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5 poemas de Alberto Infante

5 poemas de Alberto Infante

En palabras de José María Muñoz Quirós, Paisaje interior: La poesía reunida de Alberto Infante, supone un ejercicio de reflexión y de lenguaje poéticos, una manera de mirar, de reescribir la vida y sus grandes enigmas, un ejercicio lúcido de poeticidad, de indagación y de expresión, de búsqueda y de belleza. Alberto Infante nos ayuda con su poesía a construir nuestro propio paisaje y a habitarlo de música, de luz, de belleza y de senderos interiores que nos conducen a nuestro centro, al ser que se llena de palabras que crecen, a la interior bodega (como propone san Juan de la Cruz) donde maduran los frutos más necesarios y más intensos.

Zenda publica 5 poemas de Alberto Infante.

No recuerdo

No recuerdo bien qué hice o dije,

o, más bien, qué dejé de hacer o de decir.

Recuerdo, sí, tu llamada nocturna.

Y siendo como eres orgullosa,

el cálido, cercano tono que empleaste.

 

Y, también, que me dormí pensando

qué más habrías dicho, o hecho,

o, al menos, intentado, si aquella no hubiera

sido tu postrera noche en la ciudad,

si yo no hubiera colgado tan aprisa.

(De La sal de la vida, 2004)

 

Madrugada en blanco

A las 4:56 de la mañana la belleza

lo destruye todo y no hay cómo

echarse atrás, encender la luz, poner un disco,

evitar que una vez más al amanecer

se lo coman no los gallos sino

los afilados tacones de las transeúntes

o las ruedas de los tranvías.

 

A las 4:56 de la mañana relámpago sin rosa,

no clamor

sino presencia ausente.

 

A las 4:56 de la mañana,

exactamente a las 4:56 de la mañana,

si hubiera vida,

lo amado

valdría más que lo escrito.

 

(De “Diario de Ruta”, 2006)

 

No hay Godot en Beckett

Que seas irlandés, flacucho y desgarbado,

y salgas de un cine junto al Sena,

y sea el invierno del 38,

y te apuñale un vagabundo,

 

que sobrevivas,

y vayas luego hasta la cárcel

y preguntes “¿por qué lo hiciste?”

y él, tranquilo, responda “y yo qué sé”,

 

algo tendrá que ver me digo

con que en el 52 Estragón y Vladimir,

en medio de la nada

hablen, peroren, disparaten,

se crean necesarios

esperen a quien no vendrá,

pues Godot nunca vendrá.

 

¿Cómo va a venir si sabe bien lo que le espera?

 

(De “lLos poemas de Massachusetts, 2010)

 

Los bufones de Pría

 I do not know much about gods

T.S. Elliot

 

Contemplando estos acantilados pienso en The Dry Salvages. Pienso en ellas sin razón alguna porque nunca las vi y ver, lo que se dice ver, yo sólo he visto estos.

Son hermosos, fuertes como el mar que choca, y se alza, y entre las rocas excava su privado dominio. Pero pienso en Les Dry Salvages y me digo: “Alguna vez iré”. No sé por qué, pero lo digo.

Quizá sea el ritmo del viento, el olor a vacas y a heno, el sonido del verso que una vez usé. Todo eso estaba allí, y estaba antes, lo mismo que yo estoy ahora aquí y es mi primera vez. Solo que ahora me esfuerzo por ver las cosas como son: las altas rocas calizas, el lodazal del camino, tu bello rostro, la excitación del momento.

No es fácil ver las cosas como son. Las cosas cambian, nosotros cambiamos. Hasta los acantilados cambian; a otro ritmo, pero cambian.

Todo esto fue así desde el comienzo.

No sé mucho sobre dioses o ríos. Tampoco sobre acantilados. Pero esto sí lo sé: iré. Porque he estado yendo y viniendo. Como los acantilados. Como el mar. Como las nubes. Como las vacas.

Desde un principio. Yendo y viniendo.

Alguien debería saberlo. Yo, francamente, no.

(De “Carta de ajuste, 2013”)

 

Billy Collins cita a Juan Ramón Jiménez

Desde la biblioteca y el mediano plazo al jardín japonés

podríamos seguirle el rastro

ignorando su distribución.

 

“Lo peor de la muerte debe de ser la primera noche”

escribió Juan Ramón Jiménez

y Billy Collins arrancó de ahí.

Se lo escuché en YouTube:

“Esa noche debe de ser la única noche”, exclamó.

Y se me quedó grabado.

También el final, algo bastante corriente

sobre el espino y la rosa pero que dicho

por él parecía nuevo gracias a su sentido

del humor y a su manejo del swing.

 

Oyéndole me repetí que la poesía es un juego muy serio

para explicar lo inexplicable con imágenes hermosas

y eludir el hecho de que todo paraíso es artificial

y todo sueño poco más que una desordenada

sucesión de fragmentos

que no logramos reconstruir.

 

Billy Collins nació en Manhattan y se crio en Queens

un lugar a cuyo río Juan Ramón le regaló su mar,

el mar de Moguer, que era más blanco

y más azul y estaba muy lejos.

 

Eso no se lo escuché a Billy Collins

aunque supuse que lo conocía,

cómo no conocer ese fragmento

que tiene de sueño lo que sólo los sueños

pueden tener: espacio, tiempo, río, discurrir por una orilla

y aparecer en otra,

orillas de Moguer a lo largo del Hudson,

mareas y olas de Moguer

arenas dulces y soles anunciando el ocaso,

es decir, la primera y única noche

porque las demás no cuentan,

aseguran, insisten, confirman,

pero no cuentan,

lo que cuenta es esto

que una tarde, otro poeta,

en otro lugar,

en otra lengua.

 

Yo había leído antes a Billy Collins

y, lo confieso, no me había parecido gran cosa

pero ese día sí

pues eso tiene también la poesía

que nos devuelve la voz de los muertos

en las palabras de los vivos

en el tono, el ritmo, el sonido de las palabras de los vivos;

los significados están bien, y la respiración,

y el slang, y el sentido del humor,

pero es lo otro, lo otro,

lo indefinible y otro.

 

Quién haya vivido lejos

y distante y solo

me comprenderá.

 

(De “principio y final”, 2019)

 

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Autor: Alberto Infante. Título: Paisaje interior (Poesía reunida). Editorial: Vitruvio. Venta: Amazon

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Alberto Infante Campos (Madrid, 1949), médico de profesión, hizo crítica de poesía en la revista La Luna de Madrid en la década de los ochenta.

Hasta ahora ha publicado: Dicen que recordar (relatos, Ex Libris, Madrid, 2003), La sal de la vida (poesía, Vitruvio, Madrid, 2004), Diario de ruta (poesía, Vitruvio, Madrid, 2006), Circunstancias personales (relatos, Ex Libris, Madrid, 2008), Los poemas de Massachusetts (poesía, Vitruvio, Madrid 2010), Línea 53 (relatos, Hiria, San Sebastián, 2011), Bajo el agua (novela, Endymion, Madrid, 2011), Carta de ajuste (poesía, Vitruvio, 2013 y 2016) y Constantes vitales (novela, Dejaque, Madrid 2016). También ha coordinado y prologado 12+1, una antología de poetas madrileñ@s actuales (Endymion, Madrid, 2012) así como Voces del Nervión: Una antología de poetas bilbaínos actuales (Vitruvio, 2018). Recientemente acaba de aparecer Paisaje interior (poesía reunida 2004-2019) (Vitruvio, Madrid, 2019).

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