Divitos y literatos
Lepisma, Michael Ende y los términos decepcionantes
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Tendría que retroceder aún unos años más en mi memoria para revivir el momento en que, siempre referido a las palabras, mis expectativas colisionaron...
Lepisma y los ofendidos
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Quizás porque la medicación que me prescribían en el psiquiátrico de San Humbértigo aplacaba todas mis emociones, ahora quiero recuperarlas a lo bestia; bueno,...
Lepisma y dos mil doscientosnunca
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—Un año en que, como la empatía será ley natural, no existirá la hipocresía pero tampoco la sinceridad más descarnada, que actúa como insulto...
Lepisma y el hombre del Renacimiento
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—Huy, yo de eso ni idea, que soy de letras. No es que me avergüence —también tengo amigos de ciencias que usan el mismo...
Lepisma y la incompatibilidad de caracteres
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—No sé si lo entenderás, tengo letra de médico. —No te preocupes, Sandra, yo tengo ojos de farmacéutico —bromeé mientras me guardaba el papel...
Lepisma y los libros dedicados
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—Hola —mi vecino siempre saludaba, y ese día en que yo cargaba con una bolsa llena de novelas no fue la excepción—. ¿Ya vienes...
Lepisma y la bibliotrinchera
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La Cruz de Hierro (Sam Peckinpah, 1977) me enseñó que, aunque en un conflicto bélico puedan existir bandos buenos o malos, eso no tiene...
Lepisma y la relatividad del tiempo
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Y esto me recuerda a Lola, la consiguetodo del manicomio, la que en cierta ocasión me vendió un manuscrito de la Odisea de puño y...
Lepisma y el ídolo de Ariadna
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Mi fan, Ariadna, y esto puede ayudar a comprenderlo, era una paciente con la que coincidí durante mi ingreso en el psiquiátrico de San...
Lepisma y los futuros que no fueron
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Cuando se acercó esa fecha, las connotaciones se tornaron apocalípticas: un supuesto efecto 2000 iba a provocar el fallo de todos los ordenadores, con...
Lepisma y las páginas de citas
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Se denomina cita a ciegas cuando ésta transcurre en un libro escrito en braille, y se dirá que la pareja se ha conocido en...
Lepisma y lo reverencial
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—Usted no sabe con quién está hablando —era su frase preferida, y a nadie que le conociera mínimamente podría extrañarle ese hecho. Yo, sin...
Lepisma y el campeonato de oratoria
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—Eso es porque ya no hay políticos honestos como los de antes —me replicas, olvidando que en su momento votaste a la Agrupación Ruiz-Mateos...
Lepisma y el fandom tóxico
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La indignación recorrió las decimonónicas celdas en que residíamos, unas estancias contrarias no sólo a los preceptos de la ciencia moderna, sino incluso a...
Lepisma y las Navidades del siglo XXI
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A mí ponme una reseña positiva en internet: la leche y las galletas se las dejas a esos tres reyes magos. Unos reyes que,...
Lepisma y el sabor de las postales navideñas
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****** Hola, Soy tu yo de 48 años; hace mucho que no escribo una postal en papel (no entenderías cómo se envían ahora las...
Lepisma y la literatura etílica
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Consumí drogas por vez primera para abrir las puertas de la percepción y casi me pillé los dedos con ellas. Buscando inspiración, pasé el...
Lepisma y la actualización de Mar Font
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—Quién es? —Es Mar Font. Tal y como la conjunción de su nombre y apellido prometía, Mar era una adicta a los teléfonos inteligentes,...
Lepisma y el armario
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—¿Te lo imaginabas? —Bueno, no es que me lo imaginara, pero tampoco es que me haya llevado la sorpresa de mi vida —respondí pensando...