Inicio > Lenka Dángel (Page 7)

Lenka Dángel

Lenka Dángel (pseudónimo, obviamente) nació en Gijón en 1978, por fortuna en una casa llena de libros. Fue desde niña una lectora compulsiva con un, a decir de sus profesoras, “exceso de imaginación”. Empezó a escribir poesía a los nueve años, en certámenes escolares y para rellenar secciones en la revista anual del colegio. Abandonó los versos muy pronto y se decantó por los cuentos y las obras de teatro, fascinada por Lorca y por su admirado paisano Alejandro Casona. Abrazó la fantasía con Ende, Durrell, Gripe y Dahl. Sus primeras lecturas adultas fueron obras de Márquez y Pérez-Reverte que su padre, marino de profesión, escamoteaba en los barcos. Estudió Educación Social, interesándose especialmente por impartir talleres de Animación a la lectura y de Escritura Creativa a jóvenes en riesgo de exclusión (en algunos de dichos talleres tuvieron la gentileza de participar los tristemente fallecidos Justo Vasco y Luis Sepúlveda, compañero y amigo de Zenda). Colaboró durante cinco años con la revista ‘La Brocha’, reseñando exposiciones artísticas. Tiene varios microrelatos publicados en diferentes antologías y aspira a que su primera novela vea la luz algún día.

Publicaciones del autor

Huesos

LOS TRECE ESCALONES, XII: HUESOS Nadie en el pueblo se asustaba ya de las rarezas de la Niña Inés. Al fin...

Bajo la cama

LOS TRECE ESCALONES, XI: BAJO LA CAMA Se llamaba Uriel. Tenía el pelo oscuro, lacio, y unos enormes ojos azules. Sonreía...

Ángela

LOS TRECE ESCALONES, X: ÁNGELA La idea de pasar el verano en la casa del pueblo no me seducía, en realidad....

La boda

LOS TRECE ESCALONES, IX: LA BODA En realidad, nadie podía recordar qué había causado la rivalidad entre ambas familias. No había...

Duerme

LOS TRECE ESCALONES, VIII: DUERME Empezó después del divorcio, en otoño, y lo achaqué a mi estado de ansiedad, al cambio...

La novicia

LOS TRECE ESCALONES, VII: LA NOVICIA El invierno estaba resultando más largo y crudo de lo habitual. A través de los...

Arañazos

LOS TRECE ESCALONES, VI: ARAÑAZOS Como cada mañana, la leche hirvió y se salió de las tazas, dejando el microondas mojado...

Espejo, espejito

LOS TRECE ESCALONES, V: ESPEJO, ESPEJITO Blanca estiró con los dedos la suave piel. Las finas arrugas desaparecieron como por ensalmo....

Un diablo negro

LOS TRECE ESCALONES, IV: UN DIABLO NEGRO Cuando la primera niña desapareció, todos en el pueblo pensaron que, seguramente, se habría...