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Pussypedia, de Zoe Mendelson

Pussypedia, de Zoe Mendelson

A Zoe Mendelson no le gusta que se use la palabra vagina para hablar del órgano sexual femenino. Porque vagina proviene del latín vaina, es decir, “funda para guardar la espada”. Y la autora está en desacuerdo con la idea de que “las vaginas existan como objetos que tengan que estar al servicio de los penes”. De ahí que proponga el uso de pussy, término que ‘se sonríe al decirlo’, y que haya escrito toda una guía para romper tópicos y actualizar conceptos.

En Zenda reproducimos el prólogo que Heather Corinna ha escrito a la Pussypedia escrita por Zoe Mendelson e ilustrada por María Conejo.

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Tengo un recuerdo muy nítido de la que creo que fue la primera vez que alguien me habló con claridad de mi vulva y de mi vagina.

A menudo, mi madre, soltera, tenía en el trabajo turno doble o turno de noche. En algunas ocasiones, la profesora de primero de primaria de mi hermana, la señora Smith, pasaba la noche con nosotras cuando nos tocaba una noche entera.

En una de esas noches, mientras nos poníamos los enormes camisones que a mi madre le gustaba que usáramos (¿acaso quería que nos estranguláramos durmiendo?), la señora Smith se dio cuenta de que nos dejábamos puestas las bragas.

«Deberíais quitároslas para dormir», dijo. Mi madre tuvo una educación supercatólica; la modestia estaba a la orden del día, con lo cual, yo era cautelosa, pero, por otro lado, siempre tenía interés por la posibilidad de romper las reglas.

«Tenéis que dejarlo respirar por la noche —añadió—. Necesita airearse un poco». Increíble.

"A lo largo del tiempo, aprendí muchas más cosas sobre mi coño y sus alrededores gracias a otras personas y otros lugares"

A lo largo del tiempo, aprendí muchas más cosas sobre mi coño y sus alrededores gracias a otras personas y otros lugares, pero lo que fue más impactante, lo que más recuerdo —y estoy llegando a un punto de mi vida en el cual el impacto de algo se mide, llanamente, por mi capacidad de recordarlo— fue, por lo general, lo más real. Lo más humano y directo. Lo más divertido, embarazoso y sin vergüenza. A veces, incluso grosero, aunque siempre inteligente y nunca mezquino. En ocasiones, delicioso. Otras veces, maloliente. O reverente, pero sin beatería.

Lo mismo con el primer ejemplar de Our Bodies, Ourselves de la estantería de mi madre y, más tarde, de la mía. Y con lo que aprendería de mis amigues y con quienes fueron más que amigues (lo que entre personas de ambos sexos llamamos «investigar sobre el terreno»); también con la única ginecóloga de verdad excelente que encontré como paciente en la sanidad pública; con la calle; con la librería feminista; con publicaciones de contenido sexual… Francamente, se podría impartir una clase completa (y bien detallada) de anatomía sexual tan solo con un limerick.

No se trata de descartar o rechazar otras vías o métodos para aprender todo esto. Sin duda, he aprendido (y, a veces, también enseñado) lo mío en una inmersión profunda (no es un eufemismo) más propia de cerebritos y curiosos a través de presentaciones más científicas o clínicas, y me he introducido de pleno en el tipo de investigación apasionante que llevó a Zoe Mendelson y a María Conejo a iniciar el proyecto que daría como resultado este libro en primer lugar que informa acerca de todo esto tan bien y a fondo. También he aprendido algunas cosas muy buenas de otras procedencias más esotéricas.

Aunque, a fin de cuentas, cuando la investigación ya está terminada y llega el momento de empezar a descubrir, creo que no se puede decir cuánto vale una charla sin tapujos sobre pussies.

La señora Smith, bendita sea, lo sabía, y también sabía en 1979 cómo hacer eso. Y la Pussypedia (en particular, sus creadoras) es especialmente magnífica para todo ello en 2021.

"Es divertido, nunca mezquino, aunque en ocasiones resulte grosero, y, sí, maloliente. No en sentido literal, pero aquí apesta a autenticidad"

¡Virgen santa, el arte de la Pussypedia!: estáis de enhorabuena. El arte glorioso de María Conejo hace que lo veneremos y eso me encanta; por eso quiero que esté presente en este proyecto sobre ese verdadero templo que es nuestro cuerpo. Pero el arte de María no es nunca rebuscado ni parece espeluznantemente ginecológico, un equilibrio muy complicado de lograr como demuestran un millón de obras de arte cliché de verdad feministas y con buenas intenciones (algunas de las mías incluidas). ¿Delicioso? Sí.

Es divertido, nunca mezquino, aunque en ocasiones resulte grosero, y, sí, maloliente. No en sentido literal, pero aquí apesta a autenticidad. Creo que la autenticidad casi siempre se las apaña para que todo tenga un hedor genuino.

Es siempre inteligente. Estás a punto de aprender más de lo que te imaginabas cuando cogiste este libro. Estoy feliz por ti hasta tal punto que, a decir verdad, empieza a ser un poco embarazoso para mí.

Los hechos están aquí, meticulosamente investigados. Meticulosamente. Zoe y yo nos enviamos mensajes con cierta regularidad. Nueve de cada diez mensajes que recibo de Zoe empiezan con una pregunta de investigación o, más bien, con una frustración por una investigación a causa, por lo general, de la incapacidad de encontrar algún tipo de confirmación sobre algo que ella quiere o sobre su procedencia. Zoe no se anda con rodeos cuando se trata de los hechos: se asegura muy bien de cuáles son y, luego, encuentra un buen puñado más de hechos mientras verifica el primer montón.

Esta semana, me va a tocar arreglar una decena de cosas diferentes de mi propio trabajo debido a lo que he encontrado en este libro. Muchas gracias, Zoe.

Este libro es muy muy humano; creo que este es mi rasgo favorito.

"Es TU CUERPO. Si hay algo sobre lo que puedes tener opiniones, experiencias y sensaciones fuertes, y sentirte con derecho a poseerlo, es esto"

Aprendemos todas esas cosas sobre nuestro cuerpo y sus partes a partir de tantos lugares diferentes que una sola persona o un lugar nunca serían suficientes; es mejor aprender de un montón de personas, lugares y situaciones. Creo que eso cumple varias funciones importantes. Las personas mayores que tú, con una cabeza bien amueblada, que también te dan buena información sobre el cuerpo (como la señora Smith antes mencionada) cumplen una de esas funciones.

Otra de tales funciones importantes es la que cumple une amigue que sepa lo que se hace y que sea muuuuy sincere y abierte contigo acerca de sus sensaciones, experiencias e impresiones. Ese amigue te hablará literalmente del poder del pussy. Te hablará de ello a menudo.

Esta persona es tu exploradora, tu cómplice de drogas (o sobria) de mayor confianza, tu compañera de trabajo de campo. Son tus semejantes, pero saben cosas que tú aún no sabes, han hablado con gente con la que tú no lo has hecho o han experimentado algo diferente a lo que tú creías que podía ser. No te van a hablar como un médico y todes sentiréis cierta vulnerabilidad, no solo tú. Son más divertides y, lo que es más importante, no se esfuerzan tanto como los médicos en ser gracioses (mientras sostienen un espéculo, ¿en qué piensan a veces?).

También puedes saber lo que realmente piensa y siente la persona que te da la información. Ahora bien, es probable que no sientas de la misma forma que Zoe ni que las personas a las que entrevista o cita en este libro. No pasa nada. El mero hecho de ser testigo de que otra persona posee y expresa con fuerza sus opiniones, experiencias y sensaciones, especialmente sobre esto, cuando suele ocurrir que las personas que más opinan sobre ello ni siquiera comparten la anatomía, ¡madre mía!, te da todo el permiso para proclamar con más fuerza tus propias opiniones, experiencias y sensaciones.

Es TU CUERPO. Si hay algo sobre lo que puedes tener opiniones, experiencias y sensaciones fuertes, y sentirte con derecho a poseerlo, es esto. Si necesitas que te ayuden un poco, o simplemente un poco de compañía, la Pussypedia será una excelente compañera.

"A todas las personas nos vendría bien un poco más de apoyo y solidaridad para poder resultar groseras, inteligentes o incómodas sin sentirnos avergonzadas"

De hecho, pasar el rato con este libro, y con la forma en la cual este y su autora te involucran, conlleva el riesgo de que llegues a sentirte más confortable con tu cuerpo, con tus pensamientos y sensaciones sobre él, y con todo lo relacionado con él, y te sientas en buena compañía con tu cuerpo. Para que lo sepas. Creo que una de las cosas que más me gustan de este libro es que es bastante completo en cuanto a su vida útil, así que, si guardas esta monada en el salón, habrá generaciones enteras que podrían tener esta misma experiencia. Lo digo en serio. En el mundo en el que vivimos, no llegamos a conocer nuestro cuerpo por defecto ni a sentirnos confortables con él, ni, desde luego, con nuestro pussy, vagina, coño, vulva, genitales o cualquiera que sea tu nom de vajoo favorito. Así pues, creo que es bastante razonable decir que a todas las personas nos vendría bien un poco más de apoyo y solidaridad para poder resultar groseras, inteligentes o incómodas sin sentirnos avergonzadas y genuinas sobre lo que es auténtico, para tratar a nuestro maloliente y delicioso cuerpo con reverencia, sobre todo las partes que el mundo desdeña, y para tener, simplemente, humanidad sobre… bueno, simplemente, tener humanidad.

Ahora mismo, tienes cientos de páginas sobre todo esto (y mucha sangre, sudor y lágrimas atentas y afectuosas) en tus manos, así que quién sabe por qué sigues leyéndome.

¡Viva la Pussypedia!

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Autoras: Zoe Mendelson y María Conejo. Título: Pussypedia. Editorial: Larousse. Venta: Todostuslibros.

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