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Escribir a cuatro manos, con David Zaplana

Escribir a cuatro manos, con David Zaplana

Muchas son las artes que surgen del trabajo de dos o más personas. Una buena película no sería posible sin un equipo técnico y artístico. La danza necesita de músicos, bailarines y coreógrafos, además de escenógrafos y técnicos diversos. Lo mismo pasa con el teatro o la música. Sin embargo, en otras artes se considera que solo puede haber un creador, una única mente pensante y ejecutante. La literatura es uno de estos casos. Sin embargo, la realidad desmiente este concepto del imaginario colectivo.

Lejos del estereotipo del escritor ensimismado, encerrado en su estudio y tecleando junto a su vaso de whisky, Alejandro Dumas (padre) reconoció haber trabajado con sesenta y tres escritores fantasmas. El más conocido fue Auguste Maquet, quien durante diez años le ayudó a escribir obras maestras como Los tres mosqueteros o El conde de Montecristo.

Pero no nos sumerjamos en el mundo de los escritores sin firma. Hay parejas literarias tan importantes y reconocidas como Charles Dickens y Wilkie Collins, quienes escribieron relatos, novelas de misterio, obras de teatro y artículos. Según Nuria Azancot, el primero aportaba humor y orden narrativo, y el segundo la pasión por el misterio.

Algunas parejas quedaron en intento, como en el caso de Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. El primero le propuso al segundo escribir un libro sobre la guerra colombo-peruana ocurrida entre los años 1932 y 1933. Nunca escribieron ese libro.

La pareja formada por los suecos Maj Sjöwall y Per Wahlöö fue más exitosa. Ellos fueron quienes, allá por los años 60 del siglo pasado, iniciaron la novela negra nórdica, con historias mucho más afiladas que las de sus continuadores.

Sin embargo, los lectores tienden a considerar que los libros escritos a cuatro manos son libros menores. Todavía subyace la idea de que un escritor es solitario y melancólico, reflexivo y excéntrico, con procesos mentales que no pueden ser compartidos con nadie más que con los lectores, una vez que el libro está escrito. Hay quien se esmera en mantener esta mística alrededor de su trabajo. Que no nos engañen: el trabajo de escritura tiene mucho de trabajo, unas pizcas de talento y nada de mística.

David Zaplana ganó el Premio Literario de Amazon en 2016 con su novela Ningún escocés verdadero y en 2021 el certamen de novela negra Auguste Dupin. Su última novela publicada es La profecía del desierto (Umbriel, 2021).

Entrevisto a David Zaplana, mi compañero de vida y de letras, sobre el proceso de escribir a cuatro manos.

Una entrevista para escuchar en los descansos del curso de técnicas de negociación.

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