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Mis libros favoritos de 2025

Mis libros favoritos de 2025

Claro que hay amigos y también muy queridos. Me gustaría tener el criterio (sensato, ponderado y racional) de Ramón González Férriz en su lista anual de El Confidencial de no incluir ni a amigos ni a conocidos “para evitar parecer parcial”. Pero si mis libros favoritos del año coinciden con los que han escrito personas cercanas, no quiero dejar de exponer, con pasión de lector, cuáles son esas obras que recordaré de 2025. Algunas de ellas (más ensayos que novelas) ya forman parte de mi vida.

No soy crítico literario: solo soy un periodista que lee, un zendiano que intenta guiarse por el instinto, de curiosear por librerías, de comprar libros que leeré dentro de años, o quizá nunca, pero que abrigan en la biblioteca.

En la mayoría de la lista de libros del año que se publican se trata de una enumeración de obras o fotografías de las cubiertas o lomos. También abundan los que reseñan o explican lo que supone esa lectura. Algunos años he tratado de sintetizar en una línea de qué va el libro y por qué para mí es importante. No descarto volver a esta opción, pero ahora prefiero elegir una frase o un párrafo que explique la belleza o crudeza de la obra. Me centro en el estilo y el tono, intentando atrapar la esencia de lo que se quiere contar. Incluyo también la página donde aparece, para que el lector, si es de su gusto, vaya directamente al texto seleccionado.

Estos son mis libros favoritos de 2025:

FICCIÓN:

  1. Venecos, de Rodrigo Blanco Calderón

“El pasillo de aulas era ese lugar donde las edades y el tiempo chocaban a cada instante, mezclándose y renaciendo en brotes que heredaban un dejo amargo y dulzón” (página 77).

  1. Aquellas noches eternas, de Silvia Grijalba 

“La tribu de excéntricos de Torremolinos se había quedado huérfana, sin local para rematar aquellas noches eternas. Pero sería por poco tiempo” (página 116).

  1. Bárbara Gunz, de Rafael Maldonado 

“Soy penumbra y voluntad, poco más” (página 43). 

  1. Martinete del rey sombra, de Raúl Quinto

“Y sonaba la música que nadie oía. Y el final del dolor fue todo suyo” (página 167).

  1. Pisábamos los charcos, de Román Piña Valls

“Oí decir a un escritor una vez que hay que tener cuidado con el pasado porque se puede caer en la nostalgia. ¡Qué estupidez! ¿Para qué volver al pasado si no es para gozar la nostalgia de este viaje? Como si una mirada hacia el futuro no fuera otra forma de nostalgia” (página 271).

  1. Los últimos pieles rojas, de Juan José Téllez

“Mi vela mayor lleva escrito el rostro de tu alma.

Me llaman con el nombre que tuvo la aventura

Y sólo el mar se oye al final de los días” (página 86).

  1. El mejor libro del mundo, de Manuel Vilas

“Debería haberme dado cuenta de esto a los treinta o treinta y cinco años, pero entonces no me enteraba de nada y me pasaba los días intentando entender el Finnegans Wake de James Joyce” (página 538).

NO FICCIÓN:

  1. Aprende a escribir, de Álvaro Colomer

“Héctor Abad Faciolince tiene un secreto que no ha revelado ni siquiera en sus diarios: la Ritalina. Se la recetó un psiquiatra para aumentar su capacidad de concentración y, desde que la toma, escribe como poseído por el Diablo” (página 100).

  1. Aprendiendo a vivir, de Clarice Lispector 

“Pasábamos junto a hermosos caballos que esperaban de pie el amanecer. No conozco la infancia de los otros. Pero ese viaje diario hacía de mí una niña llena de alegría. Y me sirvió como una promesa de felicidad para el futuro. Mi capacidad para ser feliz se revelaba. Yo me aferraba, dentro de una infancia muy infeliz, a esa isla encantada que era el viaje diario” (página 20). 

  1. El verano de Cervantes, de Antonio Muñoz Molina

“Pero fue en Úbeda, en el cuarto grande, a lo largo del candente julio de mis vacaciones, cuando viví plenamente por primera vez toda la intensidad de una escritura desatada. Todos los preparativos, los bocetos, los esquemas temporales habían desaparecido en el simple acto soberano de escribir. La novela surgía mientras yo la inventaba” (página 231).

  1. En esta red sonora, de Vicente Luis Mora

“En los momentos en que más deseas estar solo, ahí aparece ese tipo, sin pedir permiso, en el espejo” (página 87). 

  1. Retratos de jazz, de Haruki Murakami y Makoto Wada

“Nada, sin embargo, me haría tan feliz como hacerle sentir también al lector parte del placer que yo experimento cuando el tocadiscos se pone en marcha, la aguja de este cae sobre uno de mis viejos elepés de jazz y, cómodamente arrellanado en mi poltrona, escucho la música que se disemina en el aire, al calor de mi madriguera” (página 13).

  1. Correspondencia, de Rafael Pérez Estrada y Carlos Edmundo de Ory

“Estoy inventando un producto para colorear la luz de las estrellas” (página 41).

  1. El español que enamoró al mundo: Una vida de Julio Iglesias, de Ignacio Peyró

“Cada pareja infeliz lo es a su manera, y hay algunos que siempre tienen suerte” (página 129).

  1. El Reino y el Poder, de Gay Talese

“La mayoría de los periodistas son incansables rastreadores de la lacras del mundo, de las imperfecciones de los países y de las gentes” (página 7).

  1. Cuanta más gente se muere, más ganas de vivir tengo, de Maruja Torres

“No soy fructífera más que en el día a día; podría escribir crónicas sin parar, pero un libro es otra cosa y esto sí que da miedo. Miedo da empezarlo, miedo da continuarlo, miedo da finalizarlo y más miedo aún da olvidarlo.

En el patio de mis evocaciones nunca recuerdo libros. Mis reportajes, sí. Algo querrá decir, ¿no?” (página 228).

*****

Hay libros que no he incluido y que han estado a punto de entrar en esta lista, tan subjetiva, tan imperfecta, tan personal. En algunos casos me entusiasmó el arranque y su estilo, pero no he llegado al final. Quizá formen parte de la lista de 2026, un año a punto de estrenarse con nuevos mundos por descubrir. Leer es una aventura.

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