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Hablan los libreros: «Hay que volver, pero con garantías»

Hablan los libreros: «Hay que volver, pero con garantías»

Álvaro Manso, directivo de CEGAL, en la librería burgalesa Luz y Vida. Fotografía realizada antes del estado de alarma.

Hace casi dos semanas, la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros asomó la posibilidad seria de que muchos de sus agremiados cerraran sus puertas, quebrados por la falta de actividad económica. Las restricciones de movilidad ocasionadas por la declaración del Estado de alarma se hicieron sentir en la vida de todos. En un mundo confinado, las librerías también echaron el cerrojo.

Cuando CEGAL anunció su Plan de Apoyo a las Librerías, España atravesaba el momento más amargo de la cuarentena y el sector planteó un programa diseñado en dos niveles: el registro de librerías en la plataforma colectiva Todostuslibros.com y un segundo escalón que permitiría a los lectores apoyar a sus librerías preferidas a través de cheques regalo que podrían canjear por libros cuando estas reabriesen.

Hoy, los portavoces de CEGAL parecen más cautos al momento de describir una hecatombe que ya está en marcha, aunque ellos insistan en mirarla con tiento. Es el momento de resistir, de buscar alternativas y soluciones. Así lo transmite Álvaro Manso, miembro de la junta directiva de este organismo que agrupa a más de 1.400 librerías de toda España y también dueño de la librería burgalesa Luz y Vida.

"Ante la pregunta de por qué en España las librerías no abren como en Italia, Manso asegura que los libreros quieren retomar su actividad, pero con las medidas pertinentes"

La conversación ocurre en la mañana del martes 28 de abril, pocas horas antes de que el gobierno anuncie el plan de vuelta a la normalidad y según el cual las librerías podrían abrir a partir del 11 de mayo. Los libreros quieren retomar su actividad, pero con las medidas pertinentes. Hace falta conocer el aforo permitido en cada local, qué es posible hacer y qué no. También es necesario un plan de ayudas, asegura: desde una política de compra para las bibliotecas públicas a través de las librerías hasta un tratamiento económico acorde a su estructura de negocio.

La única realidad a día de hoy es que el sector afronta un reto tanto o más difícil que el de la crisis de 2008, un nuevo obstáculo que debe superar con su propia lógica. El libro como objeto tiene otra naturaleza, su dinámica es distinta de la cinta de correr o la llave inglesa que Amazon envía a los hogares de la misma forma en la que sirve libros. No son lo mismo.

Para conseguirlo cuentan con el portal Todostuslibros.com, la plataforma de ventas de las librerías independientes españolas más importante y diverso, según sus responsables. Cuenta con una base de datos de 4.158.675 referencias de libros y 1.573.067 títulos con disponibilidad. La actualizan a diario y apelan a su uso como una de las vías más efectivas para poder seguir haciendo lo que hacen: acercar el libro a sus lectores. 

—¿Cuáles son las medidas más importantes del Plan de Apoyo a las Librerías?

—Las que dan liquidez. Por ejemplo, la compra destinada a las bibliotecas a través de las librerías. Y me refiero a las de todo tipo: autonómicas, municipales, las de los colegios, las universitarias, que han abandonado compra de libros… A eso hay que sumar una línea de crédito específica para el sector. Por la forma en la que está conformado el sector, muchos libreros quedan fuera de las convocatorias.

—La Comunidad de Madrid anunció la compra a libreros para bibliotecas. ¿Qué más? ¿Alguna otra medida ya entró en vigor?

—Hay declaraciones de medidas. El ministerio está por comunicar algunas, pero hay comunidades como Valencia, Andalucía, Madrid, Castilla y León y Navarra, que han aumentado el presupuesto de compra de libros para bibliotecas. Todas han aludido a que esas compras tienen que pasar por librerías. Hay algo más. La ley del libro protege a las bibliotecas con un descuento del porcentaje de venta al que se ha renunciado para que la compra tenga mayor efecto sobre las librerías.

—¿Por qué las librerías en España no fueron más activas al momento de abrir? ¿Por temor de los propios libreros, o porque el Gobierno no lo permitió?

"El negocio de las librerías es un negocio de confianza, la venta es lenta, hay una conversación. Si no tenemos marcados los aforos que hagan para que la gente esté tranquila, no hacemos nada"

—Los libreros estuvieron a favor de las medidas del Gobierno. Era una cuestión de lógica. El comercio electrónico del libro estaba permitido, ¿pero tenía sentido poner repartidores por todos lados? La prioridad era más sanitaria que comercial, y de hecho, la mayoría de medidas que adoptó el sector iban orientadas a la reapertura. A través de una compra con un cheque, la gente compraba libros que recogería luego. Respecto a la apertura de las librerías, en Italia ocurrió de forma rápida. Muchas librerías decidieron no abrir, porque faltaba público y medidas. Hay que entender algo: las librerías son un negocio de confianza, la venta es lenta, hay una conversación. Si no tenemos marcados los aforos para que la gente esté tranquila, no hacemos nada.

Interior de la librería Luz y Vida de Burgos.

—¿Qué elementos distinguen a la librería como empresa?

—Es importante una reconversión de los ERTE por unas medidas económicas. Sería pertinente, porque no vamos a tener tanto público, así que no hará falta una plantilla con tantos libreros.

¿Tiene datos del cierre de librerías?

—Salvo el caso de Los Editores, en Madrid, no conozco ninguna que haya cerrado. Sé que lo están pasando mal, pero las librerías se han mantenido en un proceso de resistencia y adaptación desde la crisis. La actual también es económicamente dura. De momento, tenemos lo que vamos viviendo. Es un momento de incertidumbre.

¿Existe forma alguna de cuantificar las pérdidas de este mes?

"Creo que si las medidas económicas de las que hablaba se ponen en marcha, el sector puede sobrevivir"

—Marzo no es un mes brillante, pero sí lo son abril, porque coincide con el Día del Libro, y mayo, que coincide con varias ferias. En esos meses, en 2019, se facturaron entre 140 y 150 millones de euros. Si comparamos, este año no hay facturación. No hay negocio. No se produce venta. No hay ingreso ninguno. Muchos otros sectores del comercio están igual. Por eso creo que si las medidas económicas de las que hablaba se ponen en marcha, el sector puede sobrevivir.

—¿Saben de posibles fechas? ¿Los gobiernos regionales o el nacional han adelantado algo?

—La vuelta será progresiva, pero de momento no hay una fecha planteada. Este año es muy complejo. Si se ponen en marcha las medidas que he señalado, las librerías se resentirán por lo que ocurre, pero no cerrarán. Hay que pensar una cosa: las medidas anunciadas potencian el acceso a las bibliotecas y a la lectura. En la crisis se perdió la compra de bibliotecas por librerías. Tenemos que intentar recuperar eso para salvar las librerías, es importante.

¿Feria del libro en octubre? ¿Valdría la pena? ¿Tiene sentido? ¿Le compensa a los libreros asistir?

"La feria implica la aglomeración de personas en un entorno, y estoy convencido de que todas las ferias del libro tendrán que reinventarse, al igual que los encuentros con autores"

—Será difícil saber si será en octubre o no. La feria implica la aglomeración de personas en un entorno. Estoy convencido de que todas las ferias del libro tendrán que reinventarse, al igual que los encuentros con autores. Es difícil que los libreros no acudan. Asistir a ese tipo de eventos supone una facturación para ellos y más en el año que estamos. La pregunta sobre cuándo se podrán celebrar y en qué condiciones pasa por la adaptación. En el confinamiento hemos asistido a presentaciones de libros y charlas, hay posibilidades de adaptarse

El sector de las librerías tiene una logística específica: intervienen editores, distribuidores, los libros se sirven y se piden antes. ¿Cómo afectó el estado de alarma a un autor en promoción?

—De manera importante, y eso que, de alguna manera, en este confinamiento sólo se ha podido hablar de los libros que ya estaban en la calle. Lo negativo es que los autores no han podido contactar con los libreros como agentes de promoción: la falta de promoción es un problema. Ahí entra la discusión habitual sobre si el mercado está aplastándose a sí mismo con tantas novedades.

—¿Qué pasará con las novedades que estaban por salir? ¿Cómo y de qué forma puede alterar esto los catálogos?

—Yo creo que habrá retención de libros. No creo que los editores quieran poner en la calle todo lo que no pudieron sacar en su momento. No hay clientela para tanta oferta.

¿Ha sido Amazon el gran vencedor durante la cuarentena?

"El cliente de una librería es fiel. Hablamos del lector que aprecia y desarrolla una relación. Así lo han demostrado con el plan de apoyo a las librerías"

—Se convirtió en el proveedor casi exclusivo, no del todo, porque hay otros. El librero ha apostado por otra manera de hacer las cosas. La plataforma todostuslibros.com tiene más fondo que Amazon. Además, esa plataforma vende como venden los libreros: con recomendaciones, con sinopsis. El cliente de una librería es fiel. Hablamos del lector que aprecia y desarrolla una relación. Así lo han demostrado con el plan de apoyo a las librerías. Esa es nuestra apuesta y nuestro camino.

—En un mundo donde la distancia es la premisa, el modelo Amazon se fortalece.

—Está claro que este fenómeno ha beneficiado a Amazon, y no sólo en el libro. Se ha convertido en proveedor único de productos incluso no esenciales, porque tampoco se ha puesto coto. Es normal: había grandes dificultades y había prioridades. También hay que decir que esto ha permitido a los libreros reorganizar sus librerías y preparar la vuelta. Hay que volver, pero con garantías.

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