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Las malvadas eran ellas

Las malvadas eran ellas

En Damas asesinas, de Tori Telfer, las mujeres malvadas escapan de las páginas de la ficción para mostrarse ante el lector como una realidad que a veces pudiera ser repulsiva.

Esta obra reniega de aquella frase de Roy Hazelwood (FBI), “no existen las asesinas en serie”, para traernos un muestrario de mujeres malvadas que, en su día, no trascendieron en la historia. Mujeres que superaron el número de víctimas del célebre Jack el Destripador pero que no protagonizaron ensayos sobre criminalidad, o cuyos fatales casos fueron suavizados por la opinión pública.

"La mayor parte de las asesinas de este título encontraron en el envenenamiento su mejor arma. El arsénico fue durante mucho tiempo el mejor amigo de la asesina ama de casa"

En esta obra se citan mujeres letales, asesinas implacables, psicópatas despiadadas que en muchas ocasiones han sido olvidadas. No es el caso de la primera de ellas, la célebre Condesa Sangrienta (Erzsébet Báthory) cuya imagen ha sido con el tiempo cosificada y sexualizada, algo que contribuyó a que fuera recordada por varias generaciones (sus crímenes no tuvieron, sin embargo, ninguna motivación de tipo sexual). Lizzie Halliday, otra de las protagonistas de esta obra, fue la primera mujer condenada a la silla eléctrica, aunque luego se librase de la muerte tras un arduo examen psiquiátrico.

Darya Nikolayevna Saltykova fue otra asesina en serie que siguió la línea de Báthory: también era aristócrata, y por esta condición social se concedió el beneficio de la duda a sus supuestos crímenes. La obra se detiene en otras asesinas de diferente escalón social: mujeres de familia, mujeres centradas en formar un hogar, tiernas abuelas a las que, sin embargo, no les tembló el pulso a la hora de cometer sus salvajes crímenes…

La mayor parte de las asesinas de este título encontraron en el envenenamiento su mejor arma. Esta obra no hace sino confirmar que el arsénico fue durante mucho tiempo el mejor amigo de la asesina ama de casa. La lectura de Damas asesinas nos transporta en varias ocasiones a la trama de Arsénico por compasión, de Frank Capra. Otras asesinas, sin embargo, fueron hábiles manipuladoras del cuchillo o feroces estranguladoras. Casi todas las mujeres que protagonizan esta obra sedujeron, engañaron y robaron a sus víctimas.

"A pesar de la crudeza de algunos de los casos, el libro se lee con un cierto gusto, pues la maldad siempre nos ha resultado atractiva"

De entre los catorce casos que componen la obra de Telfer, resalta por su extensión y calado en la sociedad el del pueblo de Nagyrev, donde la mayor parte de las mujeres de la localidad envenenaron a los hombres de su entorno. Asesinaron, se estima, a un total de 300 personas, y pasaron a la historia como las “creadoras de ángeles” (un documental con este título difundió su historia, en lo que se convierte en una muestra evidente de cómo las narraciones creadas sobre los hechos y el paso del tiempo han suavizado y mitificado las acciones criminales de muchas de estas asesinas).

A pesar de la crudeza de algunos de los casos, el libro se lee con un cierto gusto, pues la maldad siempre nos ha resultado atractiva. Resulta complicado entender qué pasó por la mente de estas asesinas (se demostró que sus fingidas demencias fueron en su mayoría una pantomima para eludir la pena de muerte); pero este título resulta un mosaico macabro de personajes que llamaron la atención mediática de su época; pero cuyas historias, con el paso del tiempo, fueron manipuladas, trastocadas por el amor por lo macabro, suavizadas por la opinión pública o transformadas en aras de creaciones literarias. Sirva este libro para hacer justicia al hecho criminal objetivo que protagonizaron estas mujeres malvadas. Fueron mujeres movidas por avaricia, por envidia, por deseo de venganza tras malos tratos o acoso; mujeres que no tuvieron reparo en asesinar a sus maridos, pero también a niños o adolescentes, a enfermos impedidos o a personas mayores.

Mujeres de toda época y condición a las que no les tembló el pulso a la hora de asesinar, mujeres cuyas historias reales reivindica ahora la literatura. No hay que olvidar que, muchas veces (y este libro presenta un breve y excelente catálogo), las malvadas eran ellas.

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Autora: Tori Telfer. Título: Damas asesinas. Traducción: Alicia Frieyro Gutiérrez. Editorial: Impedimenta. Venta: Amazon, Fnac y Casa del Libro

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