras. Las saludamos desde lo alto y pronto participamos en sus danzas. El aquelarre es desquiciante. Vrolok parece feliz, yo también. Sus escamas cobran mayor brillo, la lengua bífida es más roja, más venenosa. Su larga cola serpentea veloz, vamos más rápido. Ya casi amanece, el paseo ha sido largo. Vrolok circunda la luna. Planea hacer algo. La muerde y la luna ya no está llena. Me da a probar un pedazo. Sabe a oscuridad. Vrolok ríe.

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‘MR. MERCEDES’

Hace ya varios días que terminé de leer ‘Mr. Mercedes’, la novela más reciente del maese King, y me ha gustado hasta el final con todo y su vuelta de tuerca cuando ya hemos creído que todos vivieron felices y comieron perdices, jejeje. Un psicópata muy actual, aunque con muchos aires de viejas glorias como Norman Bates y su amor-odio materno, esa atracción rara por cierto tipo de automóviles (quizás desde ‘Christine’ se nota mucho en casi todos los trabajos de Mr. King que siempre pone especial énfasis en los autos que usan sus personajes), un policía retirado que se ajusta a la tecnología del siglo XXI, un buenazo de color que se mofa de su condición racial pero que tiene un cerebro envidiable y una heroína que surge cuando menos lo imaginamos y no sólo por el momento sino por su condición de ser un poquito retardada.

Mucha presencia de las nuevas tecnologías, donde Mr. King admite ser casi un lerdo y que recibió orientación tanto de su mujer Tabitha como de su hijo Joe Hill y un par de amigos más, jejeje.

En general, un thriller muy bueno con la extensión justa, ni muy largo ni muy corto y una trama que surgió cuando Mr. King escuchó en un noticiario sobre una desquiciada que había atropellado a varias personas que hacían cola esperando entregar una solicitud de trabajo.

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