Inicio > Libros > No ficción > Álvaro Urquijo vs. Miguel Ángel Bargueño

Álvaro Urquijo vs. Miguel Ángel Bargueño

Álvaro Urquijo vs. Miguel Ángel Bargueño

Hace ahora un año, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Enrique Urquijo, su hermano Álvaro publicó el libro Siempre hay un precio, en el que cuenta la ya mítica historia de Los Secretos, el legendario grupo madrileño. Esa historia, como muchos sabrán, está jalonada de sucesos trágicos, primero la muerte de Canito, el que fuera líder del grupo y amigo íntimo, sobre todo, de Javier, el mayor de los hermanos Urquijo, y después la muerte de Pedro Díaz, el batería que precisamente sustituyó a Canito, los dos a causa de fatales accidentes de tráfico; y por último, muchos años después, el 17 de noviembre de 1999, la terrible muerte por sobredosis de Enrique, el alma del grupo, quien componía y cantaba la mayoría de las canciones. De todas estas caídas y recaídas salió a flote el grupo Los Secretos, la primera vez por el ímpetu de Javier, figura reivindicada en este libro, quien ideó el ruidoso concierto homenaje a Canito en la Escuela de Caminos, retransmitido en diferido por TVE y considerado por muchos el acta fundacional de la movida madrileña; la segunda vez, a mediados de los ochenta, gracias al aliento creativo de Enrique, quien colocó de nuevo en lo más alto al grupo con la desoladora Quiero beber hasta perder el control; y la tercera y la cuarta y la quinta vez por el impulso, el corazón, el coraje, la inteligencia y la pasión de Álvaro, el pequeño de los tres hermanos, el talento en la sombra, quien escribe este libro no sólo para contar con toda suerte de anécdotas y detalles algo así como “la verdadera historia de Los Secretos”, sino también para poner sobre la mesa sus logros, sus méritos, sus aportaciones, su trabajo con frecuencia ignorado, hasta el punto que el lector comprende que sin Álvaro Los Secretos habrían tenido una vida más corta y desde luego menos triunfal. Era él quien sostenía los pilares del éxito del grupo, él quien estructuraba algunas de las mejores canciones de su hermano, él quien revisaba cada detalle de las grabaciones, él quien lidiaba con agentes y discográficas y él también quien protegía a su hermano de las malas influencias, quien lo rescataba de sus continuos naufragios, quien lo cuidaba como un padre y una madre cuando aparecía hundido después de otra noche de excesos; y por último, sin ningún género de dudas, era él quien más hondamente le quería, lo que confiere a su testimonio un valor especial.

"En Siempre hay un precio, Álvaro presenta a su hermano Enrique tironeado por dos mundos opuestos, el de la luz y el de las sombras. Si bien él no usa estos términos, se desprende esta visión del conjunto del libro"

Pero este contar la verdadera historia presupone en alguna parte una historia falsa de Los Secretos. ¿Cuál es esta historia falsa? ¿Contra quién o contra qué escribe Álvaro Urquijo este delicioso libro? Me parece evidente que página tras página está replicando la —a mi juicio— magnífica biografía de Enrique Urquijo subtitulada Adiós tristeza, escrita por Miguel Ángel Bargueño y publicada en el año 2005 por la editorial Rama Lama Music. Tan palpable es la influencia de este libro durante el proceso de escritura de Álvaro que ni siquiera lo menciona, como si temiera desenterrarlo de los muchos metros de olvido que el tiempo le ha echado encima; todo lo más, si acaso, alude a su existencia en la introducción, cuando afirma que “algunos han decidido escudriñar cada uno de los pasos que dio mi hermano Enrique y construir una historia alrededor de la historia que puede que no se asemeje demasiado a la verdad”. En ningún momento Álvaro desmiente algún pasaje concreto del biógrafo de su hermano, simplemente lo ignora. Pero este silencio, en realidad, para quienes en su día leímos aquel otro libro, no hace sino alertarnos y atizar nuestra curiosidad. ¿Qué tiene esa biografía de Enrique Urquijo para que Álvaro ni siquiera la mencione?

"Ese mundo nocivo y anárquico de la noche en que las drogas exaltan y aniquilan, ¿por qué le atraía tanto a Enrique? ¿Qué valor irrenunciable, qué verdad encontraba en esos malos amigos más allá de satisfacer sus adicciones?"

En Siempre hay un precio, Álvaro presenta a su hermano Enrique tironeado por dos mundos opuestos, el de la luz y el de las sombras. Si bien él no usa estos términos, se desprende esta visión del conjunto del libro. En el de la luz está el propio autor con sus padres y sus otros dos hermanos, Javier y Lydia, así como unos pocos amigos y los integrantes de Los Secretos, en especial Ramón Arroyo y Jesús Redondo. En el de las sombras queda el entorno del grupo Los Problemas con Iñaki Conejero a la cabeza. La raya que traza el autor entre el bien y el mal y, en consecuencia, entre los buenos y los malos es clara y nítida. En este aspecto no se le puede reprochar tibieza ni ambigüedad. En ocasiones hasta parece escribir el libro para ajustar cuentas con determinadas personas. Pero estas sombras, ese mundo nocivo y anárquico de la noche en que las drogas exaltan y aniquilan, ¿por qué le atraía tanto a Enrique? ¿Qué valor irrenunciable, qué verdad encontraba en esos malos amigos más allá de satisfacer sus adicciones? ¿Qué veneno o elixir le tenía enganchado a su propia autodestrucción? ¿A qué se engancha uno cuando se engancha a una droga? Hay toda una faceta de la personalidad de Enrique que no aparece reflejada en el libro de Álvaro. Me refiero a su tenaz rebeldía contra todo cuanto él identificaba con lo falso, lo superfluo, lo aparente, la mentira. Era un hombre que odiaba la pose, la careta, la voz que no sale de las entrañas, la palabra que no dice. Enrique no quería pactar con la vida, con su interés práctico, con el fácil bienestar, con las trampas adultas de la responsabilidad y el compromiso. No quería calentarse blandamente al sol sino extraerle su jugo mezquino en forma de dinero (los ingresos venían de Los Secretos, no de Los Problemas) para seguir costeando sus arriesgados descensos a los infiernos, hasta que una noche de noviembre el demonio, el más bello de los ángeles del cielo, se lo llevó para siempre al paraíso de las letras desnudas y las notas dichosas. Este mundo de las sombras que tiraba fuerte hacia abajo de Enrique tiene voz propia (o muchas voces y múltiples puntos de vista) en la extraordinaria biografía de Miguel Ángel Bargueño, hoy injustamente olvidada.

—————————————

Autor: Álvaro Urquijo. Título: Siempre hay un precio. Editorial: Espasa. Venta: Todos tus libros.

Autor: Miguel Ángel Bargueño. Título: Enrique Urquijo. Adiós tristeza. Editorial: Rama Lama Music. Venta: Todos tus libros.

4.1/5 (9 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios