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5 poemas de Esther M. García

Esther M. García es una poeta nacida en Ciudad Juárez, Chihuahua, en 1987 y radicada en Saltillo, Coahuila. Licenciada en Letras Españolas por la Universidad Autónoma de Coahuila, es autora de los libros de poesía La Doncella Negra (La Regia Cartonera, 2010), Sicarii (El Quirófano Ediciones, 2013), (IMCS, 2014); La Demoiselle Noire (Babel Cartonera, 2013), (Kodama Cartonera, 2015), Bitácora de mujeres extrañas (FETA, 2014) (Nueva York Poetry Press, 2020), Mamá es un animal negro que va de largo por las alcobas blancas (UAEMEX, 2017), La destrucción del padre (El periódico de las señoras, 2019) y Arco de histeria, el libro negro (CONARTE 2020); del libro de cuentos Las tijeras de Átropos (UA de C, 2011) y la novela juvenil Confesiones de una booktuber (Norma, 2018). Ha recibido premios como el Premio Nacional de Cuento “Criaturas de la noche” (2008), el Premio Nacional de Poesía Joven “Francisco Cervantes Vidal” (2014), el Premio Internacional de Poesía “Gilberto Owen Estrada” (2017), el Premio Nacional de Literatura para Jóvenes FENAL-NORMA (2018) o el Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín (2020). Sus textos han sido traducidos al inglés, francés, portugués e italiano. Fue becaria del PECDA Coahuila y actualmente del FONCA JC 2020- 2021. Es creadora y coordinadora del Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas.

***

Museo viviente de patologías

I

La familia es lo único que mata.
Su belleza no reside
en los elementos que la conforman,
sino en la armoniosa proporción
con la que un miembro de ella
destruye a otro miembro de la misma.

La familia es vaho marino
que exuda el bronco sueño
de un jardín negro donde florecen
las más diversas patologías.

Toda familia es una enfermedad
y el deber de todo miembro enfermo
es sobrevivirle.

***

Alteración cerval de la conciencia

Su lenguaje es el delirio,
castiga con los súlfures mares de su lengua.
Belleza que rompe por atravesamiento
del lenguaje.

Dice la enfermera
-define el trauma-
y enumera la simetría de la catástrofe:
un padre que acaricia
por las noches a su hija.

Una mano es una mano
pero también los dedos,
la presión, el dolor, la herida.

Dolor amputado,
miembro fantasma que habita
el convulsionado cerebro.

Recuerdo sepultado.
Un muerto apesta el cadáver
de la ahora viva.

Trauma es la seducción,
la mano que lanza el golpe,
el golpe y el impacto
que no dejó cicatriz,
o herida física.

Por dentro, la memoria ejecuta
el rito sombrío;
la rememoración oculta, siniestra.

***

Asociación libre, una lección clínica

L’Amoureuse Initiation

Manos,
cabezas cortadas
del inmenso árbol de la noche,
caen por los rincones de la casa.

Digo casa para decir manicomio,
para decir locura, diciendo histérica,
diciendo: No, papá, para por favor,
¿qué estás haciendo?

Digo el grito, el desgarro.
Contemplo el lúcido dolor
con que alumbra la casa
esta herida.

***

Plaga:

  1. Sustantivo femenino. Colonia de organismos animales o vegetales que ataca y destruye.
  2. Daño o desgracia que afecta a gran parte de una población y que causa un perjuicio grave.

Por ejemplo:

Nubes histéricas. Enjambres de mujeres contorsionandose voluptuosamente. Adoratrices del éxtasis divino de Santa Teresa de la Cruz, Santa Teresa de Ávila, Santa Teresa enjambre oscuro sobre la gran verga de Dios. Anímulas. Organismos fosforitos ennegreciendo la majestuosa vista de los paisajes de la campiña francesa.

Por ejemplo:

5,500 pacientes arqueándose en la Salpêtrière. Llorando una música oscura entre las calles puercas de París y Toulouse, Burdeos, Lyon, Montpellier, Nantes, Rennes, Nimes, Reims, Amiens, Cannes y Orleans. Colonia de organismos femeninos para grandes experimentos. Avance de la ciencia. Avance del hombre. Avance de la humanidad.

Por ejemplo:

Historia e Histeria. La relación entre trauma, la negación de la historia y el surgimiento de distintas versiones para un solo acontecimiento. ¿Quién escribe todo esto? ¿Quién es la víctima?

Por ejemplo:

Cuestionamiento del poder, la regulación del cuerpo femenino. Inversión de signos para construir nuevos significantes. La fragmentación del relato y la idea de que tú puedes manipularlo, invertirlo y negarlo, es un mecanismo histérico de defensa.

***

Lección clínica en la Salpêtrière

(Sesiones de los martes)

6:00 Am

No querer el blanco aséptico
No amar el olor limpio
del piso y la ropa de cama
recién lavados
No querer la voz
que pregunta sin emoción
¿cómo se encuentra hoy?
No querer responder
Ahogarse en la saliva
del rizomático vocablo
Ahogarse en la espuma zafírea
del cerebro coagulado

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