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Lo que ocurrió después

Lo que ocurrió después

Quise leer La sociedad de la nieve por simple entretenimiento, buscaba la traducción en palabras de la película española del año. La sorpresa fue tan grande que convirtió a la película en la narración secundaria. El interés no proviene de los hechos centrales, ya conocidos, sino de la calidad literaria y de la amplitud de lo narrado. No es extraña la fascinación de Juan Antonio Bayona ante un libro como este, que además encaja al cien por cien con su imaginario de supervivencia. Lo escrito no implica una censura a la película. Una obra cinematográfica siempre tiene una duración limitada y un número de tramas también condicionado. El libro, al contrario, puede desarrollar lo que desee.

El punto de partida del libro es el viaje de los supervivientes y sus familias, acompañados por el narrador y décadas después, al lugar del accidente. Ese viaje provoca la explosión de la memoria, pero no es esa la única fuente. Pablo Vierci empezó a escribir el libro en 1973, inmediatamente después del accidente y de aquellos 72 días de supervivencia, por lo que consigue una incomparable mezcla de sentimientos presentes y futuros.

La estructura es inteligente, combina una tercera, que pertenece al propio autor e investigador, con el relato, mucho más subjetivo y en primera persona, de los protagonistas. Estructura los puntos más importantes de la trama, que van del accidente o la supervivencia inicial a la decisión de comer carne humana, pasando por la expedición o el rescate. Estos destacan, desde su subjetividad, lo más relevante del antes, el durante y el después. El estilo de Vierci es impecable, como cronista, narrador y transmisor, lógicamente filtrado, de las impresiones de los protagonistas. No es un cronista frío, pero tampoco se deja llevar por sus opiniones.

"Gracias a la habilidad de Vierci, podemos diferenciar con mucha mayor nitidez que en la película las diferencias de los personajes"

En esta sociedad de la nieve, por supuesto, además de lo central (el accidente y la extraordinaria supervivencia, motivada por una decisión radical: aprovechar las proteínas de los cadáveres de quienes no sobrevivieron al golpe) aparece el reverso de la trama, que tantas veces resulta más interesante que lo obvio, al menos desde un punto de vista emocional. La supervivencia supuso un éxito, pero también un durísimo fracaso para los muertos. Es difícil asumir que tu hijo no solo ha fallecido, sino que además se lo han comido sus amigos. La mayoría de las familias de los devorados, al menos según el libro, tuvieron una templanza asombrosa. La narración de tan difícil encuentro es un ejemplo de complejidad emocional.

Gracias a la habilidad de Vierci podemos diferenciar con mucha mayor nitidez que en la película las diferencias de los personajes. Es evidente que todos provenían de un origen social similar, que tenían edades más o menos similares, aunque se llevaran incluso 10 años, y que compartían un deporte de equipo, pero eso no implica que fueran idénticos. Hay muchos matices que les distancian: unos son más fríos, otros más apasionados, unos asumieron lo ocurrido, otros no lo han hecho del todo 30 años después. Vemos las distintas formas de afrontar el trauma, desde la disociación hasta la confrontación (“Durante muchos años no hablé del tema, ni siquiera en casa, salvo en raras ocasiones. De repente, un domingo, se me ocurría contar algún episodio, despojado, desprovisto de detalles. Era un relato escueto, sin colores ni contexto. Después, con los años, fui agregándole elementos”). Ninguno adopta posiciones límite. Todos estaban bien preparados de base y casi todos señalan la solidaridad y la organización que implica formar parte de un equipo de rugby como una de las claves.

Además queda bastante claro que no sufrieron un solo accidente. El alud de nieve que les aplastó, matando a 8 de los supervivientes, tuvo una entidad similar a la primera catástrofe. Puso al límite una situación más límite aún. Entre los que murieron destaca Liliana, que era una presencia femenina central, una especie de madre y hermana de los protagonistas.

"La mística está mucho más presente en el libro. Aparecen los susurros, los estados alterados de conciencia, que a veces continúan años después de la catástrofe"

Los cuestionamientos morales están mucho más presentes en la novela, tanto durante el tiempo de la nieve como después. Sobre todo tras esa larga digestión de 30 años. Pese a la solidaridad implícita al título, el darwinismo existe y así lo cuentan, a veces de manera explícita: quien es egoísta sobrevive, quien no lo es muere. Numa, el narrador de la obra de Bayona, es también el héroe trágico, el poeta del libro, pero ese tipo de héroes siempre caen. Nando también tiene un rol épico, pero sobrevive. Es más fuerte y proclive a la acción. Esenciales también fueron, por ejemplo, quienes se ocuparon de una labor imposible: desmembrar los cadáveres. No hay en ellos una reivindicación de su sacrificio, tal vez el mayor de todos. Las dos narraciones, tanto la película como el libro, demuestran como todo hecho vital se amolda a los arquetipos clásicos, aunque de partida solo haya caos. Tal vez sea una necesidad, una petición de nuestra mente narrativa.

La mística está mucho más presente en el libro. Aparecen los susurros, los estados alterados de conciencia, que a veces continúan años después de la catástrofe, incluso muestran las coincidencias, las premoniciones, que ayudaron en el milagroso viaje que culminó en el encuentro. No aparece lo paranormal, pero se queda cerca. Vierci incluso menciona a los distintos adivinos que intervinieron en la búsqueda y sus resultados.

Vierci no se deleita en la brutalidad, pero tampoco la niega porque brutal fue lo que ocurrió. Lógicamente, ante la necesidad de acudir a una audiencia amplia, en la película se limita una violencia que era compañera habitual durante el tiempo de la nieve (“Faltaban calcio, potasio y magnesio. El hueso los tenía. Entonces, a los compañeros que no podían moverse les entregaban un hueso y un trozo de vidrio para que rasparan hasta que saliera polvo”).

La sociedad de la nieve no solo es una sorpresa, un auténtico descubrimiento. Es una fundamental para cualquier interesado en la mejor crónica.

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Autor: Pablo Vierci. Título: La sociedad de la nieve

Editorial: Alrevés. Venta: Todos tus libros.

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