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Las alegres, making of

Las alegres, making of

Las dos cosas debieron de pasar por los mismos días. Lo mismo que entre lo primero y lo segundo se fueron tres o cuatro meses. No lo sé. Estoy cierto de la fecha de lo primero porque es algo, ahora, rastreable por la red. Y fue el caso de Anahí Benítez. Anahí, argentina, de la zona de Buenos Aires, dieciséis años, se despidió de su madre un sábado por la tarde de julio de 2017. Le dijo que iba a “dar una vuelta”. Y ya no volvió. La encontraron a los pocos días, después de muchos rastreos, enterrada, muerta y todo lo demás.

Aquello yo lo había leído por más o menos las fechas en que pasó. Por qué cayó en mis manos una noticia tan lejana es algo que no recuerdo con detalle. Tal vez fue porque yo andaba escribiendo una novela que trataba de mujeres, y es cierto que anduve planteándome diversas problemáticas. Tal vez fue por eso que lo leí. Esa fue la primera cosa. Después llegó la segunda. Fue unos meses después. Tal vez dos. Porque ya no era verano, pero tampoco era invierno. Sé que no era invierno porque recuerdo que eran dos chicos a los que me encontré por la calle. Y recuerdo cómo iban vestidos.

"Él lo dijo y nunca más nos volvimos a ver (o tal vez sí, no lo sé). Yo seguí camino, pero la frase no se me desprendía. Volvía a mí a todas horas"

Fue en un jardín, en Murcia, y atardeciendo. El jardín, atestado de jazmines, jacarandas y galanes de noche, está subdividido por arriates. Y el paso, en determinadas zonas, es estrecho. Así que tuvieron que pasar cerca de mí. Iban concentrados en sus cosas y vestían como visten los chicos por acá cuando ya no es verano. Zapatillas deportivas, vaqueros, sudaderas…

Pasaron cerca, ya digo. Podían tener doce o trece años. Lo más, catorce.

Y dijo el más joven de los dos: “Sin pasta no hay putas, sin putas no hay pasta”.

Él lo dijo y nunca más nos volvimos a ver (o tal vez sí, no lo sé). Yo seguí camino, pero la frase no se me desprendía. Volvía a mí a todas horas. Y es que una frase es mucho más que las palabras que contiene. Una frase es la intención y el tono y la pretensión. Una frase es también el total universo de las palabras que no contiene. Una frase es un contexto también. Y las cosas que hay detrás de ella. La educación, la cultura, los valores que hay en la trastienda de quien la pronuncia (y también de quien la recibe, pues podría haber, el otro muchacho, protestado, haberse indignado).

Entonces, ¿quién era aquel muchacho, quiénes eran sus padres, sus hermanos mayores, sus maestros? ¿Qué ejemplo, qué adoctrinamiento, qué visiones, que valoración del mundo le había inculcado esa línea de pensamiento?

"Entendí, también, que debía ser una novela terrible. Y que era más terrible si todo era visto desde los ojos de los niños"

Y más: aquella línea de pensamiento, ¿era una línea consistente, una filosofía de vida?, ¿o era más bien una frase extraída de contexto, la frase del momentáneo monstruo que todos llevamos en la cabeza?

Sin embargo, era más importante que todo eso. Porque la realidad es que daba exactamente lo mismo.

Porque Anahí fue, en 2017, la muerta número 173 en Argentina por causas semejantes. Y era finales de julio. Porque había (hay) cientos de historias como las de Anahí.

Ese es el germen de la novela. Luego vino todo lo demás. Porque entendí que debía ser una novela en el que ese tipo de pensamiento “primitivo” debía jugar un papel importante, cuando no protagonista. Y entendí, también, que debía ser una novela terrible. Y que era más terrible si todo era visto desde los ojos de los niños. Niños como aquel.

Fueron compuestos, entonces, los personajes. Fue compuesta, entonces, la sociedad en la que debían desenvolverse. El pensamiento imperante.

Quedaba el tema central. La pregunta esencial. Al principio estaba como escondido, como un tema secundario en mitad de otras historias. Solo cuando lo puse al frente de las operaciones comprendí qué era lo que yo realmente debía escribir, cuál era la reflexión que se imponía en mi cabeza y en la que me insistía el corazón.

¿Qué pasaría si un día hubiera un movimiento social que se rebelase contra aquello, qué pasaría si alguien decidiera cobrarse ojo por ojo?

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Autor: Ginés Sánchez. Título: Las alegres. Editorial: Tusquets. Venta: Todostuslibros y Amazon

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