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6 poemas de Valentina Colonna

Valentina Colonna es una poeta, pianista y compositora nacida en Turín, Italia, en 1990 en el seno de una familia de músicos. Ha publicado los libros de poesía Dimenticato suono (Manni, 2010), La cadenza sospesa (Aragno, 2015) y Stanze di città e altri viaggi (Aragno, 2019). Su segundo libro fue publicado en Argentina en 2020 (La cadencia suspendida, traducción de Mario Chávez Carmona, Buenos Aires Poetry). Desde 2016 es huésped de la plataforma europea Versopolis, siendo incluida en la antología Europe in Poems: The Versopolis Anthology (editada por Patrick McGuinness, Arc Publications / Beletrina, 2020). Sus textos han sido traducidos en más de diez países y la han llevado por diversos escenarios de Festivales europeos. Se ha especializado en repertorio barroco en Barcelona (UAB-ESMUC). Actualmente se dedica a su proyecto PianoPoetry, con sus composiciones poéticas y para piano. Después de graduarse en Scienze linguistiche, completó en 2021 su doctorado en Digital Humanities (Lingüística) en las Universidades de Génova y Turín, elaborando un análisis de la historia de la lectura de poesía italiana desde la década de 1960 hasta la actualidad e ideando el archivo online Voices of Italian Poets. Ha colaborado además en la redacción y dirección de programas musicales de Radio Vaticana. Presentamos una selección de sus textos y tres poemas inéditos. Las tres primeras traducciones corresponden a Mario Chávez y las tres últimas a Leandro Gago.

***

Me estoy yendo. No queda nadie más que yo
en la misma entrada nueva.

Posé mi valija
frente a una puerta, ayer,
primer piso,
a la hora del sol sobre las mesas,
cuando la Mole [1] ríe.

La genista pierde por la calle
y las rosas emanan
el último aire en ropa oscura.

En el saludo mi sonrisa se abre
y muere. Está en el pelo
que pasa el féretro de los recuerdos.

Hoy suspendido el tiempo se detiene.
Mañana partiré.

De ti no me queda más que todo.

*

Sto partendo. Non resto che io
alla solita entrata nuova.

Ho posato la mia valigia
davanti a una porta, ieri,
primo piano,
all’ora del sole sui tavoli,
quando la Mole ride.

La ginestra perde per strada
e le rose emanano
l’ultima aria in abito scuro.

Al saluto di mani il mio sorriso apre
e muore. È nei capelli
che passa il feretro dei ricordi.

Oggi sospeso il tempo ferma.
Domani partirò.

Di te non mi resta che tutto.

—————

[1] Monumento principal de la ciudad de Turín.

***

Mientras camino en la terraza la banda
suena y te digo “¿la escuchas?”
Me persigue de una parte a otra
del perímetro del confín de mi risa
para que no escuchen los vecinos
esta alegría de mis años
dejados al viento.
Así suena en la casa de frente
luego detrás en la plaza, adelante
al segundo piso del muro blanco.

La caja de resonancia tiene su casa en el pozo
en la plaza donde la gente pasa,
se sienta, repasa los aires
que hace veinte años escucho
en el verano cuando mi abuela
todavía a las nueve me despierta
y repite “¡Valentina, la banda!”

*

Mentre cammino in terrazza la banda
suona e ti dico “La senti?”
Mi insegue da una parte all’altra
del perimetro di confine al mio riso
perché non sentano i vicini
quest’allegria dei miei anni
spaiati al vento.
Così suona nella casa di fronte
poi dietro in piazza, davanti
al secondo piano del muro bianco.

La cassa armonica ha la sua casa sul pozzo
in piazza dove la gente passa,
si siede, ripassa le arie
che da vent’anni riascolto
d’estate quando mia nonna
ancora alle nove mi sveglia
e ripete “Valentina, la banda!”

***

El camino de las flores va
silencioso por los campos calcinados
donde estás entre los olivos y el sol
inencontrable cuando te sigo.

Sonríes con la boca más bella
y el despertar sobre este destino
es la falta más aguda que vuelve.

Ahora te imagino y las palabras se diluyen
en la tierra no tuya, nunca mía
y que aun así somos cada día más.

El camino de las flores dispersa
este borde de calle fuera de estación
y repite a los confines los humores
fluidos de nuestros silencios.

Te veo – dicen. Estás. Siempre.
Entre el olivo y el mirto de mi casa.

*

Il cammino dei fiori se ne va
silenzioso per le campagne arse
dove sei tra gli ulivi e il sole
introvabile quando ti seguo.

Sorridi con la bocca più bella
e il risveglio su questo destino
è la mancanza più acuta che torna.

Ora ti immagino e le parole dileguano
nella terra non tua, mai mia
che eppure siamo ogni giorno di più.

Il cammino dei fiori cosparge
questo bordo strada fuori stagione
e ripete ai confini gli umori
fluidi dei nostri silenzi.

Ti vedo – dicono. Ci sei. Sempre.
Tra l’ulivo e il mirto di casa mia.

***

La felicidad camina por la calle
con una bici desconchada y un vestido
azul que se eleva pasando
frente al bar, a los señores con velocidad
en la frenada a la vuelta de la plaza.

Ella se va corriendo con el sobresalto
de las miradas que se levantan. Va con el aire
entre las costillas. El manubrio sin cesar
va solo en círculos por el pueblo. Se alimenta de los muros
blancos, de la luz en los techos a cielo abierto
con los olores que esparcen el almuerzo.

Señor mío, Señor, cada respiro aún
me es solo vida toda que sobra.

*

La felicità cammina per strada
con una bici scrostata e un vestito
azzurro. Si solleva passando
davanti al bar, ai signori in velocità
nella frenata alla svolta della piazza.

Lei se ne va correndo col sobbalzo
degli sguardi che si alzano. Va con l’aria
tra le coste. Il manubrio senza sosta
da solo in tondo nel paese. Si ciba dei muri
bianchi, della luce nei soffitti a cielo aperto
con gli odori, che diffondono di pranzo.

Signore mio, Signore, ogni respiro ancora
mi è solo tutta vita in avanzo.

***

Cuántos años he dedicado a dejar
las vidas que cotidianamente maduraba.
Cuánto tiempo gastado en volverme otra,
en buscar la reunificación.
Tuve que cruzar fronteras sin fin
para encontrar las palabras, estirar los brazos para perder
lo que amé, apretar aún más fuerte el mundo,
todo el mar que en mi interior resonaba.

*

Quanti anni ho impiegato per abbandonare
le vite che quotidianamente crescevo.
Quanto tempo speso a diventare altro,
a cercare un ricongiungimento.
Ho dovuto attraversare interminabili confini
per trovare le parole, allargare le braccia a perdere
ciò che amavo, stringere più forte il mondo,
tutto il mare che dentro mi risuonava.

***

Costeamos fluidas las campiñas, las explosiones
de flores amarillas infinitas entre los olivos. Luego el mar,
el pinar de luces ―hundirse en todo. No tengo
pertenencia. El alegre sufrimiento de habitar en todas partes.

*

Costeggiamo fluide le campagne, le esplosioni
di fiori gialli infiniti tra gli ulivi. Poi il mare,
la pineta di luce – affondare in tutto. Non ho
appartenenza. L’allegra sofferenza di abitare ovunque.

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