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Una historia de Europa (CXVI)

La Revolución de Octubre había engendrado en Rusia lo que Eric Hobsbawm definió como el movimiento revolucionario organizado más formidable de la historia moderna. Por su planificación, su ejecución y su violencia, por el modo implacable y tenaz con que el Partido Comunista acabó por convertirse en Estado, para muchos europeos oprimidos, que lo veían de lejos, el comunismo se había convertido en promesa de futuro, meca ideológica y casi religión. Sin embargo, no todo iba bien en aquella Unión Soviética que aún no se llamaba así (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) pero estaba a punto de llamarse. Para aflojar la presión de las potencias occidentales, mosqueadas con el invento, los ruskis habían tenido que renunciar a 800.000 kilómetros cuadrados de territorio y a varias nacionalidades (Báltico, Finlandia, parte de Ucrania y de Polonia) con las que, en plan arrieros somos y en el camino andamos, tenían previsto ajustar cuentas cuando se calmase el panorama. Porque la verdad es que el debut soviético no había sido nada cómodo; y de no ser ateos los bolcheviques, ellos mismos habrían calificado de milagro sobrevivir con tantos naipes en contra: zancadillas de otras ramas revolucionarias (debidamente exterminadas sin piedad por la policía política), rusos de tradición zarista enrocados en Ucrania, Siberia y orillas del Báltico (rusos blancos, los llamaban) y cuerpos expedicionarios ingleses, franceses, alemanes, checos y polacos dando por saco con ofensivas que las tropas de Trotsky (luego fumigado por Stalin, pero entonces todavía héroe soviético) frenaron con mucho arte, pero también con mucha sangre, mucha miseria y mucha bestialidad. Toda esa murga y el cordón sanitario de las potencias occidentales, temerosas (con motivo) del contagio comunista, hicieron que hacia 1921, cuando acabó la guerra civil entre blancos y rojos, la situación económica, férreamente controlada por el Estado, se convirtiera en catastrófica. Hubo serios brotes de descontento, como la revuelta de los marinos de la base naval de Kronstadt, y eso decidió a Lenin y los suyos a establecer la NEP (Nueva Política Económica) que aflojó la dictadura estatal, suavizó las requisas, restableció la libertad de comercio, reconoció los derechos de los pequeños propietarios y restableció la moneda rusa. Eso enriqueció a unos pocos (naturalmente, vinculados al régimen) y dio un respiro al resto de la peña, que pudo acomodarse algo; aunque grandes masas de población quedaban, e iban a quedar, muy lejos del paraíso prometido. Fue entonces cuando apareció el término lumpenproletariado, que dejaba por completo fuera del horizonte, para los lúcidos capaces de prever el futuro, el sueño de una sociedad más igualitaria, justa y decente. Y como guinda del pastel, los propios bolcheviques estaban ferozmente centrados en una pugna salvaje, interna, por hacerse con el poder. Sin esperar siquiera a la muerte de Lenin (que se fue a criar malvas en enero de 1924) los capos del invento andaban enzarzados en purgas y contrapurgas internas a base de leña al mono y tiro en la nuca. Destacaba en eso, con gran ventaja sobre sus colegas, un absoluto hijo de puta llamado José Stalin (el apellido, que significa acero, era un apodo), antiguo seminarista, deportado en Siberia y combatiente de la guerra civil, a quien la prematura palmatoria de Lenin permitió presentarse como heredero de la Revolución. Apoyado por oligarcas que le debían su bienestar, este elemento sin escrúpulos consiguió imponerse a sus rivales, haciéndolos exiliarse (a unos cuantos) o pasándolos directamente por la piedra de amolar (a la mayoría). Así, viejos camaradas revolucionarios como Trotsky, Zinoviev, Bujarin, Kamenev y otros se fueron a tomar por donde amargan los pepinos, y el peligroso padrecito Stalin los borró de las fotografías y se hizo con el poder absoluto en 1928. A partir de ahí (hasta 1953, porque estuvo un rato largo) se dedicó a eliminar al resto de adversarios sin dejar de ellos ni los rabos. Estatalizó la industria y el transporte, abolió de nuevo la propiedad agrícola y la reagrupó en explotaciones comunales (llamadas koljós), y desarrolló una gigantesca propaganda para obtener la adhesión popular situándose como líder y salvador máximo del asunto. La colectivización y las exacciones estatales llevaron a los campesinos al hambre y la miseria, con revueltas que fueron bestialmente reprimidas, hasta el punto de que en Siberia ya no cabía un alfiler. La violencia, el chantaje, la tortura y el asesinato fueron sus herramientas; pero la perla del régimen fueron los grandes procesos de Moscú, que en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial permitieron a Stalin condenar, deportar y ejecutar a miembros del partido y ciudadanos de a pie, por muy comunistas que fueran.

[Continuará].

____________

Publicado el 10 de octubre de 2025 en XL Semanal.

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basurillas
basurillas
1 mes hace

Un supuesto, muy supuesto, paraiso perfecto destinado a un ser imperfecto, muy imperfecto, que es el humano. No podía salir bien.
¿Tanta penuria, tanta matanza, tanta desdicha y tanto control para este desastre artificial, para esta mierda homicida demostrada y acreditada? Comunistas del mundo, iros a tomar por…donde amargan los pepinos, habéis fracasado, os habéis olvidado de la felicidad. Hay más humanidad en un hormiguero.

David Sepúlveda Pérez
David Sepúlveda Pérez
1 mes hace
Responder a  basurillas

Es extraño: ya van dos horas de su posteo y aún no sale ningún fanático a contradecirle… Quizás son alérgicos a sitios donde se usan las celulillas grises, como diría Poirot.

ricarrob
ricarrob
1 mes hace
Responder a  basurillas

Comunistas, socialistas, perroflautistas, antisistemas, libertarios, anarquistas… excrementos de la humanidad que surgen cada tanto tiempo y que infectan la sociedad y la convivencia de sus efluvios purulentos. No aprendemos. Cantos de cisne que embotan el entendimiento y que hacen seguir al flautista a dónde sus dulces sonidos musicales conducen a la estupidez humana. Es la rata flautista llevándose a los niños del pueblo. Os prometo, si me seguís… TODO. Y si os lo creéis sois unos gilipollas. Absolutos.

Los comunistas del mundo han penetrado a la humanidad, con sus agrios pepinos, verdes, gordos y duros, por todo el blando esfinter anal.

Sr. B., perdóneme la crudeza de mis palabras pero es tal como me siento ahora mismo.

Un abrazo.

Manuel González Ledesma
Manuel González Ledesma
1 mes hace
Responder a  ricarrob

Nada diferente entre europeos más occidentales y Rusia. Todos, y es historia, en una guerra permanente de intrigas, bajezas y conspiraciones de todo tipo, robos de territorios y demás (parte lo ha expuesto Reverte, desde una visión muy particular, y sesgada como la actual entrega). Pero sin duda, los europeos son los artífices supremos del saqueo del resto del mundo (África, Asia, América); y que ahora, bien modositos, quieren vivir en su casita sin que los molesten aquellos a los que fueron a darles en toda la m y a saquearlos. Toda acción tiene consecuencias. Pero sin duda, también, comparten las acciones más extremas de exterminio de lo otros, es como su especialidad. No creo sea necesario exponerlas, los censores son muy sensibles. Para algunos, lo que hacían era llevar la civilización. Comunismo y capitalismo, o izquierda y derecha, son conceptos cerrados, manipulados, y notablemente mal entendidos, que se usan para mantener a la peña en Babia. No sea simple, con todo respeto, “ricarrob”. Gringolandia, no es comunista, todo lo contrario, y es un fracaso (mire que llevar a la presidencia a esa cosa llamada Donald Trump). China y Rusia, no son comunistas ni socialistas, son una adaptación que viene de su historia, pero también de la realidad presente, establecida por capitalismo-liberalismo, globalismo y demás; y si, actualmente es claro que occidente, o tal vez mejor: los gringos con todos sus ratones “hamelinianos” (hablo de países, gobernantes y grupos de poder; no de la gente), están en decadencia. No se sobresalte, hay un buen número de profesionales de todo tipo: economistas, sociólogos, geopolíticos, historiadores, etc. que lo documentan y explican muy bien; y entre ellos un buen número de gringos. Y como nunca, tenemos acceso a ellos sin mayor problema. No, no vale meter la cabeza en el suelo y seguir encasillados; más que nunca vale tratar de entender la realidad, y desde una visión abierta, nuestra y de los otros.

ricarrob
ricarrob
1 mes hace

Mire, usted, don Manuel, por supuesto que respeto su opinión o sus convicciones. Ahora bien, por mucho que le demos vueltas, hay una dicotomía que es muy propia del ser humano: la realidad siempre será una, única, la verdad es la verdad, y sin embargo las interpretaciones son tantas como identidades personales hay.

El que usted me califique de simple, la verdad es que no me conmueve ni me sobresalta. Son opiniones. Las que nos forjamos de los demás son como las interpretaciones de las que hablaba antes: son variopintas. Para algunas personas soy muy alambicado y nada fácil de entender. Para usted soy simple. Bueno, no le voy a decir lo que opino de mí mismo, no va al caso. Como decía Leonardo da Vinci: “La simplicidad es la máxima sofisticación”. O como decía León Tolstoi: “No hay grandeza donde no hay sencillez, bondad y verdad”.

Pero, voy a otra cosa, don Manuel, varias puntualizaciones. Los europeos, por el hecho de serlo, no somos ni peores ni mejores que el resto de humanos, sean de donde sean. La genética ya hace tiempo que ha dado su veredicto: no nos diferenciamos en nada. Toda civilización, desde que salimos de las cavernas, si ha podido imponerse a los demás y arrebatarles lo que tenían, lo ha hecho. Todas han sido depredadoras por su propia idiosincrasia humana. Los acadios, los babilonios, los asirios, los iranios, los hititas, no digamos los mongoles que sacudieron toda Eurasia a sangre y fuego creando pirámides de cabezas cortadas, los mogoles de la India, los japoneses, los chinos, los egipcios, los kushitas en África (en África hubo unos cuantos imperios), los cartagineses, los árabes, los turcos, los almohades, los almorávides… y me dejo muchos. Todo aquel que no lo ha hecho es porque no ha podido.

Y, efectivamente, en la modernidad, nos llegó el turno a los europeos. Con más medios tecnológicos, materiales y organizativos. Pero ha llegado la posmodernidad y el turno le toca a otros. ¿O es que cree usted que si chinos y rusos pudieran dominarnos a todos no lo harían, que son almas de la caridad y Putin y Chimpin hijos de Teresa de Calcuta?

Aquí, con esto, no estamos hablando ni de comunismo ni de capitalismo. Se trata del poder y de la dominación que es algo consustancial al ser humano. Por eso, las ideologías realmente son instrumentos de poder. La gente se divide en tres grupos (llámeme simplista si quiere por ello): los estúpidos que se creen las ideologías a pies juntillas (son los esclavos ideológicos, la masa amorfa), los que utilizan las ideologías para encaramarse al poder y los escépticos los que no se las creen pero tampoco desean el poder o no poseen la bajeza moral de utilizar a otros. Comunismo, fascismo, ultraliberalismo, perroflautismo, anarquismo, todos instrumentos de poder.

Respecto a la maltrecha y criticada Europa, dese usted cuenta que hay unos cuantos que viven muy bien a costa de pregonar, desde las antiguas colonias o desde el propio Occidente, habiéndose educado en él, el Eurocentrismo, denostando toda la cultura occidental. Eso sí, lo hacen desde una cómoda posición en la que las antiguas colonias disfrutan de ferrocarril, de edificios históricos suntuosos, de carreteras, de educación en disciplinas tecnológicas occidentales, de coches, de aviones, de barcos, de armas occidentales… … … Critican a Occidente desde el teclado de su ordenador o de su teléfono móvil.

Quizás esté en Babia pero creo que nunca he pasado ni he estado por esa población leonesa. Algunos simulan estar en Babia para hacer negocios en Venezuela.

¡Claro que los Usa están en decadencia! Desde que crearon la Globalización empezaron a cavar su propia tumba. Pero, como a todos los imperios, les va a costar caer mucho más tiempo que el que muchos desearían. Y no está nada claro el sustituto. Todos tienen los pies de barro. Y, curiosamente, desde hace tiempo, todo el mundo se olvida de Japón…

Encantado de departir con usted. Es un placer.

Saludos desde Babia.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  ricarrob

Efectivamente señor R, no sabemos quién será, será, que decía la canción, pero sí sabemos quién no va a ser:
Los europeos.
Saludos.

ricarrob
ricarrob
1 mes hace
Responder a  Aguijón

Yo no lo tengo tan claro, sr. A. Cosas más difíciles se han dado en la Historia. Y el futuro es inescrutable. Quizás sea una utopía pero si Europa se uniera de verdad (Putin es un loco de atar que puede conseguirlo) podría llegar a ser un líder mundial sin las torpezas de los Usa y sin las inmensas ambiciones de chinos y rusos.

Pero, bueno, igual sueño.

Saludos riojanos.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  ricarrob

Que su boca sea un Ángel, que decía mi abuela.
Saludos.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace

La batalla de Varsovia

En 1920
Muy cerquita de Varsovia
Unos patriotas valientes
Se iban a cubrir de gloria.

Donde nadie lo pensaba,
Cuando todos los rendían,
Los polacos preparaban
Una trampa con pericia.

-Vamos que ya está ganado!
Proclamaban petulantes
Bolcheviques avanzando,
Una panda de farsantes.

Mas los rojos se estrellaron,
Con su roja estrella huyeron,
Pues la cruz de los polacos
Fue una gran cruz para ellos.

En los bosques de Katyn,
Ya dos décadas después,
Masacraron, tras mentir,
Por vengarse del revés.

Es la historia de verdad,
La que debes de creer,
No la de “Su Sanchidad”
O la de sus “lamepies”.

Siempre se repite igual,
La mentira es su placer,
Todo por justificar
Que al pueblo saben joder.

En Pastrana puedes ver
Dónde capotó el avión…
Y quien derribó al Potez
Fueron dos Polikarpov.

No lo debes olvidar,
Del pasado hay que aprender,
No les dejes respirar
Porque te van a morder.

PD:
La seta, fruto del hongo,
No es la fruta verdadera…
Pero yo nunca me opongo
Para así tenerla en cuenta.

Frank
Frank
1 mes hace

Tengo la idea que somos masoquista sin reconocerlo, esto lo saben casi todos y sin así hay quienes aman ese sistema Gracias Maestro

ricarrob
ricarrob
1 mes hace

¡Cuánta sangre!
¡Cuánto dolor!
¡Cuánta destrucción!
¡Cuánta hambre!
¡Cuánta violencia!
¡Cuánto odio!

Todo ello, inútil. Después de más de 80 años de sumisión, de gerontocracia, de miseria, de falta de libertad y de desigualdad (las élites, ¡siempre las élites!; qué más da si son los de la riqueza, los de la religión, los de la nobleza o los del partido), se vino abajo como los naipes de un castillo.

¡Pobres campesinos rusos! Sometidos durante siglos a la más vil de las servidumbres feudales, el feudalismo más cruel de toda Europa. Y, luego, como premio de la liberación marxista, exterminados. Solamente porque son muchos. Solamente porque hay que transformar la nueva república dictatorial en una gran industria que lo fabrique todo, sobre todo armas. Sí, exterminados. Por hambre, por ejecuciones masivas, por desesperanza. Sí, exterminados. Toda esa gente, no llegó nunca al paraíso comunista. Los que sobrevivieron malamente, tampoco. Un paraíso cuyo camino estuvo sembrado de cadáveres. Sí, exterminados.

Exterminados, como todos los opositores, como todos los que piensan diferente o ese autócrata piensa que piensan diferentes. Tanto Lenin como el monstruo de Stalin.

Las utopías, todas, son el infierno. La humanidad ha averiguado que el paraíso marxista no existe. No. Pero, de nuevo, pasados los años de la debacle, hay quienes piensan y actúan por y hacia una nueva REVOLUCIÓN. Sueñan con ella. Sueñan con más sangre y con más sufrimiento. Ningún paraíso existe. Tampoco los paraísos religiosos. Utopías: excrecencias, excrementos, vómitos, de mentes enfermas que desean conducir a la humanidad a precipicios insondables. Y les siguen. Como cardúmenes en busca de la muerte. Son infecciones purulentas del género humano. Exterminados. Sí.

Mi mente, después de leer las líneas de don Arturo ha caído en un pesimismo, en un estado de postración ante esta línea inextinguible de utopías absurdas que cada tanto tiempo surgen de nuevo para conducir a los cardúmenes al precipicio.

Exterminio. Las utopías son eso.

Saludos a todos.

John P. Herra
John P. Herra
1 mes hace

Se puede creer en Jesucristo o no, pero la verdad es que acertó de lleno en las profecías sobre los falsos mesías.

basurillas
basurillas
1 mes hace
Responder a  John P. Herra

En eso y en que las únicas soluciónes a todos nuestros males, de una forma u otra, son el amor y el perdón, y puede que el segundo casi sea una mera forma misericordiosa del primero. Aunque solamente fuera por eso ya es una figura histórica excepcional. Un saludo.

John P. Herra
John P. Herra
1 mes hace
Responder a  basurillas

No sé si son las únicas, pero el mundo sería mucho mejor. Pero eso depende de cada uno. Ese es otro acierto, señalar que todo empieza en las decisiones de cada uno de nosotros, no en una sociedad perfecta que es una imposibilidad ontológica. Por eso admiro a esas personas que no aspiran a cambiar el mundo, sino a hacer lo que está en sus manos para ayudar a personas y situaciones concretas.

Javier
Javier
1 mes hace

Sin la carestía que llevó a Rusia la I Guerra Mundial, no hubiera triunfado nunca la Revolución rusa. Por muy fino estratega político que fuera Lenin. Por muy inteligente organizador que fuera Trtsky. Por muy bestia que fuera Stalin. Sin la guerra no hubiera habido revolución, ni Unión Soviética, ni 70 años de historia del primer estado socialista de la historia, dicho sea esto con muchos matices.
Es verdad que aquello fue brutal, que hubo sangre, muertos, hijoputismo a raudales, pero piensen, que un pueblo, en este caso el ruso, no se levanta un buen día de Octubre de primeros de siglo XX y dice: “Estoy aburrido. Me voy a sublevar, voy a atacar el Palacio de Invierno y me voy a cepillar a toda la familia real y a los obispos que los rodean, y a los chulos del Zar y de la Zarina, y ¡zas!, guillotinas a mogollón”. La cosa no funciona así. Oigo, leo, escucho y veo últimamente a muchos, opinar en contra de la Revolución Rusa, o de la Revolución Francesa, como si aquellos episodios hubieran sido el capricho de un pueblo aburrido y ocioso, que un buen día se despertó con ganas de jarana. Pues no, eso tuvo razones poderosas antecedentes para que ocurriera. Lo que pasa es que a veces no interesa descubrirlas.
Tema espinoso este.
Saludos.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  Javier

No se juzgan los motivos, se valoran los resultados…
Aquí el 18 de Julio de 1936 también sucedieron hechos anteriores y si media España se sumó también fue por algo, pero eso no se cuenta.
Saludos.

Javier
Javier
1 mes hace
Responder a  Aguijón

Analizándolo fríamente, no es lo mismo un caso que otro. Podemos aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid, para meter la Guerra Civil Española en esta cuestión, pero no cuela, y le diré porqué: aquí había, en esa fecha que da usted, una República legalmente constituida, el rey hacía años que abandonó el país a su suerte, y la situación económica era mala fruto del “paniaguadismo” secular de la clase dirigente.
Sin motivos no hay resultados, mi querido amigo. Si no valora usted esos motivos, entonces ;¿para qué analizamos nada?…
Saludos.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  Javier

El Pisuerga pasa por Valladolid y la revolución bolchevique pasaba por España desde Octubre de 1934, y antes la anarquista en 1933, por cierto esa republica a la que usted se refiere como legalmente constituida también lo estaba en 1934 cuando un señor bajito la defendía desde un ministerio en Madrid.
Saludos.

Javier
Javier
1 mes hace
Responder a  Aguijón

¿Se da usted cuenta? Al año que viene se cumplirán 90 años del inicio de la Guerra Civil, y dentro de 11 años se cumplirán 100.
Estoy de acuerdo con el señor Pérez Reverte, y lo del “tonto” de Zapatero sacando del baúl la dichosa guerra civil para crear tensión. Pero es que “el tonto de Zapatero” sabía perfectamente que había terreno abonado de sobra para sacar el temita.
¡Basta ya con la puñetera guerra civil de los coj…,por Dios!.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  Javier

En los artículos del señor Perez Reverte apenas falta uno o dos para llegar a la fecha…
Creo que es pertinente mencionar los hechos históricos cuando tocan.
En lo de basta ya estoy de acuerdo con usted pero no fui yo quien elaboró dos leyes de memoria destinadas a burlarse de la historia y birlarles la verdad a los españoles y sí la verdad de los hechos históricos probados no la interpretación de los mismos que pueden dar lugar a opiniones diferentes, como las que podemos tener usted y yo, pero los hechos son los hechos y esas dos leyes los falsean.
Saludos.

Javier
Javier
1 mes hace
Responder a  Aguijón

El que elaboró esas leyes que dice usted encontró terreno abonado a su izquierda y a su derecha, la prueba es que tirios y troyanos en cuanto pueden, meten la puyita de la dichosa guerra civil, y unos y otros actúan como si el 18 de julio del 36 hubiese sido ayer por la tarde.
Cuando el señor Pérez Reverte nos exponga su artículo, lo comentaremos, si el buen Dios nos da salud y paciencia, sobre todo paciencia. Hasta entonces le reitero un sonoro: ¡Basta ya de la puñetera y dichosa guerra civil, por Dios! Estoy hasta la coronilla de ella.
Saludos.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  Javier

Amen

John P. Herra
John P. Herra
1 mes hace
Responder a  Javier

En efecto, por eso Lenin dijo que “cuanto peor, mejor” y aplaudió con las orejas cuando Rusia entró en la primera guerra mundial. Es cierto que nadie hace una revolución cuando espera un futuro mejor y tiene algo que perder. Pero también es un hecho que la revolución de octubre se hizo contra un gobierno democrático y surgido de la revolución de febrero de 1917. Las revoluciones derriban regímenes con violencia, pero luego se mantienen en el poder con una violencia y represión peores. Ni Luis XVI ni el zar realizaron las matanzas en masa que hicieron Robespierre y Lenin. El Antiguo Régimen había caído en Francia y Rusia antes de que jacobinos y bolcheviques tomaran el poder. Las revoluciones resolvieron algunos problemas, pero crearon otros nuevos, algunos de ellos, peores. Tampoco construyeron una forma de gobierno más justa. Ningún zar llegó a tener un poder tan absoluto y arbitrario como el de Lenin o Stalin, ni hubo una hambruna comparable a la que generaron las colectivizaciones soviéticas. Los peores enemigos de los bolcheviques eran los liberales y los socialdemócratas, defensores de reformas pacíficas y graduales. A Lenin le importaba un comino el pueblo, lo que le importaba era el poder.
.

Javier
Javier
1 mes hace
Responder a  John P. Herra

Recuerde que ese gobierno democráticamente elegido de Kerensky no fue capaz de enmendar el error del Zar y siguió metido en el fango de la guerra, dando gasolina a Lenin para para que ña Revolución triunfase.
Recuerde también que la Revolución Rusa, como antes la francesa, acabó con una dictadura personal de un tipo, Stalin, que hizo del terror un arma política muy eficaz. La francesa acabaría con el poder personal de Bonaparte, cuya comparación con Stalin sólo aguanta eso: la definición de dictadura personal. Bonaparte era todo lo brillante que el Georgiano Tenebroso (Asi lo definía Lenin) no era.

John P. Herra
John P. Herra
1 mes hace
Responder a  Javier

Lo recuerdo. Es lo que digo en mi anterior comentario. Digo que hay cierto paralelismo entre ambas revoluciones, pero soy consciente de que no hay que llevarlo mucho más allá del gobierno dictatorial en que acabaron. Sucedió lo mismo en la revolución inglesa o en las revoluciones hispanoamericanas.

Fue Lenin quien empezó a utilizar el terror en la guerra civil rusa. Él fue quien dio directivas de fusilar a rehenes y de realizar ejecuciones de aldeanos al azar en pueblos de los que se rumoreaba que habían apoyado a los blancos, como ejemplo para los aldeanos de la zona. Stalin llevó el terror al paroxismo de sus paranoias personales, pero el inventor fue Lenin

Lugalzaguesi
Lugalzaguesi
1 mes hace
Responder a  Javier

En la comparación con Stalin podríamos añadir quizás los muertos que dejaron tras sí. En el caso de Napoleón sobre los 5 millones de muertos en Europa. Cerca de un 3% de la población. En el caso de España aún fue más sangrienta la cosa. Medio millón de muertos para una población de 11 millones. Cerca de un 5%.
¿Napoleón brillante?. Sí, como general. Intentar crear una especie de imperio colocando como reyes y dirigentes a familiares y mariscales por toda Europa, parece que no fue demasiado inteligente. Tres hermanos y un cuñado colocó. Ah! el descendiente de uno de sus mariscales (Bernadotte) aún reina en Suecia. Stalin y Napoleón, digamos que cada uno a su manera querían crear un imperio. Los franceses han sabido vender muy bien a Napoleón. de eso no hay duda.
Saludos,

basurillas
basurillas
1 mes hace
Responder a  Javier

Buenas tardes con Javier. Los juristas empleamos mucho, especialmente en el ámbito constitucional, penal y administrativo, el concepto de “proporcionalidad” para valorar los hechos, las circunstancias, los métodos y la relación de todos ellos con los resultados. Lo que usted afirma en su comentario, con toda la razón y toda la lógica del mundo, creo que pierde algo de vista ese concepto en relación con la Revolución Rusa. La violencia, víctimas, pobrezas, miedos y guerras (o peligros de que acontecieran éstas últimas, incluso atómicas) originadas no fueron, en mi opinión, proporcionadas a los resultados obtenidos, la duración de ese supuestamente maravilloso paraíso (al final sólo para unos pocos verdaderamente distinguidos) y la felicidad de tantos no conseguida o eliminada. Fíjese que, creo, no fue verdaderamente el pueblo ruso el beneficiado en el fondo por la Revolución Soviética; fueron los países de occidente: para evitar el contagio del pragmático e inhumano comunismo, los movimientos sindicales y los trabajadores y ciudadanos de nuestros países alcanzaron la más alta cota de derechos, igualdad y riqueza que hayan experimentado en la historia (y que hoy, tristemente, están en trance de reducirse o desaparecer), pues se desarrolló la socialdemocracia, la sanidad pública, el llamado estado de bienestar, la clase media, la vivienda en propiedad, la fácil obtención de bienes de consumo y el constitucionalismo democrático y participativo en toda su extensión. Tras la desapación de la U.R.S.S. el capitalismo salvaje e inhumano (incluso en Rusia China, Vietnam…) similar al de principios del siglo XX, volvió a tomar las riendas y por eso estamos como estamos ahora, de nuevo en la casilla de salida de este juego de parchís monstruoso. Si ¡Con la U.R.S.S. vivíamos mejor!

ricarrob
ricarrob
1 mes hace
Responder a  basurillas

Efectivamente, sr. B. El capitalismo salvaje es tan doctrinario, criminal y fanático como el comunismo. Las élites dominándolo todo y los demás esclavos. La capitalocracia.

Un abrazo.

basurillas
basurillas
1 mes hace
Responder a  ricarrob

Buenos días, querido amigo, señor Ricarrob. El punto medio, el equilibrio, en la historia humana, es extremadamente raro. Parece que se necesitan extremismos cada cierto tiempo, en ambos sentidos a un lado y al contrario, para encontrarlo. Y vuelta a empezar. Somos, como se dice vulgarmente, culo de mal asiento. Y la gente no piensa, o se olvida, o directamente le importa un comino, de todos los que sufren, que se arruinan y lo pierde todo, o se quedan por el camino. Que le vamos a hacer, somo así.
Otro abrazo.

Javier
Javier
1 mes hace
Responder a  basurillas

No seré yo el que discuta de derecho con un jurista, sobre todo sin serlo yo; pero usted, como profesional del derecho, sabe perfectamente que en la ley existe aquello de circunstancias atenuantes, que aligeran la pena impuesta al reo.
La Revolución Rusa fue evitable, pero no pudo ser evitada.
En 1905 ya hubo un conato de Revolución, un aviso. Acuérdese del domingo sangriento, aquel en el que las tropas abrieron fuego contra la multitud el domingo 9 de enero de 1905.
Aquella revolución, fracasada, fue motivada por una tremenda crisis económica, un sistema político obsoleto y una humillación del ejército imperial ruso frente al japonés en la guerra ruso-japonesa de 1904. Entonces el Partido Bolchevique ni existía, y como ve no fue óbice para que hubiera un intento revolucionario que costó miles de vidas.
13 años después el Zar y toda la camarilla que lo rodeaba dijo eso de, sostengamos y no enmendemos, y los resultados todos sabemos cuales fueron.
Las circunstancias atenuantes son claras. A veces la revolución es inevitable. La Rusa lo fue.

basurillas
basurillas
1 mes hace
Responder a  Javier

Buenos días. Los juristas también necesitamos que se nos discuta, que se nos aleccione. Sobre todo a los juristas, que aspiramos a que lo que muchas veces escribimos sirva para que los ciudadanos enmienden o cambien su conducta a través de las normas… y muchas veces de forma ineficaz. No podemos; no debemos, aislarnos de la realidad, del sentir y de las opiniones de los ciudadanos, encerrados en despachos, si queremos que nuestro trabajo sirva verdaderamente a esos ciudadanos. Por eso a su opinión, con la pasión y respeto que la caracteriza, la tengo en gran estima. Un saludo.

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  basurillas

Estoy de acuerdo…
Expliqué lo motivos de porqué lo estaba pero se perdieron en el limbo cibernético…
Mejor, usted lo explica perfectamente.
Saludos.

Lugalzaguesi
Lugalzaguesi
1 mes hace
Responder a  basurillas

En 1990 la tasa de pobreza extrema en el mundo era del 35% de la población. En 2015, del 10%. En 1990, 1900 millones. En 2015, 735 millones, una cantidad que aún abochorna, pero no parece que el capitalismo haya empeorado la situación tras la caída de la U.R.S.S. Y bajando al terreno más cotidiano y personal, le diré que mi compañera ucraniana, que disfrutó del sistema comunista desde 1971 hasta su caída, no estaría de acuerdo con la frase “con la CCCP vivíamos mejor” . Ellos, en los países comunistas, desde luego que no.
Un saludo.

basurillas
basurillas
1 mes hace
Responder a  Lugalzaguesi

Creo que no me he explicado con la suficiente claridad. No hablo del nivel mundial de pobreza o riqueza, hablo al final del nivel de satisfacción y riqueza general exclusivamente del mundo occidental. Obviamente los antiguos países de la órbita de la URSS se beneficiaron en oportunidades y libertad de la caída de la misma. Y la Rusia de Putin, también obviamente, lo que desea es volver interesadamente a la política imperialista de la URSS en relación con sus antiguos países satélites a los que explotó y esclavizó impunemente. De ahí la guerra imperialista que sufre Ucrania a manos de sus antiguos amos.
Corre por internet un chiste contado por el presidente norteamericano Ronald Reagan. Señala, en síntesis, que el sistema de la URSS fracasó porque no utilizó previamente el método científico. Tendría que haber experimentado primero con ratones antes que con la población. Creo que lleva bastante razón y ello es aplicable a todas las dictaduras y absolutismos que en el mundo han sido. También le saludo señor Lugalzaguesi.

Ezequiel
Ezequiel
1 mes hace
Responder a  basurillas

Buenas. Se ha explicado usted perfectamente. La teoría expuesta sobre la idea de un aumento progresivo de derechos y libertades de la clase trabajadora desde las élites como alternativa a la toma del poder de los primeros de forma violenta en occidente, me parece bastante plausible. ¿Nacería ahí el aumento de la clase media del siglo XX?. Por otro lado, cuando los países que fueron satélites de la URSS fueron y son los primeros en abrazar los postulados occidentalistas (llámese Unión Europea, OTAN) no debe ser casualidad, habiendo vivido los mismos el estado del terror en sus propias carnes. Un saludo.

Última edición 1 mes hace por Ezequiel
Ala
Ala
8 ddís hace
Responder a  Lugalzaguesi

Tiene usted toda la razón. Viví y sufrí el comunismo con mi propia piel. Fue un infierno.

Lugalzaguesi
Lugalzaguesi
1 mes hace
Responder a  Javier

En todo caso, la revolución rusa ocurrió en febrero. Lo de octubre fue un golpe de estado contra el gobierno provisional social-revolucionario de Kerensky. Los bolcheviques , que -sabrá muy bien- significa “mayoritarios”, eran en realidad una minoría , pero se denominaron así en un alarde de propaganda y márketing. En octubre se impusieron debido a que estaban más organizados, y tenían menos escrúpulos. Pronto acabaron con toda oposición de las maneras más salvajes, haciendo imposible el paso a una democracia tras la abdicación de Nicolás II. El pueblo ruso estaba harto de guerra, sí. Pero la gran mayoría de ese pueblo no era en absoluto comunista. Al contrario, entre el 80 y 90% eran campesinos, y la gran mayoría de ellos lo último que deseaban era la abolición de la propiedad privada. Lo que querían era poseer las tierras, no que fueran propiedad del estado. El campesinado siempre fue muy conservador. Eso les costó persecuciones y millones de muertos. Digo todo esto por la afirmación de que ” un pueblo no se levanta un día de octubre y…”.
Un saludo, y encantado de leerle.

José Prats Sariol
José Prats Sariol
1 mes hace

Mientras escritores comunistas de habla hispana, como Pablo Neruda y Nicolás Guillén escribían poemas a Stalin, “gran capitán” –dice un verso del poeta cubano…

Aguijón
Aguijón
1 mes hace
Responder a  José Prats Sariol

Aquí Rafael Alberti lo loa y Miguel Hernández lo cita.
No pasa nada, cada cual es muy libre de escribir lo que le parezca oportuno, sin ir más lejos un cantautor, que todavía hoy dice comunista, le hizo una canción laudatoria a Franco y un prescriptor de opinión, ya fallecido, y que era patriarca del “progresismo” ensalzó a José Antonio llamándole también “Capitán”, no les juzgo, sólo son cambios de opinión… yo, desafortunadamente, cada vez que adopto una postura es muy difícil que cambie, por eso tardo mucho en adoptarla.
Saludos.

ricarrob
ricarrob
1 mes hace
Responder a  Aguijón

Efectivamente, sr. A., lleva usted razón sobre los cambios de opinión. Puede ser lícito cambiar de opinión, por qué no, pero es muy sospechoso que si el cambio de opinión beneficia en gran manera a quien lo hace, realmente el que lo hace no tiene ninguna opinión y se adapta a las circunstancias para medrar. Es cuando realmente al cambio de opinión se le puede calificar de cambio de chaqueta. El chaqueterismo de los personajillos que usted menciona.

Solamente aquellos que cambian de opinión sin que ello les beneficie o incluso perjudicándolos, se podría decir que lo hacen honradamente. También hay casos en los que quizás muchos cambios de opinión es síntoma de estar como una cabra como el caso de cierto político o expolítico que transitó desde la ultraderecha más extrema hasta la izquierda extrema antisistema.

Saludos.

Rafa
Rafa
1 mes hace

Debió de ser muy bonito mientras duró toda esa ilusión desplegada en esos años, pero no queda otra que reconocer cuántos antes la realidad que supuso el comunismo aplicado por el ser humano y cambiar nuestro pensamiento

Lugalzaguesi
Lugalzaguesi
1 mes hace
Responder a  Rafa

Leí en algún lugar que en la antigua Alemania Oriental (la “democrática”) existía -no sé ahora- un sentimiento de añoranza no exactamente por el sistema comunista (que también), sino más bien por lo que podría haber sido ese sistema. Ostalgia, le llaman . ost (este en alemán) -+ nostalgia.
Algunos partidos de izquierda en España están imbuidos de esta Ostalgia, y presentan aquella época y aquellos países como una especie faro con el que todavía nos podemos guiar si no en todo, si en buena parte de ideas. Una lástima.
Un saludo.

basurillas
basurillas
1 mes hace
Responder a  Lugalzaguesi

Que maravillosa apreciación. Prácticamente toda la supuesta izquierda de este país y probablemente de todo el occidente debería pedir cita para un nuevo profesional sanitario: el ostalmólogo. Tienen un agudo problema de visión borrosa y pérdida de referentes adecuados, lo que le ha llevado a traicionar y dejar en la estacada a su electorado natural: la clase trabajadora, sea ella mujer u hombre o en otras circunstancias, es indiferente. Han cambiado lo general por lo particular y rozando casi con el esperpento woke. Una lástima efectivamente.

Frank
Frank
1 mes hace

Un formidable alumno del padresito Stalin fue Castro, que igualmente a su mentor estudió en escuela de curas y fue aventajado por vestirse con verde oliva como las palmas y por dentro ser un rojillo de dale candela al jarro hasta que suelte el fondo y por no ser menos, toda oposición puesta a la sombra de cadena perpetua, emigración forzada de si te agarro te jodo o puestos a morir por fusilamientos a los gritos de la canalla enardecida que previamente les había dado el gusto de defecar en el Tío Sam y hasta Franco decía de él que era un pichón de Gállego. Cosas de la historia, gracias maestro